domingo, 13 de enero de 2013

MAGISTRADOS ACEPTAN “PAGARÉ” ALTERADO POR 500 MIL DÓLARES COMO PRUEBA EN PERJUICIO DE UN AGENTE INMOBILIARIO DE VALLARTA

Un juicio por demás extraño, donde pudiera haber complicidades de algunos
magistrados jaliscienses, es el que se desahogó en la Octava Sala del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco y en el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito, y en el que las partes fueron el contratista y presunto ingeniero, José Antonio Bustos Garrido (a) ¨Tony Bustos¨ y el corredor de bienes raíces, Aldemaro José Garcés Flores (¨Aldo Garcés¨), de origen venezolano y a quien perjudicaron condenándolo a pagar más de medio millón de dólares mediante una carta poder que hicieron pasar como pagaré mercantil, alterando el documento original, según pruebas grafoscópicas.

 

Por Jorge Olmos Contreras

El venezolano Aldo Garcés nunca pensó que su propio contratista o residente de obra, Pedro Gerardo Bustos Garrido, se volteara en su contra y le armara un lío judicial para tratar de despojarlo de bienes por 500 mil dólares mediante el uso indebido de una carta poder que alteró     junto con sus hermanos, Tony Bustos y Víctor Eduardo (¨Lalo Bustos¨) Bustos Garrido-- y presentó ante un juzgado civil como “pagaré bueno” a favor de Tony Bustos, con el fin avieso de perjudicarlo y tratar de quedarse con una finca ubicada en la colonia Cinco de Diciembre de este puerto. 

Lo peor de todo, es que la Sala Octava del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco no valoró las pruebas grafoscópicas y en documentoscopía que demostraron que el supuesto pagaré estaba alterado y de esta manera condenaron al agente inmobiliario a pagar una deuda que nunca contrajo.

 

Por si esto fuera poco, el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito en Jalisco le negó un amparo directo a Aldo Garcés, aun cuando éste demostró que el Juez Octavo de lo Mercantil violó los artículos 14 y 16 constitucionales al emitir una sentencia definitiva en su contra el 28 de marzo del año 2007 pronunciada en la toca número 327/2003.

 

De hecho, Aldo Garcés ganó el juicio mercantil 2550/02 en primera instancia, pero los abogados del demandante, Tony Bustos, apelaron la sentencia y el caso fue turnado a la Octava Sala del Supremo Tribunal de Justicia, donde el juzgador dictó sentencia definitiva en contra del venezolano, por lo que el extranjero interpuso una demanda de amparo directo contra dicha sentencia, pero como ya vimos, el recurso le fue negado por el Segundo Tribunal Colegiado.

 

EMBARGO VIRTUAL

 

Con esto, el mal contratista logró que el Juzgado Primero de lo Civil en esta ciudad señalara como embargados los derechos fideicomisarios del terreno urbano –propiedad de Aldo Garcés—  marcado con el número 01 de la manzana XXIV ubicado en Andador Jesús Langarica, calle Jamaica, colonia 5 de Diciembre y lo en el construido con superficie aproximada de 274.61 metros cuadrados, por la cantidad de 500 mil dólares, documento que quedó asentado en el Registro Público de la Propiedad desde el 15 de octubre del año 2002.

 

No obstante, recientemente los abogados de Bustos Garrido promovieron un juicio pauliano con la intención de quedarse, a como de lugar, con el terreno urbano y lo que hay en el construido, por lo que el venezolano teme que se cometa una injusticia y que algunos magistrados operen en su contra para despojarlo de un inmueble que incluso ya no le pertenece jurídicamente.

En este punto, llama la atención que a insistencia del juez, el Registro Público haya señalado como embargado el inmueble que ya no estaba a nombre de Aldo Garcés, lo cual constituye otra irregularidad.

Así las cosas, cuando Tony Bustos supo que había un aviso preventivo sobre la finca en Registro Público de la Propiedad, se presentó en las oficinas del Registro para armar un escándalo y exigir a gritos que no se registrara el gravamen de la casa, pero el director no cedió a sus presiones y terminó registrándola, como era debido, hecho que enfureció aún más a Bustos.

LA HISTORIA

Como agente inmobiliario, Aldo Garcés también se dedica a la administración de condominios y a representar a inversionistas que compran propiedades en Puerto Vallarta; fue así como conoció a la señora Beatriz Sagahon de Simpson, con quien el cinco de junio del año 2000, celebró un contrato de obra para la construcción de una casa habitación; y para su ejecución y a fin de llevar a cabo la tramitación de licencias y permisos ante las autoridades correspondientes, ella le expidió en blanco y a su favor cinco cartas poder.

Pero en el 2001 empezaría su pesadilla, ya que Aldo Garcés, en su carácter de presidente del Consejo de Administración inició la construcción del Condominio “Vista Romántica” de la calle Hortensia número 139 del fraccionamiento Amapas, para lo cual contrató a la empresa “Primera 2” y ésta a su vez sub contrató, como Residente de Obra al presunto ingeniero Gerardo Bustos y celebró también contrato con el Sindicato Único de Albañiles y Similares.

