Por Jorge Olmos Contreras
Marginado
como muchos otros de los puestos y cargos públicos que se abrieron con el
triunfo del PRI en Jalisco, el doctor Francisco Sánchez Peña hace los últimos
preparativos para decirle adiós al Revolucionario Institucional, partido al que
renunciará en los próximos días para fortalecer una asociación civil que dará
mucho de qué hablar en los próximos meses.
La
salida de Paco Sánchez del PRI será un tema que va a provocar serias
discusiones al interior de ese instituto político, porque pareciera que estamos
ante la antesala de una desbandada precisamente un año previo a las elecciones
constitucionales de julio del 2015.
Y
es que no se trata de cualquier militante, no, se trata de un miembro que tiene
peso específico y que ha sido un priista que había estado en las buenas y en
las malas con su partido, pero se habría cansado de ser utilizado para sembrar
y dejado de lado cuando se trataba de cosechar.
Al
menos así se observó cuando arribó a Casa Jalisco el actual gobernador Jorge
Aristóteles Sandoval, quien quiso cobijar a los priistas notables otorgándoles
puestos públicos, pero al final quedó mal con muchos y se congració con otros.
De hecho, el padre del jefe del ejecutivo estatal, Leonel Sandoval, metió mano para
repartir cargos.
Puerto
Vallarta fue uno de los municipios donde se dejó sentir la influencia de Leonel
Sandoval y de otros actores que se aprovecharon del desconocimiento del
gobernador, para repartirse entre sus amigos y compadres los puestos de mayor
importancia.
Francisco
Sánchez Peña, por ser una gente cercana al actual alcalde de Guadalajara,
Ramiro Hernández García, se le consideraba dentro del paquete que Aristóteles
prometió al mismo Ramiro para meter a sus colaboradores y amigos considerados
del equipo Ramirista en dependencias
con cierto nivel de maniobra y consideradas aptas para desarrollar un buen
trabajo, como la mismísima Secretaría de
Salud y sus regiones sanitarias.
Fue
en este punto donde ni Ramiro Hernández ni Jorge Aristóteles Sandoval
cumplieron a cabalidad lo que habían prometido a personajes como el doctor
Francisco Sánchez Peña, quien sólo vio de reojo cómo le entregaban la Octava
Jurisdicción Sanitaria a Alina Quintero Ramírez.
Quizá
los motivos de Paco Sánchez para dejar al PRI no sean precisamente estos, pero
en el fondo podemos ver un dejo de disgusto por ser ninguneado durante mucho
tiempo, y todavía peor, utilizado para campañas como la de Peña Nieto y el
propio Jorge Aristóteles.
Paco
Sánchez, con todo y lo que pueda arrastrar como priista de hueso colorado y
cuyos cadáveres no dudamos sean sacados del clóset en cualquier momento,
siempre ha sido un político al que recurren muchos priistas para pedirle apoyos
humanos y monetarios y ha puesto mucho dinero de su bolsa para financiar
campañas en lugares como Puerto Vallarta y Tomatlán.
Es
entendible que se vaya del PRI, pues este partido sigue cometiendo los mismos
errores del pasado, sus dirigentes quieren seguir timando a sus militantes con
nuevas promesas de cargos públicos o trabajos bien remunerados si ganan la
elección del 2015 y más allá, si vuelven a triunfar en el gobierno del Estado,
es decir, más de lo mismo.
Sin
embargo, muchos ya no caen en el garlito y menos cuando ven que los empleos y
cargos casi siempre son para los mismos, mientras que los que de verdad se
parten el alma en los momentos difíciles y en las encrucijadas de las campañas,
son tratados con la punta del pie, prácticamente usados como pañuelos
desechables.
Por
eso no sorprende la decisión que ya es un rumor muy fuerte, un secreto a voces,
de que Paco Sánchez renuncia al PRI.
Lo
sorprendente va a ser cuando otros sigan el ejemplo de Paco Sánchez y comiencen
a desfilar en hilerita para ir renunciando, uno tras otro, a las filas del
Revolucionario Institucional, hasta que alguien grite: “¡El que salga al último
que apague la luz!”.
Esta
decisión, desde luego, no le va a caer nada bien al presidente del Comité
Directivo Municipal del PRI, Gustavo González Villaseñor, ni al representante
del gobernador, Andrés González Palomera, mucho menos al diputado federal,
Rafael González Reséndiz, quienes nada han hecho para evitar que Paco Sánchez
dé el primer paso y abra una puerta tan amplia que podrían salirse decenas de
priistas.
Por
otra parte, muchos se preguntarán a dónde se irá Paco Sánchez o cuál será su
futuro político y desde aquí podríamos pronosticar dos caminos:
1.-
Va a fortalecer una Asociación Civil denominada “Sí por la Salud”… y
2.-
Va a preparar el terreno para buscar, en su momento, una candidatura
independiente por la presidencia municipal.
Cualquiera
de los dos caminos va a representar un fuerte dolor de cabeza para el PRI y
otros partidos, ya que las candidaturas ciudadanas están llamando la atención
del electorado, sobre todo hoy, que en la Cámara de Diputados se van a discutir
las leyes secundarias de la reciente Reforma Política, que ya permite esta
figura a cualquier persona.
En
unos meses habrá que analizar el trabajo de Paco Sánchez y seguir muy de cerca
su trabajo en la Asociación Civil “Sí por la Salud”, pues cualquiera podría
pensar que medidos muy bien los tiempos electorales, podría brincar a un puesto
de elección popular y que mejor que la alcaldía de Puerto Vallarta.
De cualquier forma, el paso que está dando Paco
Sánchez no deja de ser un arma de doble filo y en lo inmediato las propias
redes sociales podrán tomarle el pulso en cuanto a una medición de sus puntos
buenos y sus puntos malos que ha tenido como médico y también como político.
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