Sin el menor asomo de vergüenza y con el cinismo reflejado en el rostro, el pasado fin de semana en la Unidad Deportiva La Lija el candidato del Movimiento Ciudadano y Partido del Trabajo, Ramón Demetrio Martínez Guerrero gritó a los cuatro vientos que él le llevó cientos de toneladas de cemento a la gente más humilde de Puerto Vallarta y que lo volvería a hacer; con lo que no solo confirmó que incurrió en un delito electoral, sino que amenazó con volverlo a hacer, lo cual prácticamente es un reto y una burla al Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC), organismo que fue el que acreditó el desvío de recursos públicos con fines proselitistas, y por cuya acción del Mochilas, resolvió enviar el expediente al Ministerio Público, a la Contraloría del gobierno del Estado, a la Auditoría Superior del Congreso Estatal y al Comité del PAN en Jalisco.
Bien dicen que el criminal siempre regresa al sitio donde cometió su fechoría, y este es el caso de Ramón Guerrero, quien retornó a la unidad deportiva La Lija –sitio donde el año pasado “regaló” 390 toneladas de cemento y tres mil placas de láminas de cartón—para ratificar que volvería a obsequiar material a los ciudadanos más necesitados.
Se le olvidó a Ramón Guerrero que el material que “regaló” el 08 de septiembre del 2011 pertenecía a la Secretaría de Desarrollo Humano y que formaba parte de un programa social, y que por lo tanto se trató de un claro y flagrante desvío de recursos públicos con fines proselitistas, tal y como lo acreditó el IEPC.
Sin embargo, el propio gobierno del Estado (emanado del PAN) nunca hizo su tarea para ordenar a la Contraloría que iniciará una profunda investigación sobre este delito. Y no lo hizo, porque la conducta punitiva alcanzaba (y alcanza) a altos funcionarios del gabinete de Emilio González Márquez como a José Antonio Muñoz Serrano, coordinador de gabinete.
EL CARPETAZO
El PRI, Partido político que interpuso la denuncia contra El Mochilas, esperaba que al menos el Ministerio Público abriera la Averiguación Previa correspondiente –porque el IEPC le turnó el caso--, pero tampoco hubo nada al respecto, simplemente le dieron carpetazo al asunto.
Después, se creía que la Auditoría Superior del Congreso del Estado, por ser el jerárquico superior del diputado Ramón Guerrero, actuaría en consecuencia para sancionar o inhabilitar al Mochilas, pero todo se convirtió en un mar de complicidades y dejaron vivito y coleando al hoy candidato del Movimiento Ciudadano.
Lo más grave fue que el Comité Estatal del PAN dejó vivo al Mochilas cuando tenía todos los elementos para sacarlo del proceso interno, tal y como se lo recomendó el IEPC al darle vista del resolutivo, donde pedía que tomara en cuenta la conducta acreditada a Ramón Guerrero dentro del proceso de selección interna correspondiente, sin embargo el mismo PAN permitió que compitiera no obstante estos antecedentes.
Fueron los mismos panistas del Comité Estatal y sus amigos Abraham González Uyeda y Francisco Ramírez Acuña los que hicieron crecer al Mochilas dentro del PAN, los que confeccionaron al frankenstein que ahora se les voltea y arremete contra su propio instituto político.
UN CUASI DELINCUENTE
Un cuasi delincuente, ese es El Mochilas, un político ambicioso que busca el poder por el poder y que engaña y sorprende a decenas de seguidores que creen en su proyecto. Ignoran que en el fondo, Ramón Guerrero sólo busca el beneficio personal.
Y ya no nos sorprende él, pues sabemos a qué juega y cómo juega, sino en quienes todavía creen en su bondad y en su falso mesianismo para rescatar a Puerto Vallarta.
Desde luego, nos sorprende que gente valiosa e inteligente como el mismísimo abogado Francisco Vallejo Corona se atreva a decir en las redes sociales “que no debemos perder de vista que este es un proyecto histórico para Vallarta, que los vallartenses hoy debemos dar una lección a aquéllos que siempre hacen de la política un negocio; “que ayudar a la gente es la esencia del movimiento” del Mochilas. “Que la razón el pueblo se la dará a Ramón Guerrero y que habrá un voto diferenciado”, etc. etc.
