miércoles, 3 de agosto de 2011

LA MANO DE NEY Y EL ABANDONO DEL CEN DEL PRI, EN LA DERROTA DE BAHIA DE BANDERAS


Por Jorge Olmos Contreras

Conforme los días transcurren y el conflicto postelectoral en Bahía de Banderas llega al Tribunal Federal Electoral (Trife), cada vez es más clara la mano del gobernador Ney González Sánchez en la derrota del PRI en ese municipio, ya que fue un actor político de primer nivel que contribuyó a enturbiar todo el proceso, desde la elección del candidato a la alcaldía, Julio Larios García, hasta el día de los comicios en que movió toda la maquinaria a su alcance para evitar que su propio partido ganara la jornada, lo que al final consiguió, gracias a las complicidades de varios personajes incrustados en cargos públicos y partidistas.

El político más feliz por el fracaso del presidente municipal de Bahía de Banderas, Héctor Paniagua Salazar –quien impuso a Julio Larios como candidato, contra la oposición del gobernador—fue precisamente Ney González Sánchez, quien no ocultó sus deseos de que el PRI perdiera los comicios, tal y como sucedió.

De hecho, se sabe que el gobernador maniobró para que el presidente del PRI en Nayarit, Manuel Cota Jiménez y un regidor pelele de Bahía de Banderas –quien además es el dirigente del PRI municipal--, Javier Gutiérrez Valencia, se adelantaran a cualquier impugnación y declararan vencedor de los comicios al panista Rafael Cervantes Padilla.

También el propio gobernador habría sido quien giró instrucciones precisas a la Sala Constitucional Electoral del Poder Judicial del Estado de Nayarit para que no recibieran la impugnación priista de las elecciones de Bahía de Banderas, pero como el enviado del equipo de Julio Larios sí logró que le firmaran de recibido el escrito, aunque para ello lo hicieron esperar horas y horas (reiteramos, la orden era no recibirlo), al fin consiguió que le pusieran el sello y firma de recibido en tiempo y forma.

LOS COMPLICES

Sin embargo, el propio Manuel Cota Jiménez y su efebo en Bahía de Banderas, Javier Gutiérrez Valencia, se han dedicado a filtrar a los medios de comunicación la noticia de que la impugnación del PRI fue desechada por el Tribunal Electoral de Nayarit por haberse presentado en forma extemporánea, cosa que es totalmente falsa, ya que precisamente por declararla “improcedente” –sin siquiera estudiarla ni analizarla a fondo por los magistrados nayaritas—los abogados del equipo de Julio Larios la presentaron a la siguiente instancia, es que es el Trife en su sala regional que tiene en la ciudad de Guadalajara.

Llama la atención que en forma descarada y sin un dejo de vergüenza, el presidente del PRI en Bahía de Banderas haga declaraciones contra las aspiraciones de su propio partido, como las que dijo el pasado miércoles 27 de julio a un sector de la prensa de ese municipio, en el sentido de que “es momento de que el priismo de Bahía demuestre madurez suficiente para aceptar que esta batalla la perdimos”.

En tanto, el entreguista dirigente del PRI en Nayarit, Manuel Cota sostuvo que “no veía una oportunidad para que procediera la impugnación”, cuando en el expediente existen elementos valiosos que nos dicen que la elección fue un cochinero y que el cochinero no vino del PAN, sino del propio PRI, cuyas huestes probablemente enviadas por Ney González Sánchez, se apersonaron en varias casillas para anular cientos de votos a Julio Larios.

Antes de abrir la boca, el propio Cota Jiménez y su esbirro en Bahía de Banderas, Javier Gutiérrez Valencia, deberían echarse un clavado al expediente de la impugnación para ver que, si todavía hay congruencia y respeto al estado de derecho en el seno del Tribunal Federal Electoral, la elección de Bahía debería ser anulada y convocarse a nuevos comicios, sobre todo por una serie de irregularidades que debieron denunciarse ante la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (Fepade) de la PGR.

LOS PRESUNTOS ABOGADOS

Como botón de muestra, están las acciones de un grupo de cuatro a seis sujetos que se dijeron abogados del PAN –pero que en realidad venían desde Tepic—y que la tarde noche del domingo de elecciones se dedicaron a amedrentar y amenazar a funcionarios de casilla, como sucedió en San Pancho.

Estas personas, groseras, prepotentes y altaneras llegaron hasta la casilla de San Pancho –donde se presume hubo embarazo de urnas a favor del candidato del PAN, pues no coincide el número de votantes con las horas transcurridas, pues cerró hasta las 23:00 horas de la noche—para prácticamente correr a los funcionarios de casilla y una vez dentro anular decenas de votos a Julio Larios y dejaron intactos los de Rafael Cervantes. Para que se cancelaran las boletas a favor de Larios, habrían utilizado tinta negra para mancharlas y que fueran anuladas.

Dicen que el presidente de casilla se opuso a que estos tipos metieran manos a las boletas de las urnas, pero que le gritaron que a “Felipe no le gustaban chingaderas” (en referencia al presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa), por lo que se asustó y los dejo hacer lo que quisieran.

EL CUENTO DEL GRUPO ARMADO

Estos sujetos fueron los mismos que estuvieron en la sede del Consejo Municipal Electoral la noche del martes 05 de julio, cuando se contaron de nuevo todos los votos que le dieron otra vez el triunfo a Rafael Cervantes Padilla, y fueron los mismos que propalaron rumores en el sentido de que un grupo armado estaba a punto de llegar a las oficinas electorales para “reventar” la sesión.

