lunes, 17 de octubre de 2011

REGRESA EL OSTRACISMO AL CONSEJO POLITICO DEL PRI VALLARTA


Por Jorge Olmos Contreras

Si el miedo al divisionismo fue la principal causa o razón para que los priistas “decidieran” cerrar toda posibilidad para elegir a su próximo candidato a la presidencia municipal en una elección abierta –como lo aprobó el Consejo Político el viernes pasado--, para muchos resulta ser un pretexto tonto, un recurso inapropiado en estos tiempos en que los ciudadanos demandan transparencia y más democracia.

Y no es que los priistas intenten o quieran jugar a la democracia como dijo Rafael Yerena Zambrano, pues en este caso el término “jugar” es solo una simulación que en realidad esconde una manipulación para elegir al candidato por “dedazo”, so pretexto de la “unidad” partidista.

Los priistas de Puerto Vallarta, lejos de apostar por procesos abiertos donde se demuestre que son maduros y pueden ser lo más democráticos posibles, han optado por regresar a los viejos tiempos en una época en la que ya no caben más procesos simulados ni elecciones por consigna.

Sin embargo, y para vergüenza de todos aquéllos que forman parte del Consejo Político del PRI Municipal, votaron a favor del ostracismo, de cerrar aún más el ostión para poder manipular los hilos –aquí sí movidos por unos cuantos-- en la próxima elección y encumbrar sólo y exclusivamente al candidato a la alcaldía que obedezca a los intereses de un grupo que no es todo el Partido Revolucionario Institucional.

EL RETROCESO

Muchos observadores seguramente verán esta decisión del Consejo Político como un retroceso y, desde luego, como muy malas noticias para la democracia y para el propio PRI, ya que el pretexto de la escisión, como decíamos líneas arriba, es un pretexto estulto y sólo va a provocar el efecto contrario, es decir, la división que viene al interior del priismo vallartense será real y quizá como nunca antes y, desde luego, podría costarle al PRI perder los próximos comicios.

Y no se entiende el por qué tenerle miedo a un proceso abierto, ya que en otras ocasiones el mismísimo Rafael Yerena Zambrano ha echado mano de sus mejores oficios políticos para derrotar a sus adversarios internos y salir avante con sus candidatos a la Presidencia Municipal.

El caso más sonado fue el de Javier Bravo Carbajal –que engañó a todos con la estafeta de diputado federal--, quien le ganó a Andrés González Palomera la elección interna del PRI con el apoyo de la CTM y su líder Rafael Yerena Zambrano.

Hay que recordar que Rafael Yerena se enfrentó a una elección asimétrica porque Andrés González Palomera contaba con el apoyo de toda la maquinaria del Ayuntamiento, dirigido en ese entonces por Gustavo González Villaseñor, pero aún así, el líder obrero sacó a flote su experiencia y terminó derrotando al equipo oficial para hacer candidato a Javier Bravo.

LOS ANTECEDENTES

Meses después Rafael Yerena se arrepentiría de haber llevado a la silla presidencial a Javier Bravo por las traiciones políticas del nuevo alcalde, pero eso no fue suficiente para que Yerena reconociera que se había equivocado, pues el objetivo era que no llegara a la presidencia Andrés González Palomera como un continuismo del gobierno municipal de Gustavo González Villaseñor.

Existen otros antecedentes históricos de las elecciones internas del PRI donde Rafael Yerena también ha sido derrotado, como cuando Gustavo González Villaseñor le ganó la presidencia del Partido en lo que resultó una división de enormes proporciones entre los simpatizantes de una planilla verde y otra amarilla.

Y como no es lo mismo antes que después, quizá Rafael Yerena hoy esté tomando todas las precauciones para evitar a Gustavo González Villaseñor y a Andrés González Palomera en una elección abierta, por ello se apresuraron en que sesionara el Consejo Político para definir, de una vez por todas, la forma en que se elegirá al candidato tricolor, y ésta será en una convención de delegados, donde Andrés González Palomera nada tiene que hacer, pues sería humillado y derrotado en forma aplastante.

Quizá por eso el mismo Andrés González Palomera no quiso acudir el viernes a la reunión, ya sabía lo que se traían entre manos los miembros del Consejo Político que recibieron “línea” para semejante determinación de sacar un “candidato de unidad” por convención de delegados.

EL “HALCÓN” DE ANDRES

Nos dicen que a las afueras del auditorio “Luis Donaldo Colosio” estaba César Abarca –amigo personal del alcalde de Guadalajara, Jorge Aristóteles Sandoval y simpatizante del proyecto político de Andrés González Palomera—rumiando la decisión del Consejo Político y poniendo a Andrés al tanto de todo, como un moderno “halcón”.

Adentro del auditorio, Andrés contaba con otro aliado, Demetrio Gómez (a) El Chavalón, un viejo priista que se sabe todas las mañas del PRI, quien se opuso –fue el único que votó en contra—de que la elección del candidato fuera cerrada en una convención de delegados.

El Chavalón recordó que a nivel nacional “nos están poniendo el ejemplo” de cómo elegir al candidato a la Presidencia de la República” por lo que en Puerto Vallarta la elección debe ser abierta a simpatizantes, priistas y a la ciudadanía en general.
Sin embargo, Rafael Yerena volvió a la carga y manifestó que “no podemos seguir jugando a la democracia contra quienes no comulgan con nosotros”.

