Como nadie firma la nota, entendemos que toda la responsabilidad recae en el editor, director y dueño de ese periódico, Luis Reyes Brambila, quien siempre solícito y disponible a los intereses aviesos de empresarios abusivos, se prestó al juego de Felipe Tomé –quizá a cambio de un jugoso contrato, pues desde entonces aparece en la contraportada del Vallarta Opina una página a todo color con publicidad de Plaza Península propiedad del señor Tomé—para tratar de desprestigiar a Jorge Olmos.
En su irresponsabilidad, Luis Reyes Brambila cometió, él sí, delitos claramente tipificados en el Código Civil con respecto al daño moral de las personas, al asegurar no sólo que Jorge Olmos había sido denunciado por calumnia, extorsión y amenazas, sino que de su cosecha agregó (con un evidente odio y resentimiento en su escrito) lo siguiente:
EL CUERPO DE LA NOTA
“El reportero Jorge Olmos Conteras (sic), ampliamente conocido en Puerto Vallarta desde hace más de dos décadas por la publicación de mentiras en diversos medios, fue demandado por el empresario inmobiliario Felipe Tomé, quien lo acusa de difamación, amenazas y extorsión, entre otros cargos. La denuncia quedó asentada en la averiguación previa No. 2488/2011 levantada en la agencia del Ministerio Público No. 3 de Puerto Vallarta, Jalisco, el pasado 17 de junio de 2011.
En una serie de correos electrónicos cruzados con la abogada Myriam Orozco, representante de la empresa Excelencia Jurídica, con sede en Zapopan, el reportero Jorge Olmos, quien se hace llamar “periodista independiente” deja al descubierto su intención de vender publicidad al empresario a costa de lo que sea, incluso de la extorsión, argumentando que una mujer y un hombre canadienses se quejan de Península, lo cual fue publicado en su “periódico” llamado Vallarta Uno, tal y como como queda evidenciado en la siguiente serie de pláticas”.
LAS MENTIRAS
Hasta ahí lo escrito por Reyes Brambila, quien no tuvo el menor empacho en convertirse en cortesano de Felipe Tomé para saciar la sed de venganza de este empresario de Guanajuato y de su abogada Myriam Orozco Madrigal, quien a su vez recurrió a la mentira y a la insidia para plasmar en su escrito de denuncia una serie de falsedades, con la clara intención de frenar al periodista, meterlo en líos judiciales y amedrentarlo para que no vuelva a escribir nada relacionado con su jefe Tomé.
De hecho –y como lo dejamos plasmado en una columna anterior—fue la misma Myriam Orozco Madrigal la que nos invitó al restaurante VIPS de Puerto Vallarta para pedirnos de favor que quitáramos de Internet –del blog www.columnajorgeolmos.blospot.com-- un escrito donde damos cuenta de los abusos de Felipe Tomé y su bróker favorito, Miguel Ángel Lemus Mateos, contra una ciudadana canadiense de nombre Inge Grist.
Pero como no accedimos a los caprichos de Myriam Orozco, de inmediato amenazó –ella sí—con demandarnos y meternos en problemas, tal y como lo hizo. La historia de la canadiense Inge es la más visitada en nuestro blog personal, que al día 22 de abril en que estamos escribiendo esta columna, registra a dos mil 069 visitas –la segunda más visitada del blog, sólo superada por la nota de la turista electrocutada en el malecón que tiene dos mil 730 visitas—y para quien no la ha leído, a continuación transcribimos una parte de la misma:
EL FRAUDE
“Una historia más de abusos, engaños y amenazas atribuida al millonario empresario José Felipe Tomé Velázquez, es la de la canadiense Inge Grist, quien invirtió los ahorros de toda su vida para comprar dos condominios en las Torres Península, sin saber que iba a tener una amarga experiencia, por la conducta desplegada en su contra por el señor Tomé y sus socios y vendedores como Alejandro Báez Meza y Miguel Ángel Lemus Mateos.
Resulta que Inge Grist, desde el año 2005, pagó mediante un Fideicomiso en el Banco Bansi 360 mil dólares por la compra de dos unidades de la Torre Dos, pero con el paso del tiempo sólo le entregaron un condominio sin escriturar, mientras que la posesión del otro no se la han dado, por lo que decidió reclamar sus derechos, cosa que enfureció a Felipe Tomé y la emprendió contra ella, al grado de correrla de una forma grosera del gimnasio común de Península.
Le dijo: “mientras yo esté aquí, tu no puedes estar”.
