jueves, 10 de noviembre de 2011

EJECUTADOS DE VALLARTA ANDABAN EN "LA RESISTENCIA" EN GUADALAJARA




Vinculados desde hace muchos años a “tiradores” de drogas al menudeo en Puerto Vallarta y a otras actividades ilícitas como la venta de fonogramas apócrifos y películas “pirata”, Víctor Hugo Bernal, alias “El Gordo Bernal” y Miguel Ángel Estrada, quien era conocido como “El Nono” tenían seis meses radicando en Guadalajara, donde se habrían dado de alta en el cártel del narcotráfico conocido como “La Resistencia”.

De acuerdo con una investigación periodística, El Gordo y Nono se dedicaban, presuntamente, a la venta de drogas en la capital tapatía, donde al parecer trabajaban directamente con “La Resistencia” para cuyo cartel vendían estupefacientes en la zona metropolitana. Esta versión coincide con la de la Procuraduría General de Justicia de Jalisco, donde su titular, Tomás Coronado Olmos declaró a los medios de comunicación que el ajusticiamiento de los dos vallartenses podría tener su origen en “una venganza por asuntos de drogas”.

La historia, según la cuentan amigos y conocidos de El Gordo Bernal en la colonia Versalles de Puerto Vallarta –así como policías municipales--, es diferente, ya que según estas fuentes que prefieren el anonimato por razones obvias, aseguran que Víctor Bernal tomó la decisión de buscar a gente de “La Resistencia” para pedir su apoyo y cobijo, luego de que en Vallarta desconocidos asesinaron a su hermano Álvaro Bernal en el me de febrero.

Sobre Álvaro Bernal, se tenían antecedentes de que estaba enrolado con un grupo de Zetas que en el 2008 intentó “apoderarse” de la “plaza” de Puerto Vallarta para controlar el narcomenudeo y cuya cabeza visible eran Cristóbal Machuca (A) El Tobal y su cuñado “El Chilango”, quienes con un grupo de sicarios sembraron terror y muerte entre mayo y agosto de ese año en este destino de playa.

También se comenta entre la gente de la colonia Versalles, que Álvaro Bernal traicionó a su propia familia desde el momento que se hizo miembro de “Los Zetas” de Bahía de Banderas y que incluso había entregado varias armas largas –cuernos de chivo y R-15— que le habían dejado en custodia otros grupos, al parecer pertenecientes al cartel de Sinaloa, a “El Tobal” y que según este hecho o traición como pudo haberse interpretado, selló su destino.

La misma gente que se juntaba con “El Gordo Bernal” decía que su hermano Álvaro Bernal no podía venir a Puerto Vallarta porque debía esas armas y que por lo que hizo en cualquier momento lo asesinarían. Y así pasó, Álvaro vivía en algún lugar de Bahía de Banderas, ya no se le veía en Vallarta.

Sin embargo, al cambiar los grupos que operan en Bahía de Banderas luego de la muerte de “El Chilango”, Álvaro Bernal ya no tenía seguridad y confiado, regresó a Puerto Vallarta desde la navidad del 2010. Dicen que se la pasaba encerrado en una humilde vivienda de la colonia Versalles, cerca de la calle Viena, pero en los primeros dos meses del nuevo año 2011 empezó a asomarse a la calle, a salir y a dejarse ver.

Para febrero, presuntos sicarios le dieron muerte A Álvaro y su hermano Víctor le lloró, le pesó mucho esa ejecución y muy resentido ya no quiso quedarse en Puerto Vallarta; luego habría contactado a gente de “La Resistencia” en Guadalajara y desde marzo se habría enrolado a ese grupo criminal para presuntamente vender drogas para ese cártel.

Antes, en Puerto Vallarta hizo ligas con agentes y “madrinas” de la PGR, como el caso de José Lepe (a) “El Pepe”, un “madrina” de la AFI que también era narcomenudista y a la vez vendía tacos de lengua, junto con su hermano, en la colonia Cinco de Diciembre, en contra esquina del cine Colonial.

“El Pepe” fue quien contactó a “El Gordo” y a Álvaro con “El Tobal”, pero sólo Álvaro se fue con “Los Zetas” de Bahía de Banderas, mientras que de Víctor sólo se dijo que “pasaba” información a su compadre Lepe sobre las actividades delincuenciales que había en Puerto Vallarta.

Pero “El Pepe” también sería asesinado en el 2008, año en que se registró una feroz lucha por el control de “la plaza”, ya que él fue quien comenzó a difundir información de que el “nuevo jefe” de Puerto Vallarta el “El Tobal” y a raíz de eso se habría desatado una serie de ejecuciones como la del “Dracu”, otro narcomenudista de la colonia La Vena y Palo Seco.

“El Gordo” se quedó sin su compadre y dos años más tarde sin su hermano Álvaro, por lo que se rumora que todo el escenario, adverso para él, lo orilló a cometer el error de meterse a “La Resistencia” y en su locura, arrastró a Miguel Ángel Estrada, el joven que asesinaron junto con Víctor en Guadalajara y al que se le conocía con el mote de “El Nono”.

“El Nono” no sólo era ayudante, chalán y “lugarteniente” de “El Gordo Bernal”, sino que su mejor amigo, lo seguía a todas partes y en su andar también encontró la muerte.

“Estuvieron juntos hasta el final”, comentó alguien en el panteón donde enterraron a los dos vallartenses que no habrían medido las consecuencias de enrolarse con “La Resistencia”, el cártel que nació luego de que la Armada de México detuvo a Oscar Nava Valencia (a) El Lobo Valencia y que se separó del cartel del “Milenio” y éste a su vez se autonombró Cártel de Jalisco Nueva Generación; los dos grupos sostienen una encarnizada lucha por el control de la venta de drogas en la entidad, pelea que se acentúa más en la zona metropolitana de Guadalajara.

Fue precisamente en la capital del estado donde “El Gordo” y “Nono” vivieron sus últimos días, se la pasaban en una bodega del mercado de Abastos, incluso algunas personas comentaron que tenían tres días tomando y que el día de su muerte el de nombre Víctor recibió una llamada para que acudiera a ese lugar, donde después llegó un vmw blanco de donde se bajaron al menos dos sujetos que dispararon a mansalva contra la humanidad de los dos vallartenses.



No hay comentarios:

Publicar un comentario