miércoles, 30 de enero de 2013

LA INTOLERANCIA DEL ALCALDE CON LA PRENSA DE PV; PIDIÓ LA “CABEZA” DE REPORTERA DE MILENIO Y CENSURAR A COLUMNISTA DE “VALLARTA OPINA”; AHORA CAMBIA AL DIRECTOR DE COMUNICACIÓN SOCIAL


Por Jorge Olmos Contreras

Si con los regidores de oposición ha sido majadero y agresivo; si con sus propios compañeros ediles del Movimiento Ciudadano ha sido descortés, cortante y soberbio y si con sus Directores se ha comportado como un jefe autoritario, grosero e insultante, con los medios de comunicación no ha sido la excepción, ya que ha maniobrado para pedir la cabeza de una reportera y ha pedido que se censure la columna de un periodista local; esto sin contar sus desplantes y falta de respeto al tiempo de los comunicadores.

 

Nos referimos, desde luego, al alcalde Ramón Guerrero, mejor conocido como El Mochilas, quien ayer dio la sorpresa de mover de la Dirección de Comunicación Social al periodista Jaime Castillo Copado para nombrar en su lugar a Enrique Plasencia Bermúdez, un auténtico desconocido para los reporteros locales que sólo saben de él que trabajó en el área de prensa en tiempos del gobernador Francisco Ramírez Acuña, otro de los promotores políticos de Ramón Guerrero junto con Abraham González Uyeda.

 

Y si antes, el nombramiento de Jaime Castillo Copado como Director de Comunicación Social había sido todo un insulto a la inteligencia de los periodistas de Vallarta, el hecho de que El Mochilas arrope y cobije a Copado en una Dirección inexistente en el Reglamento Orgánico Municipal, la de “Proyectos Estratégicos”, representa una doble cachetada para todos aquellos compañeritos que creían que Jaime iba a regresar a su caja de cristal como jefe de prensa del Centro Universitario de la Costa.

 

BAJO LA LUPA

 

El movimiento del Mochilas en esta área tan importante como lo es la Comunicación Social, debe ser analizado con detenimiento, rigurosamente, como el relojero que mira sobre la lupa la frágil y diminuta maquinaria que hay dentro, toda vez que por una parte puede obedecer a la clara incapacidad e indolencia de Jaime Castillo para hacerle frente a las necesidades y retos de esta Dirección; pero por la otra, puede ser una jugada de ajedrez para ir calentando motores con la mirada bien puesta en Casa Jalisco.

 

Hay que recordar que desde el primero de octubre, Jaime Castillo fue prácticamente una estatua de piedra frente al golpeteo que recibió Ramón Guerrero en todos los medios de comunicación locales –con la excepción del remedo de columnista del periódico El Sol Siempre Libres, Rodrigo Aguilera, quien en su mejor papel de lambiscón de marca, se la pasa alabando al Mochilas—y muchos estatales.

 

Pero bueno, Jaime Castillo nunca tuvo la estatura para dialogar con reporteros y columnistas, jamás tuvo a la mano una agenda, un proyecto o incluso un manual que le permitiera seguir los pasos de una buena comunicación social. Por el contrario, pronto se mareó en el ladrillo y si antes convivía con sus amigos reporteros, ahora simplemente les ponía piedras en el camino para obstaculizar el libre ejercicio periodístico, como olvidar cuando trató de impedir que los chicos de la prensa fueran a cubrir el atentado que sufrió Robertito, el primer director de seguridad pública, entre otras cosas.

 

Fue tan notable su metamorfosis, que también le dio por cambiar de cantina, pues si antes se la pasada en La Mesa del Coco, de pronto refinó el gusto y se fue a festejar permanentemente en el outback, donde ya no bebía cerveza barata, sino un buen vino tinto importado y unos deliciosos cortes argentinos.

