domingo, 13 de enero de 2013

EL ESCÁNDALO DEL SEÑOR DE LOS ANTROS, EL REGIDOR LUIS ERNESTO MUNGUÍA GONZÁLEZ; POLICÍAS MUNICIPALES LE ROBARON SU CARTERA Y CELULAR EN PLENA BORRACHERA

Por Jorge Olmos Contreras
 
La vida licenciosa del joven regidor del Movimiento Ciudadano, Luis Ernesto Munguía González no tardaba en hacer su aparición en el escenario político de Puerto Vallarta y vaya de qué forma, pues todavía embargado por los festejos del maratón Guadalupe-Reyes, el edil se puso una borrachera de padre y señor nuestro que lo llevó a hacer desfiguros en la vía pública y de paso ocasionar un incidente que casi les cuesta la chamba a un par de policías municipales.
 
Andaba tan borracho, que Luis Ernesto Munguía parecía un personaje salido de uno de los libros de poemas de Charles Bukowsky, porque aunque él se crea un Dorian Gray del siglo XXI y presuma tener muchos amigos Harrys, siempre terminará jalando la cadena del inodoro que irremediablemente lo trasladará a la arena pública a la cual nunca debió haber entrado.
 
Sin embargo, como regidor y representante popular del gobierno que pretende cambiar la historia de Puerto Vallarta, Luis Ernesto Munguía está, al igual que todos sus compañeros que conforman el pleno del Ayuntamiento, bajo el escrutinio público. Cualquier movimiento que hagan, por pequeño que sea, merecen la atención de propios y extraños.
 
El caso de Luis Ernesto Munguía es especial, debido a que el alcalde Ramón Guerrero lo metió a un ambiente que no es el suyo, la política. Él es un muchacho que se niega a dejar la adolescencia y que extraña sobremanera aquéllos días de universidad, donde comandaba un grupo de jovencitos –liderados por él y la primera dama, Magaly Fregoso-- que tenían ganas de tragarse el mundo a mordidas y que no les importaba nada con tal de hacer todas las noches su mejor noche, irse de antro y desvelarse hasta la madrugada para al día siguiente hacer lo mismo.
 
LAS PRIMERAS FACTURAS
 
Inmaduro en toda la extensión de la palabra, el regidor Munguía se convirtió en edil por obra y gracia del Mochilas, pero el experimento ya cobró las primeras facturas, toda vez que el escenario esperado por Luis Ernesto no era el que él pensaba, pues se imaginaba un gobierno de fiestas y pachanga y cero responsabilidades.
 
Quizá piensa que es demasiado joven como para abandonar los días de fiestas y sus visitas a los mejores circuitos de bares, cantinas y antros alternativos de la ciudad, de ahí que a la primera oportunidad que lo dejaron suelto –es decir, en el reciente periodo vacacional decembrino—se puso hasta las chanclas, sin importarle que ya es una figura pública; él agarro la botella y punto, ya no la soltó.
 
Y es que en la primera semana de este 2013, justo antes del día de Reyes, Luis Ernesto Munguía ya no pudo más y se enfiestó, agarró la jarra y no la soltó hasta que estaba a punto de la intoxicación etílica --hasta que el hígado nos separe, decía--, con tan mala suerte, que punto pedo fue sorprendido casi tirado en la vía pública por varios policías municipales, quienes no conocieron o no quisieron reconocer al regidor del Movimiento Ciudadano, uno de los favoritos del Mochilas, por lo que procedieron a revisarlo y en la “báscula” aplicada le robaron su cartera y su celular de última generación.
 
EN LA CRUDA ME SALES DEBIENDO
 
Pasados los efectos del alcohol en la sangre, Luis Ernesto Munguía buscó con desesperación su teléfono celular –la cartera importaba poco— lo realmente importante era el aparato que hoy en día sabe mejor que cualquier confidente la vida pública y privada de sus poseedores; por lo que hizo una cara del comediante Jorge Falcón, así como compungida, y salió disparado en búsqueda de venganza, pues muy en el fondo de su deteriorada memoria se acordaba que lo habían esculcado los policías.
 
En el transcurso del día se acordaba hasta el cansancio, ah cómo se acordaba del dicho aquél que reza: “Dios, si en la borrachera te insulté, en la cruda me sales debiendo”.
 
De inmediato se movió, le llamó al Mochilas para quejarse de lo sucedido y después buscó al Director de Seguridad Pública, coronel Silvestre Chávez para obligar a los policías municipales a que le regresaran el aparatito a como diera lugar, pues tenía más información que el disco que los terroristas le robaron a un agente del M16 en la película “Skyfall”.
 
