lunes, 27 de junio de 2011

INFIDELIDADES POLITICAS, EL CASO JUAN CARLOS CARRILLO


Por Jorge Olmos Contreras

Con siete años al frente de la Fundación priista General Leandro Valle, el actual subtesorero municipal del Ayuntamiento, Juan Carlos Carrillo Flores, es todo un caso para la reflexión y el análisis si de asuntos de infidelidades políticas se trata; ya que a menos de un mes de que el PRI cambiara su dirigencia municipal, el señor Carrillo se quitó la careta y comenzó a exponer su verdadera identidad para mostrarse como tal y enseñar una parte oscura de él que no conocíamos.

Como niño berrinchudo, Juan Carlos Carrillo no pudo superar el ridículo que hizo en el proceso interno del PRI para elegir a su nuevo (a) presidente y al secretario general, ya que él siempre presumió entre los miembros de la Fundación Leandro valle que nadie le quitaría la posibilidad de ser líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Puerto Vallarta.

Mareado por una repentina aparición en los medios de comunicación, donde no reparó en gastos para pagar inserciones completas para que hablaran bien y bonito de su “trayectoria política”, Juan Carlos no sólo creyó que en realidad podía ser presidente del Comité Directivo Municipal (CDM) del PRI, sino que también podría ser alcalde de Puerto Vallarta en el año 2016.

Tan ingenuo es y se comportaba, que todavía piensa que él va a ser el “bueno” para el 2015 y que nadie, ni siquiera el actual alcalde, Salvador González Reséndiz ni mucho menos el líder de la CTM y diputado federal, Rafael Yerena Zambrano, podrán impedir que se convierta en candidato del PRI a la presidencia municipal, pues presume tener mucho arrastre entre los jóvenes, y sobre todo, mucha ascendencia y carisma entre las mujeres.

LA TRISTE REALIDAD

Pero la realidad es otra y es muy distinta a la que pinta Juan Carlos Carrillo, quien en siete años prácticamente ha desaparecido la Fundación Leandro Valle por sus deslealtades políticas y por engañar a personas que un determinado momento dieron todo por ayudarlo.

Al filo del abismo y sin fuerza, ni dignidad siquiera para desempeñar un cargo público –ya que lo ven como un “aviador” más del Ayuntamiento al ser ninguneado por la tesorera Martha Alicia Peña, quien le impuso a la nefasta Lorena Hernández Becerra que ostenta el cargo de Jefa de Ingresos, pero quIen es la verdadera subtesorera—Juan Carlos Carrillo se acaba de aventar de enemigo ni más ni menos que a Rafael Yerena Zambrano.

Y es que no fueron pocas las personas que han escuchado a Juan Carlos Carrillo despotricar contra el secretario de la Federación de Trabajadores (FTJ) de la CTM en Jalisco y líder moral del priismo vallartense. Lo menos que ha dicho de él, es que es una persona injusta y poco confiable. Que por culpa de Yerena, él, Juan Carlos Carrillo, gastó “muchísimo” dinero en la campaña interna del PRI.

“Que si Yerena ya sabía que la decisión iba a ser por “dedazo”, que para que jugaban con él. Que para qué le mintieron y le hicieron creer en los Reyes Magos. Qué para qué le bajaron el cielo y las estrellas si al final iban a salir con su domingo siete”.

LOS RECLAMOS

Todavía peor, Juan Carlos Carrillo, lamiéndose las heridas, le dijo a gente cercana a su círculo de amigos –casi siempre amigas—una confidencia que más que nada fue una indiscreción, al sostener que Rafael Yerena --por conducto del actual procurador municipal, Jorge Luis García Delgado, mejor conocido como Gío-- le mandó a decir que dejara su activismo político, porque la presidenta del PRI iba a ser la regidora Gloria Palacios. (Como en efecto, sucedió.