Ella le recordó que era propietaria y que tenía todas sus cuotas en orden, a lo que Tomé le contestó que el único dueño era él y que de ahora en adelante tendría que pagar más cuotas y que le hiciera como quisiera, sino que se largara de ahí, según la versión del abogado de la afectada. También le habría dicho que él, Felipe Tomé, tenía muchos abogados y que le ganaría cualquier juicio en su contra, que no se metiera con él”.
LA MOLESTIA
Esta información fue la que molestó a Felipe Tomé, quien llamó por teléfono a Jorge Olmos para decirle que no se valía hacer “ese tipo de periodismo” y días después nos buscó su abogada, Myriam Orozco para invitarnos a dialogar.
Para que quede claro –y esto en su oportunidad lo declararemos al Ministerio Público cuando seamos requeridos--, fueron ellos, Felipe Tomé y Myriam Orozco los que buscaron al periodista, no al revés.
En mi caso (y perdón por hablar en primera persona en una columna) sólo les pedí un canal de comunicación para otorgarles su derecho de réplica a mis escritos o en su caso poder consultarlos cuando tuviéramos información de Felipe Tomé y de sus empresas, pero hasta ahí.
Es totalmente falso y calumnioso lo que afirma Myriam Orozco, en el sentido de que les pedí publicidad a cambio de no seguir publicando asuntos de Felipe Tomé. Incluso, los correos electrónicos --independientemente que son fácilmente manipulables y que la mayoría de las veces no sirven como pruebas jurídicas—son muy claros al respecto, en ningún momento traté de extorsionarlos o chantajearlos.
Ahora bien, si Felipe Tomé es lo bastante hombrecito, que me diga en mi cara, personalmente (porque ni lo conozco físicamente ni nunca he tratado con él un asunto en persona) cuándo yo lo he amenazado, como lo asegura su palero Luis Reyes Brambila. Qué diga Felipe Tomé, si tiene pantalones, cuándo lo extorsioné o cuándo hemos escrito algo de él que no esté fundamentado en publicaciones periodísticas y en documentos jurídicos, como la denuncia por fraude que presentó la canadiense Inge en su contra o las demandas del restaurantero Omar Aburto.
LA HISTORIA ENTRE SUS DEDOS
La que erró el camino es Myriam Orozco, quien está metiendo en más problemas a su jefe, como también lo erró Luis Reyes Brambila, el editor que tiene una larga cola, tan larga como la historia que algún día tendrá que escribirse sobre su conducta –la de él sí, criminal—a lo largo de su desempeño como dueño del Vallarta Opina en esta ciudad.
Y es que si alguien conoce a Luis Reyes Brambila y sus abusos, son los hoteleros y restauranteros de este puerto, a quienes les ha hincado el diente más de una vez con contratos de publicidad inexistentes que luego cobra como si fueran ciertos. Luis Reyes Brambila sí que recurría a la extorsión para doblegar a empresarios y obligarlos a que le compraran publicidad o ya de menos “intercambios” para darse vida de rey en hoteles y restaurantes de Vallarta, donde no pagaba nada por consumos y uso de instalaciones, siempre firmaba y ni siquiera dejaba propinas, de esto pueden hablar muchas personas.
Es el Luis Reyes Brambila que al final de la década de los ochenta se andaba escondiendo de la Policía Judicial porque su esposa, Carmen Zúñiga, lo denunció por vender un inmueble (departamento) que no era de su propiedad. (El abogado de Carmen Zúñiga en ese entonces, sabe bien la historia).
Es el mismo Reyes Brambila que alguna vez metió en serios problemas al financiero casa cambista Jorge Mejía –de la famosa casa de cambio El Centenario de la calle Morelos—porque con engaños le habría dado a cambiar un cheque por miles de dólares que resultó balín, de hule, sin fondos pues.
Cómo olvidar los escándalos de Reyes Brambila en Los Tules en tiempos de Fernando García Rosete; de sus andanzas en el legendario y desaparecido Carlos Obrian´s o de sus clavados nocturnos en la disco Capricho con su íntimo amigo Pepe Capricho.
O del escándalo en que metió a una atractiva mujer, Güera ella, que trabajaba para el gobierno americano y a la que tuvieron que despedir por culpa del “rey de los intercambios”.