Hay incluso priistas de Puerto Vallarta, como Marco Antonio Nazareth, que fueron testigos de cómo estos hombres que se dijeron abogados del PAN gritaban y regañaban a los funcionarios electorales que ya no sentían lo duro sino lo tupido, por lo que también es claro que el conteo de voto por voto era sólo una cortina de humo para ocultar las verdaderas irregularidades de la jornada electoral… o de “limpiar” la elección como dijera Javier Gutiérrez Valencia.

Por ello, el equipo de Julio Larios impugnó la elección, y aunque los dejaron solos por órdenes de Ney González Sánchez, lograron meter la impugnación y después llevarla al seno del Trife, donde actualmente está en espera de que los magistrados resuelvan.

No todo ha sido tranquilidad para Julio Larios, quien ha recibido amenazas contra su persona y contra su familia si continúa con la impugnación, según le han llamado por teléfono.

PIDEN QUE INTERVENGA EL CEN

Así las cosas, el ambiente post electoral en Bahía de Banderas se calentó a su máxima expresión y el panista Rafael Cervantes Padilla todavía no puede cantar victoria, ni mucho menos el gobernador priista y sus gatilleros del PRI estatal y municipal, ya que habrá que esperar que sucede esta semana en materia de apoyos o rechazos a la impugnación de parte del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI que dirige Humberto Moreira.

De entrada, todos los sectores del PRI Municipal –con la vergonzosa excepción de su presidente Javier Gutiérrez Valencia—firmaron un desplegado de una carta enviada a Humberto Moreira, donde le externan su preocupación por la falta de información con relación a la impugnación presentada en los tribunales electorales y solicitan la urgente intervención del CEN del PRI “para que el presidente de la Coalición Nayarit Nos Une, Manuel Humberto Cota Jiménez no se desista de continuar con el proceso de impugnación de la elección a presidente municipal y síndico de Bahía de Banderas”.

En la misiva Moreira le informan que hubo más de 600 boletas extraviadas, que en la campaña imperó la inequidad y la propaganda negativa en contra del candidato y del mismo partido, votos marcados intencionalmente con tinta de bolígrafo que fueron anulados, urnas que no se entregaron al consejo municipal electoral a tiempo, entre otras muchas irregularidades.

La carta fue publicada en periódicos de Bahía de Banderas el 25 de julio, pero tres días después, el 28 de julio, en los mismos diarios ya estaban, puntuales, las declaraciones de Manuel Cota y su títere en Bahía, Javier Gutiérrez Valencia, quienes sostenían una vez más que el priismo de Bahía debería mostrar madurez suficiente “para aceptar que esta batalla la perdimos” o que “no había ninguna oportunidad para que procediera la impugnación”.

Imagine usted a los dos dirigentes del PRI, el estatal y el municipal, aceptando una derrota de una elección que todavía está en el Tribunal Federal, es decir, se están adelantando a los mismísimos magistrados y en vez de pelear como líderes priistas que son, están entregando todo a Acción Nacional, quizá por orden del mismo gobernador Ney González Sánchez.

¿Así o más clara la mano de Ney?, quien nunca digirió que un alcalde como Héctor Paniagua Salazar le ganara en la selección del candidato a la presidencia municipal.
Al final todos los priistas que odian a Héctor Paniagua se juntaron para que su candidato, Julio Larios, perdiera la elección. Entre otros, además de los que ya mencionamos, está el ex gobernador de Nayarit, Rigoberto Ochoa Zaragoza.

Lo que no se vale, es que cometieron muchas cochinadas, delitos electorales claros, para provocar esa derrota, por lo que el CEN del PRI está obligado a intervenir para poner orden y sancionar o en su caso expulsar a quienes realmente traicionaron a su propio partido, comenzando por el propio gobernador y los dirigentes partidistas Manuel Cota y Javier Gutiérrez.

¿O qué, también el CEN va a dejar solos a los priistas que se unieron a la causa de Héctor Paniagua-Julio Larios?

INFORMACION CLASIFICADA

AL EXSECRETARIO GENERAL DEL AYUNTAMIENTO CUANDO GUSTAVO González Villaseñor fue alcalde de Puerto Vallarta, Antonio Lugo Morales, le acaban de descubrir toda una artimaña de correos electrónicos donde presuntamente lo ubican como el autor intelectual de golpear a políticos como el dirigente de la CTM, Rafael Yerena Zambrano, al alcalde Salvador González Reséndiz, a su hermano Rafael González y a otros priistas como el propio Gustavo González Villaseñor y el aspirante a la alcaldía, Andrés González Palomera.

Como en sus buenos tiempos de delegado del Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (Cisen), Toño Lugo está filtrando “expedientes” para poner a todos contra todos, pero al parecer ya lo torcieron.

QUE SON DEL MISMO EQUIPO DE ZAMORA… Víctor Fletes, el empresario que la semana pasada logró que agentes de la Policía Investigadora arrestaran al ex regidor priista, Ramón Aguirre Joya por el delito de abuso de confianza –le vendió un carro que le había prestado en 200 mil pesos--, son del mismo equipo del diputado federal y ex candidato del PRI a la gubernatura de Jalisco, Arturo Zamora Jiménez, pues los tres fueron compañeros de escuela en su años mozos.

Víctor Fletes actualmente tiene un gimnasio allá en Marina Vallarta, muy cerca del faro, y fue parte de la campaña de Arturo Zamora cuando buscaba ser gobernador.

Lo que no entendemos es por qué salieron mal Víctor Fletes y Ramón Aguirre, pues se conocen una y mil cosas y eran amigazazazos, como dijera el ex secretario de turismo en Jalisco, Juan José Loredo León.



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