El caso es que a finales del 2001, tanto la empresa “Primera 2” como Aldo Garcés se percataron que la obra no avanzaba conforme a lo planeado y presupuestado, por lo que decidieron contratar a otra persona, al arquitecto Manuel Orozco Gutiérrez, quien señaló que, efectivamente, desde un inicio no se había planeado bien la obra, cosa que se le hizo saber al supuesto ingeniero Gerardo Bustos,  que a su vez se molestó y dijo que eso no le importaba, que únicamente le interesaba que se le pagara lo que se le debía y abandonó la obra.

En esta etapa, Bustos, al saber que ya no iba a estar al frente de la obra, volvió a los gritos y a las amenazas contra Aldo Garcés, le decía que él era el “papá de la obra”; que Aldo era un simple extranjero, que se iba a arrepentir si le quitaba el trabajo. Incluso, se atrevió a amenazar al arquitecto Manuel Orozco, a quien le dijo que le iba a dar “unos putazos”, pero Manuel le recordó que él no tenía la culpa de que lo cambiaran y evitó la agresión.

Aldo Garcés sólo le adeudaba 60 mil pesos a Gerardo Bustos, pero éste pedía más y como no obtuvo más, amenazó con hacerle mucho daño por haber desconfiado de él y de su hermano Lalo Bustos, cosa que cumplieron, ya que el 12 de abril del 2001 convencieron a 20 trabajadores para que lo emplazaran a huelga argumentando despido injustificado.

El movimiento de huelga les costó mucho dinero a Aldo Garcés y a una norteamericana, socios de la obra, pues tuvieron que soltar billetes tanto al sindicato como en la sede de la Junta de Conciliación para pagar a algunos de los 20 trabajadores, incluido el propio Lalo Bustos.

LA PESADILLA

Pero lo peor vendría después, ya que Gerardo Bustos, aprovechando que Aldo Garcés lo contrató para realizar la obra de la casa de Beatriz Sagahon desde 31 de julio del año 2000, y que le habían confiado el expediente que incluía las cartas poder suscritas por la señora, a fin de que obtuviera los permisos correspondientes ante las autoridades municipales, hizo mal uso de ellas, destinando una al confeccionamiento de un pagaré apócrifo, donde curiosamente aparece como beneficiario su hermano Tony y como testigos, él mismo y su otro hermano Lalo, de los mismos apellidos.

La presunta conducta criminal de los hermanos Bustos Garrido fue exhibida por peritos profesionales en documentos y firmas falsas, ya que en el juicio se puede leer que alteraron el supuesto pagaré escribiendo en los espacios en blanco que el extranjero les debía 500 mil dólares y con el papel en la mano, se dirigieron al juzgado civil para interponer una demanda de carácter mercantil en contra de Aldo Garcés, según expediente 2550/2002.

En la secuela del juicio se contrataron tres peritos para que verificaran si el documento estaba alterado o no, y resulta que el primer profesional en la materia, Jesús Rigoberto Galván García determinó que la firma de Aldo Garcés fue hecha en forma anterior a lo que se plasmó en letra manuscrita en el famoso pagaré, es decir que fue utilizada la carta poder ostentando sólo la firma del señor Aldo y donde firma como “otorgante” es una copia fotostática.

LAS SOSPECHAS

A este perito le pareció además sospechoso que se hayan intercalado datos inherentes a un pagaré en un formato de carta poder, y manifestó su incredulidad de que se haya documentado una operación por una cantidad de un monto tan elevado en un formato que no es el idóneo para suscribir una operación mercantil, “cuando prácticamente se puede conseguir un pagaré a la vuelta de la esquina”.

También le pareció sospechosa la distancia entre el nombre y firma de quien aparece como obligado. Al respecto dijo: “Quien ejecutó la redacción del documento no quiso dejar ninguna evidencia y por lo tanto evitó cruzar líneas”. Las sospechas de este perito aumentaron por el hecho de que se haya tachado la impresión que aparece en la parte superior del documento que dice “carta poder” y por debajo escribieron con letra manuscrita la palabra “pagaré”.

El segundo perito, Sabino Rodríguez Martínez, llegó a la siguiente conclusión: “No puedo afirmar o determinar que dicho documento fue alterado en su contenido para hacerlo parecer como pagaré mercantil, en virtud de que de acuerdo con la naturaleza misma del hecho y de la significación de la palabra, la alteración de un texto sólo puede darse cuando éste ya se encuentra redactado, concluido y firmado cambiándose su destino sobre alguna circunstancia o punto substancial, ya sea añadiendo, enmendando o borrando en todo o en parte, una o más palabras, cláusulas, etc., y en el caso no existen añadiduras, enmendaduras o borraduras”.

“Aunado a lo anterior –subrayó-- y en virtud de que de acuerdo a los estudios realizados, se desprende que no se puede determinar si dicho documento fue firmado en blanco o no, en razón de que no existen trazos de intersección”.

