sábado, 2 de agosto de 2014

EJECUTAN AL “MENCHO” LUCAS LÓPEZ VELASCO EN SU RESIDENCIA FAMILIAR DE LOS SAUCES EN PV; LO ULTIMARON CON “CUERNOS DE CHIVO”



Por Jorge Olmos Contreras

Aunque joven adulto, Lucas era uno de los hermanos menores de la familia López Velasco, aquella agrupación que hizo fama de narcotraficantes de Puerto Vallarta a Tomatlán, y que tenían como centro de seguridad la población de “El Bioto”, una comunidad considerada el punto de enlace, carga y trasiego de marihuana; pero que la noche del viernes, fue ejecutado por desconocidos.

Lucas no era joven ni adulto, estaba en la edad intermedia de un hombre fuerte, pero tenía un carácter pasional, aguerrido, templario; se prendía al primer rozón o comentario que significara una falta de respeto a sus hermanos “Los Menchos” y principalmente a Javier López Velasco, el mayor presunto narcotraficante que dio la familia, oriunda de Michoacán.

Cuando joven, Javier López Velasco fue detenido con una importante carga de marihuana en la carretera de Tomatlán a Puerto Vallarta. En el momento que fue presentado a los medios de comunicación por la PGR, un reportero fotográfico, Ramón Barajas, le tomó una foto del rostro tan cerca, que Javier le soltó un escupitajo en la cara y le disparó una mirada, como si fuera una advertencia por tal atrevimiento.

Ramón Barajas murió tiempo después, pero no por venganza de “Los Menchos”, sino porque al parecer se habría relacionado con traficantes de marihuana, quienes llamaron a su puerta y lo llenaron de plomo.

DESAPARICIONES

Pasó el tiempo y “Los Menchos” siguieron siendo una familia de presuntos narcos, que eran bien atendidos por abogados como el desaparecido Napoleón Macedo Peña, o como rancheros metidos a políticos, como el actual regidor del Partido del Trabajo (PT) en el Ayuntamiento de Puerto Vallarta, Otoniel Barragán.

Un buen día –pasadas aquellas terribles balaceras que protagonizaron grupos de la delincuencia organizada en Puerto Vallarta en el año 2008--, la familia López Velasco se encontró con la mala noticia de que uno de los hijos mayores de “Los Menchos”, Javier López Velasco, estaba desaparecido. Poco después trascendió que el señor Velasco presuntamente había sido asesinado en Guadalajara, aunque nunca se encontró su cadáver.
A raíz de la supuesta muerte o ejecución de Javier López Velasco –porque algunos personajes de Vallarta dicen que está vivo, sin aportar pruebas--, los hermanos reaccionaron con furia e ira, y se dedicaron a amenazar a toda aquella persona que dudara de la existencia de Javier López, El Mencho Mayor.

LOS HUEVOS

Uno de los hermanos López Velasco que siempre que se ponía ebrio, despotricaba contra todo mundo por la desaparición de Javier, era Lucas, quien juraba vengar a Javier.

Pero lo más delicado, es que con unas copas de por medio, Lucas amenazaba a todo el mundo en Vallarta –según el entorno familiar--; decía que todos se la iban a pagar y que él era El Mencho de más huevos para hacerle frente a cualquier situación.

Ha trascendido asimismo, que una reportera de la fuente policiaca del periódico “El Sol Siempre Libres”, estuvo a punto de ser levantada por “Los Menchos” hace años por haberles tomado fotografías con un voluminoso cargamento de marihuana.

También vociferaban contra los medios de comunicación, solo porque en algunas noticias se hiciera mención de ellos.

LA MUERTE DE LUCAS
Según los datos obtenidos, Lucas López Velasco fue ejecutado la noche del viernes, pasadas las 22:00 horas, sobre la calle Cardenal esquina con Cisne, en el fraccionamiento Los Sauces, atrás de la Macro Plaza.
De acuerdo con las notas de prensa, Lucas acababa de llegar a un salón de fiestas, propiedad de la familia López Velasco, se bajó de una camioneta y caminó por la calle, donde un grupo de pistoleros le dieron alcance y lo ultimaron con armas automáticas.

Se dice que hubo varias ráfagas en contra de la economía corporal de Lucas y que al parecer un sicario se acercó al cuerpo de la víctima para darle otros balazos y asegurarse de que estuviera muerto.

Lucas era un valiente bravucón, pero sus impulsos y quizá sus abusos y prepotencia, lo habrían llevado a un camino, cuyo autobús, al parecer, no tiene boleto de regreso.

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