EL MIEDO

Se refería al temor o al miedo que tiene de hacer una elección abierta, por la posible incursión de personas ajenas al Partido, o quizá hasta de otros partidos, para salir a votar masivamente e inclinar la balanza por el candidato que no sea de las simpatías de Rafael Yerena Zambrano.

Para ser claros, Rafael Yerena no quiere correr el riesgo de que se descarrile el proyecto político llamado Adrián Méndez González y de que los ciudadanos voten a favor de Andrés González Palomera, por eso la cerrazón del Consejo Político a una elección abierta.

Los priistas deberían reflexionar muy bien las palabras del líder obrero, ya que no dejó de pasar la oportunidad para subrayar: “Por eso, lo que se ha dicho aquí es que creo que lo mejor para nosotros es construir la unidad; es ir a un proceso de delegados en una convención, sin fractura, ni desgaste, buscar alianzas, como ir juntos, que no gane nadie en particular, sino que gane el PRI. Hoy me pronuncio en la unidad del partido para que vayamos a una convención de delegados para elegir al candidato a la presidencia de Puerto Vallarta”.

Ojo, mucho ojo, porque cuando Yerena habla de buscar alianzas, de ir juntos, de que nadie gane en particular, sino que gane el PRI, lo dice porque es muy probable que busque a Gustavo González Villaseñor para ofrecerle posiciones en la planilla de regidores, llevando como candidato a Adrián Méndez González.

Aunque tampoco debemos descartar que esas “alianzas” y eso de “ir juntos” se refiera a que sólo va el equipo priista que está bajo su control, es decir, los que en el Consejo Político le obedecieron para cerrar la elección interna.

Sabemos perfectamente que Yerena trae atravesados a Gustavo, a Andrés y a Javier Bravo, que tiene toda la intención de pisotearlos y sacarlos, de ser posible, del PRI. No les va a dar ninguna concesión ni les va a permitir que maniobren para echar abajo la decisión del Consejo Político.

Bajo esta lógica, si Andrés y Gustavo están buscando una rendija por dónde colarse y recurrir al Comité Estatal o al CEN del PRI para impugnar la votación del Consejo Político, podrían toparse con piedra dados los alcances de Rafael Yerena; pero seguramente lo van a intentar y podrían lograr un acuerdo histórico, sobre todo si es verdad que traen bajo la manga las encuestas donde el PRI sólo refrenda Puerto Vallarta si el candidato es Andrés González Palomera.

Yerena trae sus propios números, incluso sabemos que en los próximos días va a mandar a levantar una encuesta –con una empresa encuestadora seria y de prestigio—para demostrar, según comentó, que el mejor candidato en estos momentos se llama Adrián Méndez González.

Y bueno, la lectura que nos debe de dejar el ostracismo del Consejo Político del PRI Municipal, es que el divisionismo viene y será de mayores proporciones, máxime cuando esa cerrazón y falta de voluntad para negociar acuerdos, orille a Andrés González Palomera, muy probablemente asociados con Tito Yerena y Gustavo González Villaseñor, a abandonar el PRI para buscar cobijo en otro Partido donde pueda ser candidato a la presidencia municipal.

INFORMACION CLASIFICADA

EN EL PASADO RECIENTE, EL CONSEJO POLÍTICO DEL PRI VOTÓ EN CONTRA de que el candidato fuera Rodolfo González Macías y de Guadalajara, el entonces gobernador Guillermo Cosío Vidaurri echó abajo el acuerdo e impuso por “dedazo” a quien después resultó ser otro nefasto alcalde de Puerto Vallarta.

En ese tiempo, corría el año de 1991, Rafael Yerena tuvo que aceptar su derrota política y conformarse con ser el vice-presidente municipal.

Damos este ejemplo para recordar que no siempre lo que aprueba el Consejo Político del PRI es respetado por el Comité Estatal o por el CEN, aunque por estatutos debería respetarse lo que se vota en dicho Consejo, el máximo organismo en la toma de decisiones priistas.

EL QUE SIGUE SIN ENTENDER LOS ALCANCES DE LA SOBERBIA Y PREPOTENCIA es el ex secretario general del Ayuntamiento en la administración de Gustavo González Villaseñor, Antonio Lugo Morales, también conocido como “Romina”, ya que hace unos días le dieron una cucharada de su propio chocolate en un incidente de tránsito.

Resulta que el hijo de Toño Lugo chocó un vehículo estacionado en conocido edificio de departamentos de la zona hotelera y que cuando Toño estaba queriendo sacar el golpe con las manos para que no se notara, apareció la dueña del coche afectado y su marido para pedirle al priista que respondiera por los daños, que pagara el golpe pues.

Antonio Lugo se negó a tal solicitud y comenzó a querer intimidar a la pareja con frases como “¿no sabes quién soy yo?” “soy amigo personal del senador Manlio Fabio Beltrones, no te metas conmigo” le espetaba al señor.

El hombre dueño del carro chocado no se dejó y le respondió a Roño Lugo. “Yo sé perfectamente quién eres, por eso te pido que pagues”. Como Toño insistió en que era influyente por ser amigo de Manlio Fabio, el señor sacó su celular y le llamó directamente al secretario de Manlio para decirle que en Puerto Vallarta había un sujeto que decía ser amigo personal del senador y que estaba haciendo de las suyas, que le pasara a Manlio para decirle.

Este señor, de quien omitimos su nombre por razones obvias, resultó ser, él sí, amigo directo de Manlio Fabio Beltrones, por lo que a Toño Lugo no le quedó de otra más que apechugar y retirarse del lugar a tragarse su coraje.

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