miércoles, 12 de octubre de 2011

DESAPARECE EL MENCHO DE PUERTO VALLARTA



Javier López Velasco, miembro de una conocida familia que se asentó en Puerto Vallarta hace casi 30 años y que pronto hicieron fama porque algunos de ellos se vieron envueltos en casos de presunto narcotráfico –al grado de ser conocidos como Los Menchos--, desapareció en las calles de Guadalajara desde hace por lo menos cuatro meses, sin que a la fecha sus familiares conozcan su paradero o hayan encontrado su cadáver.

Sin embargo, fuentes policiacas no oficiales, así como algunas personas cercanas a su familia, aseguran que El Mencho mayor murió en un enfrentamiento con pistoleros de un bando contrario en la Perla Tapatía, mientras que otros sostienen la versión de que fue “levantado” y posteriormente asesinado debido a viejas rencillas que sostenía con otro grupo.

Otra versión le atribuye su desaparición a las relaciones que hizo con el extinto capo Ignacio Coronel Villarreal y a ciertos trabajos sucios que hizo en la región de Puerto Vallarta, donde hizo ligas con el también conocido Luis Fernando Gurrola Coronado, ejecutado por presuntos “zetas” en el mes de abril del año pasado en unos lujosos condominios del desarrollo Gran Bay de los campos de golf El Tigre de Nuevo Vallarta.

LA HISTORIA

A finales de la década de los ochenta, en Puerto Vallarta se escucharon los primeros comentarios sobre un grupo de hermanos y familiares oriundos de Bioto. Al referirse a ellos, les llamaban “Los Menchos”. Al cabo de los años ya eran conocidos hasta por un sector de la clase política local con quienes se saludaban al cruzar los pasos.

Es numeroso el clan de “Los Menchos”. Quienes los conocen, saben que se trata de personas nobles aunque arrastran una fama que a juicio de muchos es inmerecida. Esa fama se adquirió y creció en torno a uno de ellos, a Javier López Velasco. Su fama en Puerto Vallarta y la región alcanzó la raya del personaje mítico. En Guadalajara se habló de su nombre. Y de Guadalajara llegó la noticia de su desaparición hace algunas semanas. A dos meses, se ignora su paradero y todo indica que es uno más en la inmensa lista de caídos en la guerra del narcotráfico.

A excepción de Javier, el resto de los miembros del clan se dedica por siempre a actividades productivas aunque algunos de ellos no pueden ocultar su gusto por las paleas de gallos. Uno de ellos tiene su granja en una finca de la colonia Villa de Guadalupe.

El nombre de Javier López Velasco empezó a llamar la atención a principios de este año. En la prensa especializada en temas del narcotráfico solían confundir su nombre y lo ubicaban erróneamente como de los líderes del grupo llamado Cartel Jalisco Nueva Generación.

VICTIMA DE CARTELES

Se estima que el Cartel Jalisco Nueva Generación y La Resistencia surgieron hace ya un año, a raíz de la crisis por el debilitamiento y al descomposición de los cárteles aliados que operaban en Jalisco. Al frente de este grupo asociado estaba el ya desaparecido Nacho Coronel y entre sus asociados destacaba Oscar Orlando Nava Valencia, apodado “el Lobo Valencia”, un individuo con orígenes en Michoacán formado en las filas del extinto Cartel del Milenio o Cartel de los Valencia o la Familia Michoacana.

Al “lobo valencia” lo aprehendieron a finales de octubre del 2009. A finales de julio del año pasado, fue abatido en Guadalajara Nacho Coronel. Entre uno y otro hecho, pasaron nueve meses. Pero ocurrido el deceso del máximo líder del grupo que controlaba la región, sus integrantes se confrontaron para dar inicio a una larga y sangrienta confrontación que hoy en día no se le ve fin.

“La resistencia” se integró por personas con carrera en el negocio en Michoacán y se han asociado a “los zetas” para hacer frente a los de la Nueva Generación. Este cártel a su vez, se conformó con personajes afines al cartel cuyo liderazgo se le atribuye a Joaquín “El Chapo” Guzmán, la camarilla comandaba en su momento por Nacho Coronel. En este bando se ubicaba a Javier López. Había quedado en medio de esa encarnizada pugna que azota ya todas las regiones del estado.