EL TERCER PERITAJE

Ahora bien, al contradecirse ambos profesionistas, se nombró a un tercero en discordia, la perito Ligia Palacios Urbina, quien en base a pruebas científicas, determinó que, efectivamente, el famoso pagaré había sido alterado, ya que la firma de Aldo Garcés “fue estampada antes de realizados los datos manuscritos correspondientes al pagaré”, esto quiere decir que se aprovecharon los espacios en blanco del anverso de la fotocopia del “esqueleto” de la “carta poder”.

Sin embargo, el magistrado presidente del Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil, Rodolfo Moreno Ballinas, el magistrado ponente, José Guadalupe Hernández Torres y el secretario José Luis Pallares Chacón –como si fueran los abogados defensores de José Antonio Garrido--, subestimaron y desecharon las pruebas de los peritos al alegar que carecían de validez científica y que por lo tanto sus argumentos (de los peritos) al concluir que se alteró el documento “no son eficientes y sus percepciones deben calificarse de vagas, ambiguas y abstractas”, “ya que no permiten obtener datos certeros que aseguren sin duda alguna que se aprovecharon espacios en blanco y que éste se confeccionó cuando ya tenia la firma del otorgante”.

Al igual que descalificaron el peritaje de Jesús Rigoberto Galván García, los magistrados hicieron lo mismo con el dictamen de Ligia Palacios Urbina, al sostener que “el perito sólo esgrime sospechas o probabilidades, pero nunca se aporta un argumento científico o de carácter técnico que pueda orientarnos a determinar que efectivamente la firma del obligado y el resto del llenado del documento se verificó en tiempos distintos”.

Por ello, los magistrados declararon los dictámenes aportados “como ineficientes por carecer de base científica que produzca convicción” y terminaron tachándolos de “dogmáticos”. En sus argumentos citaron una serie de jurisprudencias y al final negaron el amparo directo al agente de bienes raíces, a quien dejaron indefenso y lo condenaron a vivir con una gran deuda que nunca contrajo, con el agregado de que los Bustos Garrido le añadieron al supuesto pagaré mercantil que Aldo se obligaba a pagarle 500 mil dólares más un 10 por ciento al señor Tony Bustos al día del vencimiento del mismo, el 20 de diciembre del año 2001; y que en caso de que no cumpliera se obligaba asimismo a pagar un interés del tres por ciento mensual de la cantidad total, es decir de los 550 mil dólares, hasta su pago total.

DEUDA IMPAGABLE

De hacerse efectiva esta injusticia aceptada y avalada por la Sala Octava del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito, Aldo Garcés ya tendría una deuda impagable de casi dos millones de dólares de puros intereses, tomando en cuenta que este 20 de diciembre del 2012 se cumplen 11 años en el que se alteró el pagaré que los magistrados dieron como bueno.

Esta cantidad de dinero, es quizá el fondo del comportamiento de algunos magistrados, ya que resulta sospechoso que un magistrado, Gerardo Domínguez, manifestara tener impedimento para conocer del asunto debido a que en el juicio intervendría el licenciado Jair Escobar Magaña, abogado con quien –según dijo el magistrado— tiene una estrecha amistad.

La secretaria del tribunal, María de Jesús Ramírez Díaz, también se quiso excusar, pero al interior del órgano colegiado calificaron de infundado el impedimento que alegaba María de Jesús Ramírez.

Y es que de acuerdo con lo comentado por el propio Aldo Garcés, su abogado, Jair Escobar, le dijo que si bien conocía al magistrado Gerardo Domínguez como parte de su trabajo, no era cierto que llevara una estrecha amistad con él, por lo que siempre se preguntaron el por qué dicho magistrado manifestó tener impedimento para conocer este asunto.

El comportamiento del magistrado Domínguez fue sospechoso y parcial, pues incluso se negó a hablar con Aldo y la norteamericana cuando fueron a Guadalajara para entrevistarse con él.

Por otra parte, en el juicio aparece también la ambición desmedida de dos abogados de Guadalajara, los señores Martín Mendoza Vega y Luis Miguel Vega Mendoza, quienes son los endosatarios del supuesto pagaré mercantil en procuración del presunto ingeniero Tony Bustos, pues fueron ellos los que promovieron el juicio mercantil.

En cuanto a Tony y Gerardo Bustos, llama la atención que la autoridades no hayan hecho algo para impedir que se ostenten como ingenieros en  algunas obras cuando no lo son, ya que de acuerdo con la Dirección General de Profesiones de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y con el Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías de la Universidad de Guadalajara, ni Pedro Gerardo, ni José Antonio Bustos Garrido son ingenieros de profesión.

Y como corolario de esta historia de impunidad, el señor Tony Bustos acaba de ser nombrado miembro del nuevo Consejo de Giros Restringidos del Ayuntamiento de Puerto Vallarta en representación de casas y fincas de la ciudad, como si se tratara de una burla o un mal chiste, pues ni el alcalde ni los regidores se preocuparon por revisar los antecedentes de este “consejero”.

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