martes, 8 de enero de 2013

LA MISERIA POLITICA DE HUMBERTO GOMEZ AREVALO, (A) BETO EL DEL INFONAVIT Y LA MENTADA AL ALCALDE DE PV

Por Jorge Olmos Contreras
 
Todos le advirtieron al Mochilas sobre la inestabilidad que los conflictos de personalidad provocan en el señor Humberto Gómez Arévalo, mejor conocido como “Beto el del Infonavit”. Antes de la campaña, no eran pocos los que se oponían a que fuera registrado en la planilla del Movimiento Ciudadano, pero la labia del Beto pudo más y convenció a Ramón Guerrero con la promesa de que le aportaría miles y miles de votos a la causa.
 
Cerrado el primer trimestre del nuevo gobierno, el recuento de los daños provocados por Humberto Gómez son muchos y la osadía del Mochilas al haberlo incorporado a su equipo de regidores le está costando sangre, sudor y lagrimas… con una aderezada mentada de madre que no tuvo parangón en la relación alcaldes-ediles en las administraciones municipales de Puerto Vallarta.
 
Quizá El Mochilas veía en Beto el del Infonavit el recurso ideal para utilizarlo en la repartición de cientos de vales que se regalaron a cambio de votos –un claro delito electoral que los magistrados del Tribunal Electoral no quisieron ver—y por eso lo admitió en su empresa por conquistar el Ayuntamiento vallartense.
 
Sin embargo, nunca se imaginó que al aceptar este amasiato con un personaje totalmente inestable y bipolar, se estaba echando un auténtico alacrán a la espalda, una chucha cuerera que le saltaría a la yugular a la primera oportunidad y le faltaría al respeto cuantas veces quisiera.
 
LAS COMADRES
 
Y así fue, toda vez que antes del 17 de diciembre –unas horas previas a la sesión del pleno del Ayuntamiento--, Beto el del Infonavit se enfrascó en una agria discusión con otro polémico regidor que más bien tiene finta de “aviador”, el junior Luis Ernesto Munguía González. Y como el Mochilas pretende sustituir la figura paternal del nobel edil de apellido Munguía --caray, cuánta razón tenía Freud--, se entrometió en la pelea verbal y esto fue suficiente motivo para que en una posición de auténtica comadre de la película los lavaderos, Humberto Arévalo le recordara el 10 de mayo al presidente municipal.
 
No es la primera vez que Beto el del Infonavit le faltaba al respeto al alcalde, ya en otras ocasiones, el grupo de los Arturos, Arturo Dávalos, Arturo Gradilla, Ricardo René y Santiago Centeno, recogieron puntuales los pleitos de antología entre Humberto Gómez y Ramón Guerrero.
 
Sin embargo, la mentada de diciembre le llegó hasta lo más profundo al Mochilas, quien de inmediato tomó medidas cautelares para tratar de vengar la afrenta y pegarle en donde más le podía doler a Gómez Arévalo.
 
La primera decisión de Ramón Guerrero fue ordenar la baja inmediata de todos (cuando decimos todos, son todos) los empleados que el regidor Beto el del Infonavit metió a trabajar al Ayuntamiento, como si ellos tuvieran la culpa de los arranques hormonales del señor Gómez y el señor Mochilas.
 
LOS LIMOSNEROS
 
A nadie le importó la situación de alrededor de 20 trabajadores que fueron identificados como simpatizantes de Humberto Gómez, quienes causaron baja a partir del 17 de diciembre –apenas siete días antes de la Navidad--; ningún regidor, ni del Movimiento Ciudadano ni de la oposición (PAN-PRI-PRD-PVEM) hicieron el mínimo esfuerzo por ayudarlos, los dejaron solos, como perros abandonados a su suerte.
 
Lo peor de todo es que el mismísimo Beto el del Infonavit exhibió sus miserias humanas y políticas, al dejar desprotegidos a todos los que en alguna ocasión le ayudaron en la campaña para que luciera su trabajo frente al Mochilas.
 
Lejos de tenderles la mano y preguntar si ya les habían pagado la quincena y entregado el aguinaldo, el regidor de marras fue a gritarles en su cara que se veían mal al acudir a la presidencia municipal a limosnearle unos pesos al alcalde.
 
En sus aires de Reina Margot, al Beto se le olvidó que estas personas, su gente, no habían cobrado la primera quincena de diciembre y que tampoco les había entregado el aguinaldo. Ellos ya no querían el empleo, exigían que les pagaran lo ya devengado, al menos para tener un poco de dinero para llevarles una cena o un juguete a su familia y a sus hijos en la Navidad; pero no obtuvieron nada, mas que una cerrazón de parte de todos los funcionarios que podían haberles resuelto su pago.
 
CUESTION DE HORMONAS
 
Ni Nacho Guzmán –al que consideramos el funcionario más experimentado y más humilde con la gente—se dio tiempo para darles una respuesta a estos 20 empleados, muchos de ellos padres de familia que no tienen un peso en la bolsa como para andar peleando su finiquito.
 
El Mochilas se hizo el occiso, pues sabía que su venganza personal contra Humberto Gómez había afectado a trabajadores que nada tenían que ver con su pleito de comadres, y prefirió meter su cabeza en el lodo, como avestruz en época de apareamiento y no les dio la cara a los afectados por sus arranques emocionales que a veces emulan a la perfección a los de Beto el del Infonavit, es decir, todo por culpa de las malditas hormonas.
 