O como la misma Susana Carreño, que se dejó llevar por el canto de las sirenas y los susurros del Mochilas para aventarse en un proyecto político que está condenado al fracaso. Pero quién sabe qué tipo de arreglos hicieron con Ramón Guerrero para verlo y presentarlo como el salvador de Vallarta, pues no lo quieren vender como un político honesto y limpio, cuando es todo lo contrario.
SUS FOBIAS
Que no se equivoquen los ciudadanos inteligentes y bien informados de Puerto Vallarta, Ramón Guerrero es un maestro del engaño y está desesperado porque sabe que si el IEPC lo dejó vivo luego de acreditarle –y sancionarlo administrativamente—el desvío de recursos públicos, y que le permitió registrar una planilla que tenía deficiencias insubsanables, los partidos que se ha echado de enemigos no lo van a dejar suelto en caso de que el Movimiento Ciudadano lograra meter un regidor al próximo Ayuntamiento de Puerto Vallarta.
Y sino, al tiempo…
El Mochilas está temeroso porque se está viendo reflejado en el efecto Enrique Alfaro, quien sufrió una estrepitosa caída en las encuestas luego de que no lo dejaron ser candidato por el PRD al gobierno del Estado y se fue al Movimiento Ciudadano. En Vallarta sucede lo mismo con Ramón Guerrero, sus preferencias electorales están muy por debajo de lo que presumen sus simpatizantes y su propio equipo. No es lo mismo ser candidato del PAN que de un partido que prácticamente es desconocido por la mayoría de la población, máxime que mudó su nombre de Convergencia a MC.
Por ello recurren al engaño con eventos masivos que explotan y exprimen a más no poder, como el concierto del cantante Julio Preciado –pagado por Enrique Alfaro—en La Lija, donde la mayoría de los asistentes ni siquiera sabían que iban a un mitin político, sino a escuchar a su artista.
Las apariencias engañan, por eso insistimos en que la gente sea prudente y no se deje llevar por falsas expectativas como las del Mochilas, ya que quienes utilizan un discurso triunfalista por el arranque “masivo” de la campaña del Mochilas, se están auto engañando y mañosamente tratan de sorprender a pobres incautos diciéndoles que El Mochilas logró juntar 10 mil personas en el concierto de Julio Preciado.
En los días por venir podrá haber más conciertos y eventos masivos del Mochilas –siempre y cuando paguen a un buen artista, payaso o grupo--, pero la tónica será la misma: el engaño visual para tratar de confundir al electorado.
Quién lo iba a decir, un cuasi delincuente electoral ahora es candidato de un partido y ronda todas las colonias de la ciudad con un falso discurso.
INFORMACION CLASIFICADA
A PROPOSITO, EL PERIODISTA HUGO LYNN ALMADA LO ESCRIBIO en su cuenta de Facebook: “Esos del MC de RG son como el tío Lolo... ¿de verdad creen que fueron a ver a Mochilas o a Alfaro? La raza fue a ver a Julio Preciado, si pagan por verlo, con más razón por verlo gratis. Yo les garantizo que van a tener problemas para juntar sus representantes de casilla, y que los votos que obtengan no llegarán ni al 50% de los que acudieron al evento. Se los garantizo. Y otra... ¿cuánto se gastaron en contratar a este personaje?. Ojala que el IEPC haga una solicitud de auditoría porque les aseguro que en eso se les fue más de la mitad del tope de campaña. ¿Alguien sabe de donde saca lana RG si en lo particular no tiene ni un centavo? Raro, muuuuuy raro.
LA PREGUNTA DE HOY: ¿QUIÉNES SON ESOS PERIODISTAS QUE se “arreglaron” con la candidata del Partido Nueva Alianza (Panal), Susana Guerrero Becerra y que utilizaron el membrete de una asociación de comunicadores para pedir dinero a nombre de todos los reporteros que conforman la misma?
Para más pistas pregúntenles a otros candidatos a la alcaldía quién o quiénes pusieron a sus órdenes el Colectivo de Periodistas para conseguirles jefes de prensa, asesores de medios y hasta estrategas de campaña.
Mal que algunos se aprovechen de una asociación para ofrecerla al mejor postor y de paso quemar a todos los que integramos el colectivo de periodistas.
Esperamos que los involucrados den una explicación inteligente.
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