O de su profunda deshonestidad al aceptar todo tipo de prebendas y canonjías del ex presidente municipal, Rafael González Pimienta, de quien se dice, le construyó el edificio que hoy alberga el periódico Vallarta Opina –desde luego, habría sido con dinero del erario público—con el agravante de que el inmueble se edificó sobre el trazo de una calle pública que estaba debidamente señalada en los planos del Fideicomiso Puerto Vallarta, es decir, se la robaron.
O de sus múltiples adeudos con la Productora y Distribuidora de Papel (Pisa) de gobernación, o de los problemas en que se metió por no pagarle al ex director del desaparecido Ocho Columnas, Gonzalo Leaño Reyes, que a veces le maquilaba el Vallarta Opina en sus talleres.
O de cómo sus hermanos y sobrinos –algunos de ellos unos auténticos delincuentes—venían a Vallarta a cometer crimen tras crimen, todos bien documentados en los archivos de la Procuraduría de Justicia. Uno de ellos, su sobrino, de apellido Reyes Muciño, era buscado por la Procuraduría y después puso un albergue para drogadictos en San Juan de Abajo.
O más recientemente, la ruptura de Luis Reyes Brambila con los empresarios editoriales del Grupo Milenio por el arrastre de enormes pasivos y que concluyó en que Milenio les quitara el servicio informativo y la marca que utilizaban. Por eso, ahora que se presta a ser el comparsa de cabecera de Felipe Tomé, nos preguntamos: Mira quién habla…
TODO CAE POR SU PROPIO PESO
Con respecto a las mentiras de Myriam Orozco y el embrollo en que ha metido a Felipe Tomé, reproducimos a continuación un par de correos que nos envió la canadiense Inge donde manifestaba su temor y miedo a Felipe Tomé, pero donde reiteraba que la habían defraudado.
Estimado Señor Olmos: Me llamo Inge Grist, la señora de la cual publicaron ustedes dos artículos en su periódico Vallarta Uno. Traté de llamarle pero siguen ocupadas sus dos líneas.
Le pido el favor de llamarme al número (omitimos los teléfonos por seguridad de la señora) para ver si usted está dispuesto a darme una entrevista. Quiero aclarar las cosas y mostrarle a usted las pruebas que de veras se trata de un fraude. Compré dos condominios de un valor total de US$796,000 y pagué por los dos en su totalidad.
Tengo todos los documentos como recibos de Lemus tanto como los cheques cobrados aquí en mi casa. Me demandó la Lic. Miriam Orozco por nunca haber hecho ningún pago del segundo departamento.
Ahora me están exigiendo $25,000 más por el segundo condominio y para la escrituración del primer departamento que ya les pagué hace más de cuatro años. No me parece justo que la Lic. Miriam Orozco me pueda llamar una grosera, mala paga y mal agradecida.
Eso es difamación de mi carácter.
Le agradezco mucho su llamada.
Atentamente
Inge Grist
Estimado Señor Olmos:
Muchas gracias por su correo.
Usted parece una persona buena a quien no le gusta ver la injusticia. Conozco a extranjeros a quienes otros constructores trataron iguales y les exigieron dinero extra. Ya casi no sé qué más puedo hacer para arreglar ese problema con el constructor que comenzó en diciembre 2009.
Vine hace 16 años de Canadá a Puerto Vallarta para vivir tranquilamente en esa ciudad bonita y el clima tan agradable. Tengo muchos amigos pero los últimos 17 meses han sido una verdadera pesadilla. Según el contrato del segundo condominio, sí pagué tarde pero el constructor no cumplió tampoco, no terminó el depto.
En diciembre 2007 como dice el contrato. Contraté a dos abogados pero ya se me acabó el dinero. Hasta ahora no quise hacer nada porque le tengo miedo a la constructora que me puedan hacer daño.
Ya tuve una junta con el Consulado Canadiense pero como no tienen poder jurídico en México no me pueden ayudar.
Además, no quise darle mala reputación a Península porque aquí tengo mi inversión, los ahorros de toda mi vida.
También tienen miedo mis vecinos que pueda afectar el valor de los inmuebles.
Es por esa razón que me aconsejaron no publicar nada.
También piensan que se puede empeorar mi situación y que (Felipe) Tomé seguramente me va a demandar por difamación y de esa manera nunca vamos a resolver ese problema.
Otro artículo lo va a enojar muchísimo.
Él es una persona muy especial que usted seguramente ya se da cuenta.
Mañana intento hablar con el presidente de la torre. Él y su esposa son mis amigos. A ver qué opina.
De antemano ya le agradezco mucho.
Sinceramente:
Inge Grist
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