martes, 21 de febrero de 2017

EL REGRESO DEL PRIISTA JAVIER BRAVO… ¿ES EN SERIO?...


Por Jorge Olmos Contreras

El viernes pasado festejó su cumpleaños el ex alcalde priista, Francisco Javier Bravo Carbajal, y eso bastó para que salieran de inmediato los lambiscones, que nunca faltan para, para anunciar que el ex presidente municipal está de regreso y que dizque es un cuadro valioso para el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Nada más alejado de la realidad, Javier Bravo es uno de los peores alcaldes que ha tenido Puerto Vallarta. Un pillo que hizo negocios con todo lo que tocaba en la administración municipal y un personaje político que cometió todo tipo de excesos y que, además, permitió que sus amiguitos, como Pepe Muelas, también le entrara en grande a los excesos y se embriagara con las mieles del poder.

Sin embargo, los políticos –de todos los colores; y el mejor ejemplo de los sinvergüenzas lo tenemos con El Mochilas—le apuestan a la amnesia colectiva de los ciudadanos para regresar al lugar donde antes hicieron fortunas, lucrando con el servicio público. Algo parecido a los criminales que asesinan, pero que siempre regresan al lugar de los hechos, según los estudiosos de la criminología.

LE APUESTAN A LA AMNESIA COLECTIVA

Y así es, en efecto, Javier Bravo y sus secuaces le apuestan a la desmemoria del pueblo para retornar por la puerta grande a la política y de ahí buscar un nuevo puesto de elección popular, para él, o para su gente más cercana.

Por ello, el viernes pasado convocó a la crema y nata del priismo vallartense –aunque algunos más prudentes no asistieron, como el líder de la CTM, Rafael Yerena Zambrano—para regocijarse de su “amplio poder de convocatoria” y mandar un mensaje de que deben tomarlo en cuenta en la toma de decisiones, presentes y futuras al interior del PRI.

Si Javier Bravo piensa que tener a su hermano, Iván Bravo Carbajal en la presidencia del Comité Directivo Municipal del PRI en Puerto Vallarta, le da derecho a que lo respeten como un cuadro a tomar en cuenta, está muy equivocado.

Una cosa es que algunos priistas le corran la cortesía para asistir a su fiesta, y otra muy diferente es lo que piensan esos priistas de Javier Bravo Carbajal. Es más, algunos no lo quieren NI cerca de sus futuras campañas, porque sería tanto como pedir votos en contra.

UN PRI ENFERMO

Sin embargo, políticos como Gustavo González Villaseñor y César Abarca, prefieren brindarle la atención y asistir a su bacanal, sin importar lo que los ciudadanos de Puerto Vallarta puedan pensar. Y en este punto es precisamente donde estriba la enfermedad política del PRI, un partido que no sabe cómo sacudirse a personajes como Javier Bravo, que ya estuvieron en la silla presidencial, que hicieron un pésimo papel y que pesa sobre ellos gruesos expedientes que, legal o moralmente, son demasiado pesados como para pensar en un regreso decente.

A nadie se le debe olvidar cómo en la administración de Javier Bravo se contrajo una millonaria deuda, aprobada por regidores como Andrés González Palomera, y que sirvió para que muchos políticos se llenaran los bolsillos de dinero. Incluso, una constructora a la que Bravo le dio millonarios contratos, le regaló un condominio en la colonia americana de Guadalajara al ex alcalde, tal y como lo documentamos en este mismo espacio.

Tampoco se nos debe olvidar cómo Javier hizo negocios con el relleno sanitario a través del famoso “Ranger” y de su hermano, “Titi, El Gordo Carbajal”.

Ya no se diga la compra millonaria de cientos de luminarias a una empresa española que, muchas de estas lámparas, acabaron arrumbadas en una bodega de Servicios Públicos Municipales, donde, por cierto, después las desapareció El Mochilas, como por arte de magia.

O también debemos recordarle a los vallartenses la compra, a un costo de más de cinco millones de pesos, de cámaras de seguridad que se instalaron en varios puntos de Vallarta, con todo y postes, y que finalmente no sirvieron, porque la empresa contratada no cumplió con el contrato de darles mantenimiento, pero sí cobró. Hoy, la mayoría de esos dispositivos, si no es que todos, ya no sirven, están ahí como un ejemplo de cómo se práctica la corrupción en México, y como mudos testigos de que Javier hizo negocios con el dinero del pueblo.

UN CAMINO SEMBRADO DE ESCANDALOS

Y si de escándalos se trata, pues nada más hay que voltear al expediente judicial de José Guadalupe Rodríguez Solís, mejor conocido como “Pepe Muelas” –el ex chofer de Javier--, que en estado de ebriedad atropelló a una madre junto con su hija en el libramiento carretero y les arrebató la vida. Ese día, Javier Bravo, siendo alcalde, encubrió a su íntimo amigo y lo protegió hasta que se descubrió la verdad.

Hoy, Pepe Muelas vive tan campante que ya ni se ha de acordar de ese crimen doloso.

Hay más casos, mucho más, como los escándalos que hacían los muchachitos de Javier Bravo a quienes conocían como “La Banda del Pañal” y donde figuraban hasta muchachos que hoy militan en otros partidos que dicen ser la nueva generación de la rectitud y la honestidad, y que, por supuesto que no lo son, sino todo lo contrario.

Lo de menos, es que estos muchachitos, ya alcoholizados, bailaban vestidos de mujer en las fiestas privadas a las que el propio Javier les daba anuencia.

El camino de Javier en la política está lleno de escándalos, que no se nos olvide.

Por eso nos preguntamos: ¿Es en serio el regreso de Javier Bravo a la política?

¿Algún aspirante con dos dedos de inteligencia y, también de vergüenza, lo aceptaría en un proyecto político?

Por lo pronto, esperamos la respuesta de los lectores.


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