sábado, 11 de septiembre de 2010

EDUARO VALENCIA CASTELLANOS, TODO UN CASO PARA LA SIEDO



Por Jorge Olmos ContrerasEduardo Valencia Castellanos es uno de esos casos que han transitado en la vida de este país en medio de la corrupción, la impunidad y el miedo. Se trata de un personaje que bien podría ser cliente predilecto de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), ya que se ha manejado con un perfil bajo en un ambiente donde ha movido muchos millones de dólares en inversiones inmobiliarias cuyo origen no son del todo claros.

La historia de Eduardo Valencia no solo está plagada de engaños, fraudes y mentiras, sino también de amenazas, golpes y relaciones peligrosas que ameritan toda una investigación, sobre todo ahora que fue detenido en Zapopan por agentes de la Procuraduría General de Justicia del Estado, gracias a una orden de aprehensión que obsequió un juez de Bucerías, Nayarit, por el delito de robo calificado y despojo.

El arresto de Valencia Castellanos llama la atención porque siempre ha sido un sujeto escurridizo que había vivido en las sombras y que jamás tenía una oficina fija para evitar ser ubicado por decenas de personas a las que ha robado y defraudado con la venta de condominios y apartamentos en sitios como Manzanillo, Colima; Puerto Vallarta, Jalisco y Bahía de Banderas, Nayarit.

De acuerdo con investigaciones propias del columnista, el señor Eduardo Valencia aparece a finales de la década de los 80 y principios de los 90, en Guadalajara, donde sin tener ningún tipo de ingresos, vendió una casa --propiedad de su familia--, que supuestamente le dejó muy buenos dividendos, con cuyo dinero comenzó a construir casas de playa en el puerto de Manzanillo, acompañado de su hermano Luis (a) El Pollo y su padre, a quienes presuntamente utilizaba de prestanombres y comparsas.

ABUNADER, EL AMIGO DE EDUARDO

Después aparece en Puerto Vallarta, donde se hace acompañar de José Luis Abunader Espino –un administrador de bienes raíces con las mismas mañas y costumbres de Valencia-- para echar a andar un proyecto de construcción de condominios en la calle Hortensias en la parte alta de Las Amapas, llamado precisamente “Las Hortensias”.
Un poco antes, también desarrolló un condominio que lleva el nombre de “Salvamar”.

En el año 2000, de acuerdo con documentos de las demandas civiles y denuncias penales, fue acusado de fraude por el retraso en la entrega de departamentos de “Las Hortensias” y por vicios de construcción. En ese mismo año, el agente de bienes raíces, Francisco Duncan, lo denunció también por fraude, pues se habrían asociado para construir una residencia en esa zona de Amapas y no cumplió lo convenido.

Antes, fraudeó a una señora que tiene un negocio de construcción de albercas, al no pagarle más de un millón de pesos que la comerciante invirtió en la construcción y equipamiento de una piscina.

La señora, por miedo, no lo denunció.

Por si esto fuera poco, se vio involucrado en la golpiza y amenazas que recibió un director de planeación del Ayuntamiento, porque el funcionario se había negado a proporcionarle el visto bueno para obtener la licencia de construcción del edificio “Las Hortensias”. Al parecer, el afectado habría sido Oscar Fernando Hernández Delgadillo, aquél director de planeación que estuvo muchos años al frente de la dependencia en las administraciones panistas.

Lo grave fue que Eduardo Valencia le habría pedido ayuda a unos amigos suyos de origen colombiano para que amedrentaran y golpearan al funcionario municipal.

LAS TORRES DE NUEVO VALLARTA

Sin rendir cuentas claras al fisco mexicano, Eduardo Valencia enfocó sus baterías en Bahía de Banderas, en donde se hizo de un gran predio ubicado en la zona de playa de Nuevo Vallarta --justo a un lado del antro denominado “Etcétera” –propiedad de los mismos dueños de “La Cantina” de la calle Morelos de Puerto Vallarta—donde comenzó un ambicioso proyecto: la construcción de dos torres de departamentos llamadas Terra Kit 1 y 2.