Aún más, en corto, Carrillo Flores habría dicho que Rafael Yerena le ofreció la Secretaría de Organización del CDM del PRI, pero que él, muy dignamente, rechazó la propuesta indecorosa; porque él, Juan Carlos Carrillo, “no le iba a hacer el trabajo a dos huevonazos como Gloria Palacios Ponce y Gabriel Salcedo Angulo. Que se fueran a la goma, que él no se iba a prestar a esto”.

Sin embargo, y con todo y berrinche de por medio, Juan Carlos Carrillo anda como chivo en cristalería, tratando de convencer a los pocos amigos que le quedan para que se sumen a su proyecto político, porque es “casi seguro” que él va a ser el candidato del PRI a la presidencia municipal en el 2015.

APOYOS EMPRESARIALES

Loco y desfasado, el señor Carrillo ha presuntamente utilizado argumentos poco convincentes, como el presumir que ya tiene importantes empresarios que le van a invertir muchísimo dinero a su proyecto. Que uno de estos “importantes” inversionistas, es el actual gerente del grupo Radiorama en Puerto Vallarta, Francisco “Paco” Pérez, quien dicho sea de paso, no tiene ni en qué caerse muerto, es más bien un rentista de sus propios intereses.

Pero suelto de lengua como es, Carrillo Flores ha comentado cosas verdaderamente delicadas que implican a Paco Pérez en actividades de dudosa reputación, como involucrarlo con grupos de mafiosos para saldar algunas cuentas personales; como las que supuestamente tuvo el propio Carrillo con el marido de una empleada municipal, quien lo habría amenazado con dañarlo físicamente por andar de novio con su esposa (La del cónyuge).

Pero eso es lo de menos, ya que actualmente al interior del Ayuntamiento se presume que Juan Carlos Carrillo sostiene una relación extramarital con una empleada del Departamento de Catastro Municipal de nombre Argelia, y que por este sólo hecho, descuida sus actividades --ya no digamos de la sub tesorería municipal, pues como ya señalamos, Juan Carlos sólo es una figura decorativa frente a la Jefa de Ingresos, Lorena Hernández--, sino también de la Fundación Leandro Valle, al grado tal que en breve estará en Puerto Vallarta el líder nacional de esa agrupación para tratar de enderezar el organismo y quitarle la estafeta a Carrillo.

Al confrontarse con Rafael Yerena, Juan Carlos Carrillo piso un callo, y ahora comienzan a surgir informaciones delicadas que podrían afectarle enormemente para seguir como subtesorero municipal, ya que se presume que pese a ser funcionario del Ayuntamiento, mantiene un contrato –verbal o por escrito—para operar cuatro camiones de volteo (propiedad de Carrillo) en las diferentes obras y trabajo que realiza la comuna, lo que viola la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos.

HERENCIA DE ALCOBA

Pero eso no es todo, también le investigan la relación que mantiene en la operación de varios camiones del transporte urbano (de los azules) y de donde saca mucho dinero para invertirlo en sus actividades políticas; aunque en el fondo, se sabe que las unidades son propiedad de la familia de su verdadera esposa, Aidé Rodríguez Aguirre.

Al mezclar los problemas de alcoba con las actividades públicas y políticas, Juan Carlos Carrillo está generando todo un coctel explosivo que le podría explotar en la cara en cualquier momento y, desde luego, frenar cualquier aspiración política; y más que eso, poner en riesgo su permanencia en el Ayuntamiento.

Si recordamos, Carrillo Flores está en un puesto que no ejerce, gracias, y solamente gracias al alcalde Salvador González Reséndiz; quien lo rescató de las fauces del ex presidente municipal, Javier Bravo y su tía Aurora Arreola, quienes lo despidieron en los últimos días de su administración (2009) por encabezar un mitin de protesta porque no les habían pagado el aguinaldo.