Javier López Velasco es un personaje para muchos misterioso. Aunque gran parte de sus expedientes ha desaparecido, en Puerto Vallarta se supo de varias aprehensiones. La última, apareció en fotografías boletinadas por la Policía Municipal ya casi a finales de 2008. Estaba al lado de Fernando Gurrola con quien habían perseguido a varios individuos que huyeron rumbo a Nayarit. Fernando Gurrola Coronado fue asesinado a principios de abril de 2010 en el exclusivo residencial del campo de golf El Tigre donde hacía compañía y custodiaba a un hijo de Nacho Coronel.

LA HUELLA DE PARTIDA ZAMUDIO

En ese mismo año, policías municipales detuvieron por un incidente menor a Javier y a varios de sus amigos. Fue liberado después de llegar a un arreglo con el director de la corporación en esos días, Armando Partida Zamudio. Cuando el caso se filtró a la prensa, Partida entró en cólera, reclamó a periodistas pero él recibió una airada queja por incumplir el compromiso. A cambio de la paga había empeñado su palabra de borrar el expediente y ocultarlo a la prensa.

Pero la leyenda de Javier López Velasco y “Los Menchos” viene desde la década de los ochenta. Sobre todo cuando se les asoció con una matanza registrada en varios poblados del municipio de Cabo Corrientes. En Llano de Ipala, Los Conejos y otros caseríos, levantaron a varios muertos, siete u ocho. Todos se los acreditaron al grupo.

En una ocasión, varios integrantes de la familia fueron detenidos por un numeroso grupo de militares que allanaron varias residencias de los hermanos y hermanas. Ya a principios de los noventa, hubo varios arrestos de familiares. Detuvieron a uno de ellos cuando circulaba por la avenida Medinas Ascencio y les hallaron en su poder armas.

Una rápida movilización terminó con saqueos en casas de la familia y culminaron con allanamientos en el poblado de Bioto. Personal de guardia de la oficina de la PGR llamó una noche a los periódicos para dar a conocer la información del arresto de varios personajes. Los presentaron cual hubieran dado un gran golpe a la delincuencia.

Algunos periodistas todavía se acuerdan cuando un fotógrafo pidió posar a uno de los detenidos para la foto. En respuesta, recibió un salivazo aderezado con una amenaza. El fotógrafo era Ramón Barajas que al cabo de un año apareció muerto en Bahía de Banderas. Cuando se intentó asociar estos dos hechos, se aclaró que al periodista gráfico lo asesinó uno de sus tíos.

A media década de los noventa un grupo de policías rurales, al mando del mayor Jesús Acosta Anaya llevó a su grupo la madrugada de un 10 de mayo. Pudo hacer algunas aprehensiones por posesión de armas. En este y los demás casos, la justicia absolvió a Javier López, a hermanos y amigos.

EL PLEITO DEL CARLOS OBRIAN’S

Quizá el suceso más conocido en los últimos años donde se involucró a Javier López fue un zafarrancho registrado en el antro Carlos Obrian’s. Corría el mes de octubre del 2006 y varios gorilones de seguridad –identificados como José Antonio Ramírez Hernández (a) El Tony, Adolfo Tello Rodríguez (a) El Tello, El Barklet y El Caballo--, lo agredieron y le propinaron una golpiza a él y dos de sus acompañantes.

Intervino la policía, le hallaron en su poder una pistola calibre 10 milímetros de doble cañón. Él pudo librar el momento, fue dejado libre y no se le fincó responsabilidad penal. Tres de los cuatro sujetos de la seguridad del local fueron asesinados en los siguientes meses. Uno de ellos, de apodo “El Barklet” se ocultó en Canadá apenas supo a quién habían golpeado.

En los últimos años, la familia de Javier no consentía sus problemas y literalmente se aislaron de su persona. Los demás hermanos hacían su vida en otras actividades y se mantienen ajenos a toda actividad relacionada al hermano. Sin embargo, no pueden sustraerse de Javier y de su fama.

Apenas desapareció hubo algunas amenazas a miembros de la familia y procuran estar atentos a la situación.

De Javier López Velasco no se conocen detalles de su desaparición. Hace dos meses fue “levantado” en Guadalajara y hasta ahora los familiares no saben de él. Una versión no confirmada, pero con origen en fuentes confiables, permite establecer que ha sido ejecutado. Se enemistó con un alto jefe de un grupo y éste ordenó cazarlo.

Cuando lo tuvieron en su poder, además de las consabidas sesiones de torturas, destazaron su cuerpo. Si esta versión es correcta, posiblemente nunca hallen su cuerpo. (Con información de Jorge Olmos y Gerardo Sandoval)

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