Una desgracia más cae sobre la familia Alcaraz de
Ixtapa: La pérdida de grandes extensiones de tierras que pertenecieron al
desaparecido Gabino Alcaraz Ruezga –alrededor de 30 hectáreas--, pues desde
hace varia semanas fueron invadidas por grupos de “paracaidistas” que ahora
reclaman servicios. El narcotráfico siempre cobra la factura, y esta vez con
mucho rigor en contra del clan que dominó Ixtapa y Las Palmas durante muchos
años.
A mediados de enero, quienes
transitaban por la carretera Ixtapa-Las Juntas se sorprendieron al ver a un
grupo de varias familias en una parcela contigua a la gasera. La primera
impresión fue la de tratarse de una fiesta familiar en un día de campo. Pero al
paso de los días la sorpresa aumentaba al notar que el grupo de personas era
mayor. A media semana, en Ixtapa y otras
rancherías se corrió el rumor de que estaban regalando lotes en una parcela
camino a Las Juntas. Ya para el fin de semana, el grupo era numeroso, no menos de 200 personas. La noticia se
multiplicaba y cada día se suman más familias, muchos en permanente guardia de
noche y de día.
La parcela tomada por
aparentes “paracaidistas” es una propiedad privada fraccionada en tres partes,
todos descendientes de Ignacio Alcaraz. Un grupo de desconocidos se
posicionaron y dejaron correr la noticia de que, con una cuota de 100 a 130
pesos, cualquier persona sin vivienda o cualquier propiedad, podía acudir y
apropiarse de un lote. La cuota sería destinada para el pago de maquinaria
contratada para desmontar y delimitar polígonos de los lotes. En cada asamblea
a convocar deberían pagar el monto requerido. No había pasado ni una semana
cuando dos o más máquinas entraron a la parcela para iniciar el desmonte y
lotificar los terrenos ya acondicionados.
La noticia de la presencia
de las familias que tomaban posesión de la parcela llegó a conocimiento de la
autoridad municipal pero en todo momento se han mantenido al margen. El titular
de Protección Civil Municipal, Sergio Ramírez apenas se limitó a expresar que
debido a que el grupo estaba al lado de las instalaciones de la empresa gasera,
estaban atentos al desarrollo del suceso. Otras dependencias municipales
solicitaron información pero reaccionaron con absoluto desdén. Despreocupados
los asesores del alcalde, Ramón Guerrero Martínez, ni siquiera atinaron a dar
con la ubicación precisa del predio. Hasta se confunden con la propiedad de
Héctor “El Becerro” Gómez, donde alguna vez vendió una porción para destinarlo
a un exclusivo cementerio, que al recibir el primer cuerpo (del hotelero Mark
Puerner, asesinado en circunstancias poco claras su crimen aún sigue impune,
pese haber sido socio del empresario Fernando González Corona), cerró por
operar en condiciones irregulares.
Se trata pues de una parcela
agrícola. Se buscó información en el ejido Ixtapa, pero su presidente, Marco
Antonio Ortiz Fernández aclaró de inmediato que el ejido no tiene injerencia
alguna, debido a que trata de una propiedad privada y no ejidal.
La parcela allanada no es un
predio menor. Son al menos 30 hectáreas, dividas en tres partes iguales cuyos
propietarios son los hijos del finado Ignacio Alcaraz, los hermanos Willy, José
María Chema Alcaraz y Gabino Alcaraz Ruezga. Es preciso aclarar que al menos a
los dos últimos se les considera fallecidos. Gabino Alcaraz “desapareció” en
diciembre de 2010, cuando era presidente del ejido El Colexio, y el comentario
público más aceptado es que fue víctima de un “levantón” a manos de
desconocidos y jamás apareció.
José María “Chema” Alcaraz
falleció hace ya varios años por causas naturales. No se sabe a ciencia cierta
qué ocurrió con Willy Alcaraz que abandonó su residencia en El Ranchito hace más
de tres años cuando él y toda la familia fueron víctimas de atentados y amenazas.
Y hasta ahora no se sabe que la viuda de Gabino haya hecho un reclamo de la
propiedad.
La parcela de 30 hectáreas
es apenas una pequeña fracción de las cientos de hectáreas de la compaña
platanera Montgomery que de 1924 a 1933 se instaló en las inmediaciones de
Ixtapa y Las Juntas para cultivar plátano de exportación. Cuando la compañía
cerró operaciones, un extranjero de apellido Mc Clean adquirió una porción de
las tierras. Sin embargo, Mc Clean no pudo sortear la presión y las amenazas de
los demandantes de tierras que a mediados de la década de los 30’s del siglo
pasado solicitaron tierras para constituir el ejido Ixtapa. Esta persona
abandonó la región pero antes cedió la propiedad a varias familias que han
mantenido la propiedad bajo el régimen de propiedad privada, pues nunca fueron
afectadas en los tiempos del reparto agrario.
LA
HERENCIA DE DON IGNACIO
Entre otros, desde lo que hoy es Los
Tamarindos y hasta Las Juntas, son tierras cuyos dueños se amparan en
escrituras públicas y no en títulos agrarios. De aquellas tierras de Mc Clean,
30 hectáreas quedaron en poder de Ignacio Alcaraz. Otras parcelas se mantienen
en manos de agro productores de apellido Ortiz, Muñoz e Ibarría. Todos viven en
Ixtapa. El predio “La Herradura” de Agustín Ibarría colinda con Home Depot,
frente a las Juntas.