 

ARROPAR AL AMIGO

 

De hecho, alguna vez fue sorprendido brindando a solas con el presidente municipal precisamente en el outback. Los dos tenían una copa de vino tinto y se hablaban casi en secreto. Desde ese momento era fácil adivinar que Jaime Castillo podría ser removido de la Dirección de Comunicación Social, pero nunca del gobierno de Ramón Guerrero, quien lo tiene como uno de sus principales hombres de confianza y en quien ha depositado el manejo de la agenda política que seguirá el Mochilas para proyectarse como un prospecto a la gubernatura del Estado, con escala de tres años en alguna diputación local o federal por el municipio de Zapopan.

 

Sin embargo, en el pecado pueden llevar la penitencia, ya que al colocar a un perfecto desconocido en dicha Dirección como Enrique Plasencia, están mandando un mensaje que la política del Mochilas en materia de medios de comunicación no va a cambiar, que no habrá diálogo ni respeto y que se va a utilizar el presupuesto público para tratar de dictar el trabajo de la prensa vallartense, como de hecho ya se observa en algunos noticieros de radio, portales digitales y periódicos.

 

El mensaje es que el que no se alinee no entrará a la repartición del pastel del presupuesto de comunicación, tal y como le doblaron las manos al columnista Luis Alberto Alcaraz del periódico “Vallarta Opina”, a quien su patrón Luis Reyes Brambila un buen día le dijo que ya no podía escribir nada en contra del Mochilas porque él (Reyes) ya se había arreglado con el alcalde.

 

Después se sabría que entre Jaime Castillo Copado y Ramón Guerrero le prometieron una iguala de más de 120 mil pesos mensuales a Luis Reyes Brambila a cambio de que apoyaran al gobierno municipal y que de paso le exigieran a Luis Alberto Alcaraz que le bajara a los comentarios críticos contra el presidente municipal.

 

CENSURA E INTOLERANCIA

 

 

En corto, dicen que El Mochilas ha comentado que le han sufrido mucho para juntar ese dinero que se le tiene que dar al “Vallarta Opina”, pero que al menos era la mitad de lo que le pagaba el anterior alcalde, Salvador González Reséndiz, cada mes.

 

Desde luego, también se dice que Luis Alberto Alcaraz hizo el berrinche de su vida y que por capricho dejó muchos días de escribir su columna “Perfil Político” en el “Vallarta Opina”, que cuando quiere escribir contra el Mochilas mejor utiliza su depauperada página de Internet que, para no variar, es olímpicamente desconocida.

 

Si usted lo consulta, de un tiempo a la fecha Alcaraz ya no es aquél crítico del año pasado con Ramón Guerrero, todo gracias a la jugosa iguala que habrían pactado con el señor Reyes Brambila.

 

Otros medios que no se han dejado intimidar por Ramón Guerrero con la amenaza de marginarlos del presupuesto, han seguido una línea crítica pero cuyas reacciones no se han dejado esperar.

 

Un claro ejemplo lo representa el periódico Milenio Pacífico del Grupo Milenio, que ha seguido una línea editorial crítica del gobierno municipal y cuya reportera asignada a la fuente oficial del Ayuntamiento, Dora Liz Terrón, ha manejado notas que han incomodado a nuestro intolerante presidente municipal.

 

Y como Ramón Guerrero no puede llegarle a los gerentes de Milenio Pacífico con la misma oferta que le hizo a Luis Reyes Brambila para que le bajaran a la crítica a cambio de una iguala económica, se fue a la Ciudad de México para tratar de entrevistarse con los directivos del Grupo Milenio con el insano objetivo de pedir que despidieran a la reportera Dora Liz Terrón, pero no lo logró.

 

Trascendió que en México el Mochilas se topó con pared y que el Director de Milenio Diario, Carlos Marín, con lo mamón que es, mandó por un tubo al alcalde de Vallarta y le asignó a un achichincle para que lo atendiera. Al final, no pudo persuadir a nadie para que corrieran a Dora Liz Terrón, pero el intento lo hizo, lo cual nos dibuja a un personaje rencoroso, vengativo e intolerante, capaz de lo que sea con tal de aplastar la crítica periodística.

 

Veremos cómo se comporta con Enrique Plasencia, si cambia su estrategia con los medios o continúa peor… porque ya nos estamos acostumbrando a que los cambios que hace El Mochilas no son para mejorar, sino para empeorar la de por sí accidentada conducción de la administración municipal.

