Por Jorge Olmos Contreras
Todo un misterio rodea a la avioneta que fue encontrada por
campesinos en la accidentada sierra de Talpa de Allende muy cerca del cerro conocido
como Pistacho Rampaguala la tarde del miércoles 30 de mayo, ya que según
reportes de prensa del 2010 –año en que desapareció--, salió de Mazatlán,
Sinaloa el 25 de noviembre de ese año con dos tripulantes a bordo, llegarían a
Zihuatanejo, Guerrero, pero su destino final era Guatemala.
De hecho, uno de los dos pasajeros era un guatemalteco
nacionalizado estadounidense, el de nombre Carlos David Álvarez Orellana y que
se presume es el cadáver encontrado dentro de la nave estrellada, según los
documentos encontrados en el lugar del presunto accidente.
Sin embargo, con Carlos David Álvarez viajaba otra persona de
nombre Manuel Vallarta Mejía, el piloto que conducía la aeronave, por lo que no
se sabe a ciencia cierta a quién pertenece el cuerpo hallado dentro de la
avioneta.
Como sea, las autoridades están intrigadas porque no aparece
el segundo pasajero, por lo que podríamos estar ante otro tipo de
circunstancias, ya que nadie se explica cómo es que otra persona haya
sobrevivido al accidente y abandonado el lugar sin reportar nada, como si
estuviera escondiendo algo.
Llama la atención que en el lugar se encontró una maleta
vacía y ropa suelta, así como una computadora laptop destrozada, no se sabe si
por el accidente o por la mano de alguien.
El misterio crece conforme pasan las horas y no encuentran
indicios del segundo pasajero, sobre todo porque el plan de vuelo fue
modificado, el piloto se habría salido de ruta y vino a estrellarse en la
sierra de Talpa de Allende.
De hecho, las autoridades de Protección Civil de Jalisco
buscaban en la zona de Cabo Corrientes
la avioneta en el 2010 y nunca la encontraron. Nadie se explica cómo es que dio
un viraje tan amplio para accidentarse en unas coordenadas muy alejadas de su
ruta original.
La nave procedía de Chino, California y su destino final era
Guatemala, pero tenía que hacer dos escalas en territorio mexicano para
abastecerse de combustible, por eso primero llegó a Mazatlán y después aterrizaría
en Zihuatanejo para después seguir su viaje, pero una vez que salió de Sinaloa
ya no volvieron a saber de los dos pasajeros ni de la aeronave, sino hasta este
miércoles en que fue encontrada, casi dos años después, en la sierra de Talpa
de Allende en Jalisco.
La empresa Grupo Aero Fénix contactó a los familiares --de
acuerdo con una nota de la versión digital del periódico El Debate de Mazatlán,
Sinaloa—y por ellos fue posible saber que en la aeronave viajaban dos personas,
el piloto Manuel Vallarta Mejía y el guatemalteco y ciudadano norteamericano, Carlos
David Álvarez Orellana.
Ahora, las autoridades mexicanas investigan la identidad del
cuerpo encontrado al interior de la nave, quién es en realidad y el destino que
tuvo el segundo pasajero.
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