La tierra que Nacho Alcaraz
heredó a sus hijos en tres fracciones iguales, es la del conflicto. Como
decíamos párrafos arriba, sus hijos están desaparecidos pero al menos la
familia de uno de ellos, ya se presentó a reclamar. De acuerdo a la información
de dos solicitantes de lotes atraídos por el rumor de que se estaban regalando
lotes, fue Chema Alcaraz hijo el que acudió al sitio para reclamar la invasión
a la parcela que su padre Chema dejó en vida a su madre. Les exhibió
documentación que ampara la propiedad. Le prometieron que sus diez hectáreas no
le serian tocadas. Sin embargo, fue promesa de palabra y en ningún momento le
dieron garantías de que se le respetaría lo prometido.
La fiebre del reparto de lotes
en una parcela a orillas de la carretera, en el tramo Las Juntas-Ixtapa atrajo
a decenas de familias que este fin de semana prácticamente han tomado posesión
de toda la parcela. Por el día el sitio se convierte en una verbena popular a
donde llegan caminando o en vehículos personas que alegremente se incorporan a
la lista de beneficiarios.
En la entrada, ya acordonada
y vigilada por celosos guardianes, un visionario comerciante instaló ya un
negocio de comida y chucherías. La maquinaria contratada trabaja a marchas
forzadas y todo indica que el plan es asignar lotes hasta agotar la existencia
al extremo que da a las ladrilleras, ya al lado de la carretera Mojoneras,
cuyos colindantes son Luis Gutiérrez y el dueño del restaurante “El Orejón”.
TAMBIEN
LAS DE WILLY ALCARAZ
Los trabajos son
supervisados por los líderes, bajo las órdenes de un individuo al que identifica
con el apodo de un ave, --le dicen comandante-- avanzan a marcha forzadas. De
todo el municipio llegan a diario personas de aspectos fuereños solicitando su
lote. Están apurados en repartir las parcelas y en menos de tres semanas
acabaron con las diez hectáreas del Willy Alcaraz.
En la última semana se
vieron las primeras casitas en la tierra de Gabino Alcaraz Ruezga. Al lado, a
los hijos de Chema se les permitió meter máquina y rastrear su parcela. Por la
noche las familias se sientan alrededor de una fogata para amortiguar el frío
de las madrugadas. Hasta el martes por la tarde, los trazos indicaban lotes ya
asignados y era fácil ver improvisadas casuchas improvisadas de lona y cartón.
El deber único exigido es construir de inmediato alguna vivienda.
Los ejidatarios de la región
permanecen a la expectativa, entre la zozobra y un discreto miedo, al ver que
una parcela que hasta hace unos años producía toneladas de frijol hoy está
tomada por cientos de familias lideradas por desconocidos. Buscan explicaciones
del por qué la autoridad no actúa. Consideran que si eso ocurre con una
parcela, si el gobierno no hace respetar el estado de derecho, si se permite
que un grupo de personas tomen una propiedad por encima de las leyes, la
próxima parcela invadida por paracaidistas, puede ser la suya. En tanto, con el
paso de los días, observan que los trabajos de desmonte se adentran a la
parcela.
Los rumores van y vienen de
un lado a otro. Hay quienes afirman que entre los líderes del movimiento
identifican hombres armados dedicados a tareas inconfesables. De hecho varios
que acudieron en los primeros días, dejaron de asistir ante el miedo que les
infunden a quienes identificaron como pistoleros. A los demandantes de lotes
les dan buen trato. Les leen la regla de las cuotas, la obligación de acudir al
menos a las asambleas, de hacer guardia todos los días, por las noches y los
animan a regresar.
Otros conocidos parceleros,
dueños de ranchos en la región tienen miedo de que, si no se aplica la le y el
gobierno no se responsabiliza de garantizar el estado el estado de derecho,
ellos también corren el mismo riesgo de que un día les invadan sus propiedades.
Los lugareños advierten que
el conflicto de la invasión de la parcela de los hijo del finado Nacho Alcaraz es
tan grave que citan el caso de la denuncia de una regidora de Tlaquepaque que
la semana pasada denunció ser amenazada por una promotora de invasiones de
terrenos irregulares debido a su iniciativa de reformar el Código Penal del
Estado para tipificar y convertir en delito grave las invasiones de terrenos y
convertirlos en asentamientos irregulares.
Otros comentan que lo que
está pasando en Ixtapa son consecuencias de los actos irresponsables de la
familia Alcaraz, cuyos miembros se involucraron durante muchos años en asuntos
de narcotráfico, hasta que llegó otro grupo y prácticamente los acabó e hizo
que los que quedaban huyeran a otras regiones del país, incluso se comenta que
muchos de Los Alcaraz viven en McAllen, Texas.
Un señor de edad avanzada
hace un comentario al paso del reportero… el narco tarde o temprano te cobra la
factura, ahí están las tierras de Gabino, invadidas… y nada se puede hacer. (Con información de Gerardo
Sandoval)
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