Por Jorge
Olmos Contreras
El activismo político del diputado local, Gustavo González
Villaseñor, al tomar la presidencia del Comité Directivo Municipal (CDM) del
Partido Revolucionario Institucional (PRI), ha traído como consecuencia que se
adelanten los tiempos y que los actores políticos que juegan en uno y otro
grupo saquen la cabeza, se definan, traicionen a los suyos o simplemente
muerdan la mano que les da de comer, todo en un maremágnum de canibalismo y
miseria política que sólo se ve en ciertos sectores del llamado partido
tricolor.
El mejor ejemplo de estos especímenes lo representa sin duda
el ex Director de Servicios Públicos Municipales en la etapa final de la
administración de Salvador González Reséndiz, Eliseo Aréchiga Castillo, mejor
conocido como “Cheo Aréchiga”, un personaje que se creyó el cuento de poder ser
el candidato del PRI a la alcaldía en la pasada administración y que fue
relegado vergonzosamente por los dirigentes priistas por su pobre capacidad
política y sus antecedentes de corrupción.
Para Cheo Aréchiga fue un duro golpe no ser tomado en cuenta
como pre candidato –hay que recordar que el abanderado fue Adrián Méndez
González--, lloró y pataleó y casi, casi juró que tomaría venganza contra todos
aquellos que le dieron la espalda en los momentos cruciales de su magra carrera
política.
De hecho quedó muy resentido con el entonces alcalde Chavita,
porque éste no movió ningún dedo para lanzarlo al ruedo y de menos ser
considerado por quien en ese momento tenía la sartén por el mango para sacar al
candidato del PRI, es decir, el líder de la CTM, Rafael Yerena Zambrano y en
segundo plano, por Jorge Aristóteles Sandoval.
DEL POZO AL GOZO
Sin embargo, el resentimiento de Cheo Aréchiga con los
González Reséndiz quedó enterrado cuando Chavita lo “jaló” al gobierno del
Estado, donde le consiguió una posición envidiable, un cargo público desde
donde Cheo pudiera hacer lo que quisiera y en donde podría hincharse de dinero,
gracias a las compras y obras que autorizara, entre otras, la compra de aires
acondicionados.
A la vuelta de los días, Eliseo Aréchiga efectivamente, se
está hinchando de dinero mediante la compra sospechosa no solo de aires
acondicionados –el mismo es propietario de una compañía de aires--, sino de una
serie de artículos de oficina que van a parar a las oficinas que están bajo la
tutela del sub-secretario de finanzas, en este caso, de Salvador González
Reséndiz.
Chavita puso a Cheo –su frustrado delfín--, en donde hay la
manera de hacer mucho dinero, y vaya que el otrora delegado del Pitillal
resultó muy listo para ello, lo malo es que a últimas fechas el mismo Salvador
González Reséndiz se está dando cuenta de que su muchacho está creciendo mucho
económicamente y que no le reporta ni un peso al ex alcalde priista.
El dinero quizá no sea algo que le moleste a Chavita, pues no
tiene necesidad, sin embargo, se sabe que González Reséndiz explotó y montó en cólera
en días pasados, cuando supo que su queridísimo Cheo Aréchiga había desayunado
con Gustavo González Villaseñor, y se enojó todavía más cuando supo de primera
mano los acuerdos a los que llegaron.
LA ESPADA EN LA PIEDRA
Se sabe que Eliseo Aréchiga habló mal de los González
Reséndiz, que le prometió a Gustavo jugársela políticamente con él y que haría
una estrategia ‘inteligente’ para que todo el grupo que según Cheo logró reunir
durante su paso por los gobiernos de Javier Bravo y Chavita, se sumen a la
causa de González Villaseñor y no eventualmente a la de Rafael González
Reséndiz.
También habría dicho Cheo Aréchiga que pondría todo de su
parte para simular un apoyo político a Rafael González Reséndiz –ya sea en el
2015 o en el 2018--, pero que sus canicas las apostaría al proyecto político
llamado Gustavo González Villaseñor.
Semejante traición llegó ya a los oídos de Chavita, el
protector de Cheo, quien en estos momentos podría estar en la cuerda floja y si
los González Reséndiz comprueban que Eliseo les jugó chueco, no dudarán en
ponerlo de patitas en la calle y regresarlo al Pitillal, para que aprenda a
respetar.
El golpe para Cheo, si le quitan la chichi Chava y Rafa
González Reséndiz, sería demoledor, ya que en algunos sectores del PRI Vallarta
ya no lo consideran un soldado raso, sino un político vallartense que escaló a
las grandes ligas, pero parece que su montaña la hizo de naipes.
MORDIENDO LA MANO… DE
CHAVITA
Las versiones de los encuentros que han sostenido Gustavo y
Cheo vienen precisamente de fuentes cercanas al propio diputado local, donde
aseguran que ya tienen planchado otros encuentros y amarres políticos, con lo
que es un hecho que Eliseo Aréchiga está mordiendo la mano que le da de comer,
y no es cualquier comida, es un auténtico banquete el que le da Chavita a Cheo,
pues lo colocó como Director de Conservación en Guadalajara, específicamente dentro
de la estructura de la Subsecretaría de Finanzas, cuyo titular es precisamente
el cachorro menor de Rafael González Pimienta.
En Guadalajara, las jugosas participaciones que obtiene Cheo
Aréchiga dentro de las promociones de obras que están bajo su designio, ya le
han hecho bastante ruido al propio Salvador González Reséndiz, por dejarse ver
muy “voraz y descuidado”, según palabras de proveedores que han sido víctimas
de la comisión que Cheo les cobra por derecho a tener jugada.
“No cuida las formas y se queda con la mayor participación”,
comentan otros proveedores.
Indistintamente de esta situación de presunta corrupción, que
seguramente para nadie es una novedad, lo relevante es que Cheo Aréchiga ha
logrado tener pie en ambos grupos, por una parte se está hinchando de dinero a
costa de su menor político –sin reportarse como quisiera Chavita—y por el otro
lado no solo coquetea con la banda contraria, sino que desde hace tiempo se
metió hasta la cocina y se tomó un café con el presidente del PRI Vallarta, lo
que para rematar, ha generado la desaprobación del grupo cercano a Gustavo,
donde aseguran que (Cheo) se ha comprometido --por debajo del agua-- no apoyar
en las próximas elecciones los intereses de la familia González Reséndiz --específicamente no ayudar a Rafael González
Reséndiz en el 2015 ni en 2018--, lo
cual ven como un exceso del propio Cheo.
Incluso, colaboradores cercanos de Gustavo afirman haber
escuchado una frase que dibuja a la perfección la traición política de Cheo con
los González Reséndiz y su compromiso con Gustavo: “Yo haré como que apoyo,
para simular no se necesita mucho, pero a mi gente yo te la arrimo, nomás te la
encargo que me la trates bien”.
De plano Cheo y los priista deberían reconocer cuando alguien
es mejor operador político que económico. Por lo pronto, al grupo del Subsecretario
de Finanzas le están creciendo los enanos, y sino… al tiempo.
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