Y aunque se desconocía quién o quiénes habían atracado al regidor Munguía, desde los altos mandos de seguridad pública se dio la orden para que se localizara a los policías implicados en tan gravísimo robo. Entre los cuicos, todos se preguntaban lo mismo, pero nadie se atrevía a decir quién, pues más vale que les digan cómplices a ponerles “dedo” a sus compañeros y que los tilden de soplones.
 
RASTREADO POR GPS
 
Sin embargo, el coronel, que en trabajos de inteligencia se pinta solo, sugirió que se rastrera el celular del regidor robado. Fue así como mediante la tecnología GPS (Global Position System o en español quiere decir Sistema de Posicionamiento Global) se pudo ubicar con precisión el lugar exacto donde se encontraba el teléfono.
 
El sitio resultó una casa de uno de los agentes policiacos involucrados en el robo. De hecho, se pudo recuperar el aparatito, pero por increíble que parezca, no hubo ningún tipo de sanción administrativa, ni arresto, ni nada, contra los gendarmes implicados, quienes sólo regresaron cartera y celular y un usted disculpe al borracho de palacio.
 
Este caso trascendió apenas el fin de semana antepasado y la única reportera que se interesó en el mismo fue Carolina Gómez Aguinaga, quien a través de los micrófonos de la estación de radio “La Patrona” dio a conocer el incidente del regidor Munguía, incluso entrevistó en cabina al coronel Silvestre Chávez y éste confirmó el robo del que fue objeto el edil consentido del Mochilas.
 
Los únicos que están molestos son los policías que han sido balconeados (exhibidos pues) una y otra vez.
 
Desafortunadamente, todavía no trasciende el punto exacto donde fue detenido el regidor y revisado por los policías, ni dónde se puso la borrachera, si andaba con amigos de antaño como la hoy flamante presidenta del DIF, Magaly Fregoso o con su amiguita Doris Ponce, o si andaba solo, festejando que ahora sí todo mundo le hace los mandados, que ya no importa que le clausuren su cantina 322, que al fin y al cabo la puede abrir cuantas veces quiera, todo es cosa de pedirle el favor al presidente municipal para que hasta el jefe de reglamentos, Cuauhtémoc Villalobos haga de tripas corazón.
 
Veremos con qué cara llega hoy a la sesión de cabildo el regidor de las una y mil borracheras. La junta del pleno del Ayuntamiento está programada para las 20:00 horas ocho de la noche y promete un nuevo agarrón de todos contra todos.
 
INFORMACION CLASIFICADA EL CASINO VALLARTA PODRIA SER CLAUSURADO POR LA SECRETARIA DE GOBERNACION, si la súper dependencia que dirige Miguel Ángel Osorio Chong atiende la suspensión definitiva que otorgó el jueves tres de enero el juez segundo de distrito en Materia Administrativa en Nuevo León, Javier Rubén Lozano Martínez, contra la empresa Entretenimiento de México (Emex), de cuyo permiso derivaron los otorgados a Producciones Móviles y Exciting Games.
 
Hay que recordar que el Casino Vallarta trabaja amparado con un permiso de Producciones Móviles S. A de C.V. y que fue “regularizado” por Felipe Calderón y el anterior secretario de gobernación, Alejandro Poiré en las últimas horas de que concluyera el sexenio Calderonista, algunos (revista Proceso) incluso dicen que fue en la madrugada del primero de diciembre, cuando Calderón ya no era presidente y Poiré ya no era secretario, en que se entregaron “nuevos” permisos.
 
Nuevamente sale a relucir el nombre del ex secretario de gobernación en tiempos de Francisco Ramírez Acuña, Abraham González Uyeda, el principal mecenas y promotor del alcalde de Vallarta, Ramón Demetrio Guerrero Martínez, mejor conocido como El Mochilas.
 
En reportajes de la revista digital “Reporte Índigo” de esta semana, se señala que el principal implicado en la podredumbre de los casinos, Juan Iván Peña Neder, era el personero de Abraham Kunio González Uyeda.
 
EL JEFE DE ESCOLTAS DEL DIRECTOR DE SEGURIDAD PUBLICA MUNICIPAL, SILVESTRE CHAVEZ, de nombre Jorge Aguilera, está haciendo lo mismo que hacían los guardaespaldas de “Robertito”, se conduce con prepotencia, infringe la ley y se mueve en comando, como si se tratara de un miembro de la delincuencia organizada.
 
El viernes pasado los reportaron a bordo de dos camionetas con armas largas y fueron perseguidos por policías estatales y hasta municipales. La persecución duró varios minutos porque nunca hicieron alto, sino hasta mucho después.
 
Jorge Aguilera se siente el nuevo mandamás de Vallarta y esto podría ocasionar nuevos problemas en materia de seguridad en el puerto.
 
El coronel debe ponerle un alto, antes de que sea demasiado tarde.

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