Aquí comenzaron los problemas más fuertes de Eduardo Valencia, pues les quedó a deber mucho dinero a decenas de condóminos que invirtieron en la compra de departamentos; muchos inmuebles no los entregó y empezó a cobrar cuotas con cualquier pretexto.

Los afectados denunciaron los hechos en La Explosiva 590 con Susana Carreño, pero nunca les resolvieron sus problemas, mientras Eduardo Valencia se daba el lujo de comprar vehículos del año con un valor de medio millón de dólares, como el que encargó directamente a una fábrica en Alemania –un porsche deportivo de súper lujo—que importó vía Miami a México, o los que adquiría en Guadalajara pagando con riguroso efectivo.

Ostentoso y siempre prepotente, Eduardo Valencia siguió una vida licenciosa, presumía tener muchos amigos políticos, ya que aparentemente uno de sus padrinos en el mundo de los negocios fue el ex candidato del PRI al gobierno del Estado, Arturo Zamora Jiménez, hoy flamante diputado federal por Jalisco en San Lázaro, investigado por la DEA por sus amistades de dudosa reputación.

EL PROTEGIDO

Tan seguro se sentía de su poder e influencias, que Eduardo llegó a decir que contaba con protección del grupo delincuencial “Los Zetas”, aquél grupo de delincuentes que tuvo su figura emblemática en El Pepino y El Chilango en Bahía de Banderas, por lo que advertía y amenazaba a las víctimas de sus fraudes, que no se metieran con él, que no le reclamaran nada.

Quizá con ese respaldo y moviendo mucho dinero nada claro, habría comprado un terreno en Flamingos, en Nuevo Vallarta, donde echó a andar su más ambicioso proyecto: –donde se invirtieron varios millones de dólares— el “Acqua Loft” que prometía ser un complejo de condominios de lujo.

Sin embargo, un centenar de personas se sintieron defraudadas por Valencia Castellanos, ya que les entregó los inmuebles en pésimo estado de construcción, de muy mala calidad y con algunas paredes de tabla roca, no obstante a que estaban pagando cinco mil dólares mensuales, más lo que habían dado de enganche.

Además, Eduardo Valencia les comenzó a cobrar cuotas especiales por todos los servicios básicos a sus compradores; el colmo fue que les exigió una tarifa si querían usar la alberca –que es área común--, porque les dijo que la piscina era de su propiedad.

Un canadiense que se negó a seguir soportando esta situación, el señor Gauther Ownes Silvaink, recibió una fuerte represalia de parte de Valencia Castellanos, quien presuntamente se metió al departamento del extranjero, de donde sustrajo todos los muebles, lavadoras, refrigeradores, televisores, ropa etc., por lo que fue denunciado.

Ante ello, un juez de Bucerías obsequió la orden de aprehensión y antier martes siete de septiembre, agentes investigadores de Jalisco lo detuvieron cuando iba saliendo de la casa de sus padres en la colonia San Wenceslao, en Zapopan.

Acostumbrado a comprar todo, Eduardo Valencia les ofreció a los judiciales un vehículo Audi y dos Porsche para evitar ser enviado a Tepic, donde desde ayer está siendo juzgado.

A Eduardo Valencia también lo reclama la justicia de Jalisco, ya que en Puerto Vallarta tiene por lo menos seis denuncias por fraude, despojo amenazas, incumplimiento de contrato y extorsión, según consignó ayer el periódico Mural.

Otros que están sobre investigación, son los hermanos Jorge y Enrique del Moral Watanabe, propietarios de la agencia de bienes raíces “Del Moral Realtors”, ya que a través de sus oficinas se habrían hecho decenas de ventas de los desarrollos de Eduardo Valencia que después resultaron fraudulentas.

Otra agencia que se prestó a la promoción de los desarrollos de Valencia, fue Fabra, de Francisco Leaño, que también es investigada.