 

El nuevo Director de Comunicación Social pronto se va a dar cuenta que no es lo mismo un Enrique Alfaro o un Hugo Luna, que un Ramón Guerrero, ni que los periodistas de Puerto Vallarta son iguales a los de Guadalajara.

 

INFORMACION CLASIFICADA

 

LA QUE YA ESTA EN LA CUERDA FLOJA ES LA OFICIAL MAYOR DE PADRON Y LICENCIAS, Iris Ulloa Godínez, a quien pillaron otorgando permisos provisionales a los burdeles de la zona de tolerancia y, además se metió en un lío tremendo al extender otras autorizaciones también de carácter provisional al bar “Los Equipales” de la calle Guerrero en pleno centro de la ciudad y cuyo propietario es un gringo y un funcionario de sindicatura, Tony García, hijo del ex director de seguridad pública, Jorge Antonio García Rojas.

 

Lo grave del asunto es que la dueña del local que ocupa dicho antro ya no quiere seguir rentando el lugar y apelaba a que la Oficialía de Padrón y Licencias ya no les renovara la licencia municipal de este año para poder sacar a los malos inquilinos, pero Iris recibió “indicaciones” de sindicatura –eso dice ella—para seguir protegiendo el bar.

 

Enterado del caso, El Mochilas regañó a Iris Ulloa y le exigió que solucione el problema lo antes posible. Hasta ahora, las cosas siguen igual, mientras Iris sigue siendo Oficial de Padrón y Licencias, pese a que el alcalde ya le advirtió que si seguía dando permisos provisionales y no cobrando ciertas concesiones como la de los bailes, la iba a correr, que así no le servía.

 

A RESERVA DE AMPLIAR EL COMENTARIO, EL VIERNES PASADO el Director de Seguridad Pública, coronel Silvestre Chávez y el subdirector de tránsito, Jesús Rodríguez Campoy y cuatro funcionarios más del área de seguridad pública como el sub-director administrativo, Salvador Gómez Aldaco, dejaron como las novias de rancho al regidor Otoniel Barragán Espinoza, quien a título de presidente de la comisión de seguridad del pleno del Ayuntamiento, citó a los directivos de la DSPM para que le dieran un diagnóstico de la dependencia en  cuanto a necesidades y activos, todo con miras al manejo del presupuesto que otorga el gobierno federal a través del programa del Subsidio de Seguridad para Municipios (Subsemun).

 

Fue una total falta de respeto a la envestidura del regidor, al grado que el lunes pasado al terminar la junta de directores, tanto Otoniel Barragán como la regidora Doris Ponce –otra de las agraviadas—le reclamaron en buenos términos al coronel por su inasistencia y falta de disculpa por lo del viernes, pero Silvestre Chávez argumento otras cosas que no venían al caso.

 

Ahora se sabe que los funcionarios de seguridad pública recibieron línea del Mochilas para que no fueran a la cita con Otoniel. En el fondo, Ramón Guerrero no quiere que nadie se entrometa o se inmiscuya en el destino que le va a dar a una bolsa de aproximadamente 20 millones de pesos que este año destinará el gobierno de la República a Puerto Vallarta vía fondos del Subsemun.

 

Como sea, estos regidores dan pena ajena, nadie los respeta y con su actitud pusilánime seguirán siendo pisoteados por nuestro flamante presidente municipal.

 

TRAS VENTILAR LOS TRAPOS SUCIOS EN EL DIF EN ESTE ESPACIO, la gente de Magaly Fregoso ordenó quitar temporalmente la cuenta del Facebook de esta institución, porque ahí había decenas de fotografías de los menores del albergue infantil “Vida Nueva”, cuando se supone que se debe tener en reserva en todo momento la imagen e integridad de los niños porque algunos están ahí por problemas entre los padres y los ponen en riesgo al ventilarlos públicamente.

 

Raudos y veloces, también mandaron un comunicado donde señalan las estrategias a seguir en materia de donaciones y otras linduras.

 

 

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