Juan Carlos Carrillo, fue de los primeros empleados del Ayuntamiento que denunciaron penalmente a Javier Bravo por el desvío de recursos de los fondos de pensiones. Pero un día, Chavita (el alcalde) le dijo que ya no le moviera más a las denuncias. Que a cambio, le daría la sub tesorería municipal, puesto y facultades que ha ejercido desde el 2010 una señora que odian casi todos los trabajadores burócratas: Doña Diabla, Lorena Hernández Becerra.

Por todo esto, bien haría Juan Carlos Carrillo en reflexionar qué ha hecho mal últimamente como para que se le venga el mundo encima y lo expongan en la arena pública.

INFORMACION CLASIFICADA

ALGO HAY EN EL AMBIENTE, PERO HONESTIDAD EN LOS CUERPOS POLICIACOS Y MILITARES NO, ya que el viernes pasado un caso llamó la atención de propios y extraños –y aunque se quiso ocultar la información— trascendió que la policía local detuvo a un joven soldado, de nombre Eduardo Morales Martínez --adscrito a la 41 Zona Militar-- en las inmediaciones del Barrio Santamaría, presuntamente ebrio, drogado y enseñando sus partes nobles a los transeúntes y en poder de tres “grapas” de polvo blanco, al parecer cocaína y lo enviaron a la cárcel municipal.

Dicen que este hecho causó enojo y rabia en la comandancia de la zona militar –no obstante que los hechos le daban la razón a los municipales--, al grado que se enfurecieron aún más porque el Ministerio Público Federal habría consignado al elemento militar por presuntos delitos contra la salud.

Los medios manejaron la información y hasta la foto del presunto transgresor de la ley.

Bien por los municipales, pero todavía mejor y se respeta su trabajo y se aplaude, a los encargados del Ministerio Público Federal asignados a la subsede de la PGR, porque trabajaron sin parcialidad alguna.

TRAS UN “DICTAMEN” O “ESTUDIO” DE PRODUCTIVIDAD, AVALADO POR EL ACTUAL DIRECTOR, JESUS MANUEL DÍAZ ZURITA, el dueño del periódico Tribuna de la Bahía, Fernando González Corona --quien hace poco encabezó la “marcha” a favor de la obra del Malecón--, ya tiene en su escritorio los cheques firmados por él –según trascendió al interior del diario-- para despedir (liquidar según su propia visión de la Ley Federal del Trabajo, máxime si los consideran “socios” de una empresa “outsourcing”, (o Pagadora); a dos de los empleados que han dado la mitad de su vida (o más) al diario de Eva y Fernando.

Nos referimos a los compañeros Javier Santos y Gerardo Cortés, dos periodistas que se han convertido en valiosos comunicadores por su experiencia y profesionalismo al frente del diario. Los dos tienen familia, hijos pequeños a quienes mantener y formar; pero más que eso, tienen el conocimiento de muy pocos, por los años que han estado al frente del Tribuna como reporteros.

Sin embargo, como Zurita se cree la panacea de Tribuna de la Bahía, poco le importa afectar a las familias de estos periodistas. Igual lo hizo con Noemí Zamora, a quien hostigó y cansó (le reprochaba hasta sus amistades con otros periodistas) hasta que la mujer prácticamente huyó y se fue a Los Cabos para trabajar con el “diario hermano” del Tribuna, Tribuna de Los Cabos, a cargo de David Rojo, un periodista veracruzano que se quedó atrapado en el túnel del tiempo y que si antes rechazaba (como hoy Zurita) los arreglos y publicidad gubernamentales, hoy son copartícipes de las prebendas y canonjías de los gobiernos.

Sobre todo en Baja California, donde Tribuna de los Cabos (pero todavía más, David Rojo) no tienen la más mínima competencia periodística y no hay quién les haga sombra para amarrar jugosos contratos millonarios de publicidad.

Por supuesto, todo a cambio de no hablar mal del gobierno en turno y hacer feliz a Fernando González Corona, que en menos de una década se le olvidó lo que significa la lucha social por los más pobres y necesitados.

Él sólo quiere dinero y más dinero, así sea pisoteando a los trabajadores.
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