viernes, 2 de julio de 2010

JAVIER BRAVO-CHAVITA, EL PUNTO DE QUIEBRE

Por Jorge Olmos Contreras
Tal y como lo adelantamos en este espacio, no podía pasar mucho tiempo sin que Chavita denunciara a Javier Bravo, y lo hizo de la manera más inteligente: Filtró la información a través de la Contraloría y de rebote no le quedó de otra más que proceder. No lo hizo a través de sus paleros de la prensa –quizá para exonéralos—ya que también figuran dentro de los acreedores del Ayuntamiento, sino que habría filtrado un expediente al medio digital www.noticiaspv.com para partir de algo, lanzar el misil y ocultar la pedrada.
Si no hubiera sido así: en estos momentos tendríamos la renuncia obligada –por deslealtad-- del contralor, Migue Ángel Rodríguez Curiel, a quien se le atribuye haber filtrado una parte del expediente auditado sobre la adquisición de luminarias para el programa de “Rescate Histórico del Centro de Puerto Vallarta”.
Existe un disgusto generalizado –y bien justificado—entre los regidores del Ayuntamiento, en virtud de que El Yerbabueno (como se le conoce al contralor municipal) no guardó las formas y prefirió soltar el expediente a un medio de comunicación, antes de compartirla con el cuerpo edilicio.
La lectura que nos deja este movimiento de piezas del ajedrez de Chavita es clara, pero tiene un tinte más profundo, ya que estamos ante la ruptura obligada, pero tardía, entre Salvador González Reséndiz y Javier Bravo Carbajal, a quien le comienza a llegar al agua al cuello por tantas irregularidades cometidas durante la pasada administración que llevó al quebranto de las finanzas públicas.
LA TIMIDEZ DEL ALCALDE
Se trata ni más ni menos del punto de quiebre de la relación Salvador González Reséndiz-Javier Bravo Carbajal, y aunque se aplaude la medida, por estar bien pensada, también se crítica la timidez de Chavita al no coger al toro por los cuernos y hablar de frente sobre el saqueo de las arcas municipales, cuyos responsables tienen nombre y apellido.
Por el contrario, optó por el golpe bajo y mediático, tiró la piedra y escondió la mano, actuó con temor y liviandad, quizá por el miedo que le produce que el tiro le vaya a salir por la culata, ya que dado el primer paso –de deslizar un poco la tapa para abrir la cloaca—no hay punto de retorno y si se destapa el cochinero de Javier Bravo en su totalidad, uno de los damnificados podría ser el mismísimo Chavita, acaso hasta en calidad de responsable del quebranto.
Y es que para nadie es un secreto ya, que una enorme cantidad de recursos públicos se habrían desviado a la campaña político electoral de Salvador González Reséndiz, de ahí su miedo a destapar toda la cloaca de Javier Bravo; porque el rebote podría ser no sólo muy doloroso para el propio Chavita y su Partido, el PRI, sino muy peligroso en términos jurídicos para el primer edil.
El paso que acaba de dar Chavita para exhibir a Javier Bravo y a varios de sus secuaces de la anterior administración (algunos de ellos todavía trabajan en el actual gobierno municipal) en la compra dolosa y lesiva para la comuna de luminarias para el “rescate del centro histórico” –que insistimos, representó un quebranto financiero--, se antoja que sea el primero de muchos, ya que la situación se ha tornado insostenible y la presión para que abra la caja de Pandora viene no sólo de regidores de oposición, sino de ediles priistas, de empresarios vallartenses y de actores políticos de primer nivel como el líder de la CTM, Rafael Yerena Zambrano.
FALSAS ESPERANZAS
El saqueo de las arcas municipales, la malversación de fondos públicos, el robo, el fraude y el peculado que cometió una y otra vez Javier Bravo y su tía Aurora Arreola, no deben quedar impunes y mientras siga apareciendo información con evidencias tan contundentes como el de la compra de las luminarias, Chavita no tendrá de otra más que informar a la población de casos clarísimos de corrupción de su antecesor.
El siguiente paso –en el que Chavita aún se la piensa, pero que al dudar carga con el nada honroso calificativo de cómplice—es girar instrucciones precisas para que el Ayuntamiento a través de la Dirección Jurídica y la Sindicatura, interpongan las denuncias penales contra quien o quienes resulten responsables del robo de los dineros públicos.
Sin embargo, cuando Chavita había generado buenas expectativas de cambios sustanciales en su comportamiento de alcalde y cuando todos pensábamos que ahora sí se animaría a llamar a cuentas a Javier Bravo, el martes metió reversa; y pese al escándalo de la transacción de luminarias a precios exorbitantes en perjuicio de la comuna, pintó otra vez su raya al dejar –dijo— “en manos” de la Auditoría Superior del Estado la investigación y probable castigo contra los responsables.