El viernes pasado, todavía pudimos ver en una banca a estos empleados, algunos con la mirada perdida, otros cabizbajos y los demás con cara de indignación por esta falta de respeto a sus derechos laborales, pero más, por la actitud de quien consideraban un líder, un amigo, un aliado, alguien en quien confiar y que terminó dándoles la espalda, traicionándolos y abandonándolos en plenas fiestas decembrinas, es decir, el sujeto que lleva por nombre Humberto y de apellido Gómez y que para desgracia de Puerto Vallarta es regidor en el pleno del Ayuntamiento.
 
No sabemos si Ramón Guerrero ya le otorgó el perdón al Beto, pues anduvieron muy sonrientes en la inauguración del muelle de Los Muertos y en la develación de la placa en memoria del ex gobernador Francisco Medina Ascencio, lo que si sabemos, es que el grupo de trabajadores despedidos por venganza del Mochilas, siguen en su peregrinar para que el gobierno que pretende hacer historia en Puerto Vallarta les pague lo que ya trabajaron.
 
SECRETOS EN EL CLOSET
 
Por lo demás, Humberto Gómez Arévalo seguirá siendo un regidor problema para Ramón Guerrero, sobre todo cuando se den a conocer más detalles de su vida como prestamista de la populosa colonia Infonavit, donde utilizaba un grupo de hombres armados para cobrar las deudas.
 
Sabemos de primera mano lo que le pasó a un abogado que cayó en la necesidad de pedirle prestado 10 mil pesos al Beto del Infonavit y pasados tres meses, como no le pagaba ni los intereses del 10 por ciento ni la deuda total, Humberto Arévalo le mandó al deudor a un singular cobrador, un hombre alto, corpulento que le dio 24 horas para pagar o que se atuviera a las consecuencias.
 
Al día siguiente y desesperado porque no podía conseguir el dinero, el abogado vio cómo desde la esquina de su casa se desplazaba una camioneta con cuatro individuos que llegaron hasta su puerta para amenazarlo con armas de fuego con un “mire compa, o paga, o paga, por menos de eso nos llevamos al Guti”.
 
Como pudo, el abogado consiguió el dinero y finiquitó la deuda. Fue y le pagó directamente a Beto el del Infonavit, quien en forma displicente le dijo: “Yo no quería llegar a esto, pero me obligan”.
 
Al abogado que contó esto le quedó muy bien grabada la frase “por menos de eso nos llevamos al Guti”, pues los pistoleros de Humberto Arévalo quizá se referían a la ejecución de “El Guti”, aquél muchacho, dueño de la discoteca “La Herradura” del Pitillal que fue asesinado a la vuelta del lugar, por la calle Revolución, enfrente del ex mercado “Gutiérrez Rizo” en el 2007.
 
Mucha gente sabe las andanzas del Beto, pero nadie lo ha denunciado para ponerle fin a una serie de abusos y delitos cometidos por el hoy flamante regidor del Movimiento Ciudadano, uno de los frankenstein creado por Ramón Demetrio Guerrero Martínez.
 
Beto dará mucho de que hablar en los próximos días… Y sino, al tiempo.
 
INFORMACION CLASIFICADA
 
QUE ENERO SERA EL MES DE MAS CAMBIOS EN EL GOBIERNO MUNICIPAL y una sorpresa que llegará hasta las oficinas de la Dirección de Comunicación Social es la renuncia obligada de Jaime Castillo Copado, quien no ha dado el ancho en el puesto y se ha visto totalmente incapaz de evitar la caída de la imagen del presidente municipal, no solamente en Puerto Vallarta, sino también en Guadalajara, donde todos los medios voltean a ver al Mochilas cada que surge un nuevo escándalo, una nueva mentira o un nuevo oso.
 
BATEADO POR SUS PROPIOS IMPETUS, EL MOCHILAS YA BUSCO A RAFAEL YERENA para ponerse a trabajar “por Puerto Vallarta”. Durante la develación de la estatua de Lorena Ochoa en el maleconcito de la marina ya hace unos días, el gobernador Emilio González Márquez le dio instrucciones precisas a Ramón Guerrero para que se sentara cuanto antes con don Rafael Yerena. Ahí estaba los tres, Ramón Guerrero, Rafael Yerena y Emilio González Márquez. El Mochilas escuchaba al gobernador y asentía con la cabeza, días después, el alcalde buscó al líder de la CTM y por primera vez comieron juntos. Quizá por eso, ahora sí, el Mochilas busca un pacto entre todos los actores de la sociedad vallartense.
 
LO QUE NOS FALTABA, EL NUEVO ENCARGADO DEL TESORERIA MUNICIPAL, Samuel Octavio Pelayo Paz era uno de los empleados “basificados” del Congreso del Estado, que en otras palabras quiere decir que era un “aviador” que sostenía El Mochilas a cargo del presupuesto del órgano legislativo.
 
LA PREGUNTA DEL DÍA: ¿Por qué el presidente municipal se empeña en mantener en sus puestos a Cuauhtémoc Villalobos y a Agustín Ortiz? Dos funcionarios que sólo han causado problemas y corrupción –y faltas a la moral—al gobierno del Movimiento Ciudadano.

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