LA CARTA

Una carta de advertencia a posibles compradores de los desarrollos de Eduardo valencia circuló recientemente en Internet:
Señores Lectores:

El señor Eduardo Valencia Castellanos y sus abogados de apellido Valencia, están realizando fraude y amenazas a los compradores en el inexistente condominio denominado "ACQUA LOFT" NUEVO VALLARTA, este señor en primer lugar no ha cumplido con nada de lo pactado en el contrato de compra de apartamentos o loft, ya que sin existir un regimen legal o de condominio, cobra a su antojo las cuotas ordinarias y extraordinarias, además de que no cumplió con nada de lo estipulado en cuestión de instalaciones del supuesto condominio, son instalaciones muy malas y de mala calidad.

El señor Eduardo Valencia su modus operandi son las amenazas graves a los compradores en ACQUA LOFT, NUEVO VALLARTA, NAYARIT, MEXICO, este señor cobra cuota de mantenimiento muy altas sin siquiera existir o estar constituido un régimen legal de condominio, además de esto se inventa cuotas extraordinarias para compra de mobiliario, cuando en el contrato de compra venta ya venían incluidos dichos muebles de áreas comunes.

Es el caso de que alguno de los propietarios se inconforme o no este en acuerdo con Eduardo Valencia, entonces el resultado es que le nieguen la entrada a su apartamento o loft, sin explicación alguna.

Además este señor EDUARDO VALENCIA C. esta cobrando intereses al orden del 2,400% en caso de no pago en tiempo de las cuotas inexistentes e ilegales condominales (NO EXISTE CONDOMINIO), cobra una pena diaria de $20.00 USD por unidad o apartamento.

Este señor además se la pasa amenazando a los compradores, expresando que no les va a escriturar su apartamento en caso de no pagar cuotas extraordinarias, intereses y pagos inexistentes que se inventa este señor.

Además de todo, el señor EDUARDO VALENCIA C. presume que una de las albercas que son áreas comunes es de su propiedad y si quieres hacer uso de ella te cobra una cantidad, cuando es claro que en el contrato de compra venía bien estipulado el uso de las áreas comunes y cuáles eran estas incluyendo la alberca que renta.

Engaña a los compradores de nacionalidad Canadiense y Norteamericana dejándolos en un verdadero estado de indefensión en caso de controversia, es un señor EDUARDO VALENCIA, muy prepotente y se la vive con engaños contra los extranjeros y nacionales.

Espero y tomen nota, para que a nadie se le ocurra comprarle un condominio a este señor, ya que no solo podría salir con un fraude sino peligrar su integridad física y en el peor de los casos su vida, EDUARDO VALENCIA C. es un loco defraudador que no esta bien de su cabeza y que además no da la cara sino es por teléfono solamente.

INFORMACION CLASIFICADA

<strong>LA MADRUGADA DEL JUEVES 8 DE SEPTIEMBRE, POLICIAS MUNICIPALES SOPRENDIERON a cuatro individuos –cerca del Oxxo de la plaza de toros la Paloma—en aparente estado de ebriedad y portando armas largas a bordo de un automóvil tsuru nissan en color blanco, pero no fueron detenidos porque presuntamente se presentaron como militares en activo.

La Dirección de Seguridad Pública Municipal no dio a conocer el incidente en su parte de novedades que envía a los medios de comunicación, ni el director, Jorge García Rojas, dio una explicación de por qué no se detuvo a los presuntos militares por conducir aparentemente alcoholizados.

Hay que recordar que fue un vehículo con las mismas características, el que fue visto por varios testigos como el que salió a toda prisa del bar “Las Pinkcheladas” el día del granadazo.

No queremos decir con esto, que sea el mismo carro, pero sí debería tener más cuidado la policía para evitar que personas armadas y en presunto estado de ebriedad anden circulando por la ciudad, sean quienes sean.

Si en efecto, fueron militares, el general comandante de la 41 zona debería poner orden. Y sino eran, todavía peor.
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