Se entiende que Chavita haga su papel de encubridor para no perjudicar la imagen gastada de su Partido, lo que no se entiende es que con su actitud protectora lo único que logrará es precisamente lo contrario, es decir, degradar aún más el ícono priista que, sobra decirlo, ya está por los suelos en estos momentos (al menos en Vallarta) gracias a las acciones punibles de Javier Bravo y compinches.
CON EL AGUA HASTA EL CUELLO
Y disculpe que lo repitamos hasta el cansancio, pero Chavita está obligado –por el bien de Puerto Vallarta y por salud del gobierno municipal—a informar al pueblo el verdadero estado de las finanzas municipales; de decir en qué áreas y sectores se cometieron abusos, robos y saqueos y quiénes fueron los culpables, y denunciarlos.
De lo contrario, el fuego de la corrupción pronto le va a llegar a los aparejos y cuando de pronto la Auditoría Superior del Estado tenga listo su dictamen o cuando el mismísimo Yerbabueno filtre a la prensa nuevos casos de corrupción –insostenibles por ser tan claros--, Chavita va a quedar en una posición muy incómoda.
Pero quizá el agua ya le esté llegando al cuello y ni siquiera se ha dado cuenta.
En el pasado reciente, se han registrado muchos casos del rompimiento entre un presidente saliente y uno entrante –incluso en el nivel federal, léase Salinas-Zedillo cuando éste último encarceló al hermano incómodo--, por lo que a Chavita no le debe temblar la mano para enjuiciar a su antecesor, máxime cuando el saqueo está comprobado y hay elementos de prueba para resarcir el daño o ir a prisión.
Entendemos al alcalde cuando dice que él no es juez y parte, pero no lo comprendemos del todo, ya que aunque no sea juez, sí puede ser parte, y esa parte es generar las acciones tan amplias como sean posibles para denunciar a Javier Bravo Carbajal y a Aurora Arreola.
Que denuncie –exigen todos--, que no juzgue. Ya serán los jueces competentes los que digan si Javier Bravo cometió delitos graves como responsable de la administración pública en el periodo 2007-2009.
¿Cuál es el miedo?
INFORMACION CLASIFICADA
DE RISA LAS DECLARACIONES DEL PRESIDENTE DEL CDM DEL PRI, Rafael González Reséndiz al sostener que los políticos ya no están seguros y corren graves riesgos como el atentado que sufrió el candidato a gobernador de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú y que le costó la vida
Se le olvida a nuestro bisoño Rafita, que muchos políticos están coludidos –por comisión u omisión—con el crimen organizado, y un claro ejemplo es el actual gobernador tamaulipeco, el priista Eugenio Hernández, quien durante los últimos cinco años toleró las operaciones ilícitas del Cártel del Golfo y su brazo armado Los Zetas.
No se puede entender el crecimiento desmesurado de una organización criminal como el Cártel del Golfo y Los Zetas sin el consentimiento oficial, algo que debe explicar –a la SIEDO, a la PGR o a la DEA-- el mandatario de Tamaulipas.
Lógico, cuando se dividen Los Zetas y el Cártel del Golfo apenas este año, viene una ola de asesinatos entre contrarios, y aquí no escapan aquellos políticos que consintieron las operaciones de estos grupos criminales., porque de alguna u otra manera formaban parte de “la empresa”.
Por eso no deberíamos lamentarnos, más bien debemos preguntarnos por qué asesinaron al candidato del PRI a la gubernatura de ese estado.
Narco gobernadores hay muchos, y no sólo del PRI. Sabemos de uno que ya no puede ocultar los arreglos que presuntamente hizo con Los Beltrán Leyva y cuyo Estado está al borde del colapso en materia de seguridad pública… ese que dice que “llueva parejo para nos mojemos todos”… y claro, lo que ha llovido son balas y granadas.
PARA NO IR MUY LEJOS, EN PUERTO VALLARTA TENEMOS A un ex alcalde que permitió que dinero del narco entrara a su campaña y al final, se le metieron hasta la cocina, que ya le ordenaban la toma decisiones en materia de seguridad pública. De hecho, uno de sus hermanos formaba parte de la banda delictiva. Y esto lo sabe a la perfección el mismísimo Rafael González Reséndiz.
EL NUEVO COMANDANTE DE LA AFI EN PUERTO VALLARTA llegó con mucha hambre, pues no tiene ni 15 días en el puesto y ya habría “vacunado” con 50 mil pesos a un pobre vendedor de ropa usada de los tianguis
El coordinador de Ministerios Públicos Federales, Enrique Landeros, debe poner orden para evitar que este comandante extorsione a los comerciantes organizados y sindicalizados de los famosos mercados “sobre ruedas”.
• Nota: esta columna también puede ser consultada en www.laexplosiva.com y en www.columnajorgeolmos.blogspot.com

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