martes, 9 de abril de 2013

MAURICIO CALDERON MEJIA, UN LADRON PROFESIONAL DE TIERRAS EJIDALES A PUNTO DE IR PRISION POR EL DESPOJO A EL CAPOMO


Por Jorge Olmos Contreras

En el ejido de El Capomo, ubicado en las ricas tierras del municipio de Compostela, Nayarit, un día llegó un chilango con aspecto de gringo y se presentó ante la asamblea ejidal para contarles un cuento chino: Que traía inversionistas de alto poder financiero para comprar 29 hectáreas del núcleo ejidal en 20 millones de pesos, por lo que de inmediato le abrieron las puertas los ambiciosos dirigentes de este ejido, en hechos ocurridos entre los años 2005 y 2008.

Se trata de Mauricio Calderón Mejía, un especulador de tierras ejidales que compra y vende lo que puede y que cuando le dejan las manos libres, también se las roba, como sucedió con casi 90 hectáreas que forman terrenos de uso común del ejido El Capomo y que ahora son codiciadas por muchos inversionistas por estar frente al océano pacífico, en una zona donde el Fondo Nacional para el Fomento del Turismo (Fonatur), tiene proyectado una detonación turística con inversiones superiores a los mil millones de pesos.

Mauricio Calderón nunca pensó que sería tan fácil apoderarse de estas valiosas tierras con el cuento de que les entregaría a los ejidatarios mucho dinero, ya que los convenció para que simularan una asamblea ejidal donde le reconocían ser el poseedor de 29 hectáreas, primero y de 60 hectáreas después; para dar un total de 89 que le arrebató al ejido mediante asambleas espurias y fraudulentas.

Así las cosas, mediante actos simulados decíamos y con la complicidad del comisariado ejidal, formado en ese entonces por Camilo Salazar Figueroa, Francisco Hugo Montoya Ríos, Regino Ruiz Flores y Santos Barragán Guerrero, así como con la sospechosa actitud del Delegado del Registro Agrario Nacional (RAN) en Nayarit, Mauricio Calderón se hizo indebidamente de las 89 hectáreas, 29 de las cuales ya habría vendido a la empresa constructora de vivienda “Dynamica”, se dice, en unos 100 millones de pesos.

UN MUNDO DE MENTIRAS

Al sentirse seguro del fraude que había cometido y con el dominio pleno de las 29 hectáreas, les habría dicho a los ejidatarios que les entregaría “al menos” dos millones de pesos, siempre y cuando le concedieran el “derecho al tanto” para así completar la maniobra y despojar por completo de su patrimonio al ejido El Capomo.

Las otras 60 hectáreas, que también son patrimonio común del ejido, también habrían sido ya transadas por Mauricio Calderón en precios que, según versiones ejidales, oscilan en los cinco millones de pesos por hectárea, es decir, unos 300 millones de pesos. Sin embargo, se desconoce a quién o a quienes les habría vendido el polígono donde se encuentra esta extensión de terrenos.

Pero como no hay crimen perfecto, a Mauricio Calderón se le ha comenzado a caer su mundo de mentiras y engaños y con ello está a punto de ir a prisión, sobre todo porque se trata de un despojo contra el ejido El Capomo, y un presunto fraude contra la empresa Dynamica, que sin saber se habría metido en un problema de gran envergadura al supuestamente comprarle a Mauricio esas 29 hectáreas que, insistimos, formaban y forman  parte del patrimonio ejidal y tarde o temprano –por mandato judicial-- tendrán que reincorporarse a sus legítimos dueños, es decir, a todos los ejidatarios con derechos agrarios a salvo.

No sabemos la cara que van a poner los directivos de Dynamica que presuntamente se enfrascaron en negociaciones con Mauricio Calderón, lo que si sabemos, es que desde el 2011, la nueva mesa directiva del ejido (integrada por Mario Franco Nieves, José Luis de León Franco, Cándido Ramos García y José Joaquín Monteón Parra) interpuso una demanda contra todos los involucrados, o sea contra Mauricio Calderón, los cuatro ex dirigentes de El Capomo y contra el entonces delegado del RAN en Nayarit, pidiendo la nulidad de dos juicios fraudulentos que dieron pie al despojo.

LOS JUICIOS

La demanda fue presentada el 20 de octubre del 2011 en el Tribunal Unitario Agrario del Distrito 19 con sede en Tepic, según el expediente 940/2011 y en la misma piden la nulidad de todo lo actuado dentro de los juicios agrarios 333/2007 y 334/2007, promovidos a su vez por Calderón Mejía para quedarse con las tierras.

Se sabe que Mauricio Calderón y su familia llegaron hace años a la región del ejido El Capomo, y en la parte baja,  en la playa conocida como El Tizate, compraron unas extensiones de tierras, pero se ignora cómo se hizo poseedor de las parcelas ejidales y que después, mediante artimañas se apoderó de las mismas con la complacencia de la mesa directiva ejidal 2005-2008 y, desde luego, con la actitud ligera y sospechosa del magistrado Francisco García Ortiz, quien atendió uno de los juicios.

Pero vamos por partes:

El 14 de abril de 1996, la Asamblea del Ejido El Capomo aprobó un acta relativa a la delimitación, destino y asignación de tierras, pero posteriormente, a través del juicio 333/2007, Mauricio Calderón pidió que se declarara la nulidad del acta “porque indebidamente no fueron asignadas (13.76, ni 29.56 hectáreas), al hoy suscrito, ni a persona alguna, sino que quedaron dentro de la dotación presidencial que cuenta nuestro ejido”.

Luego, mediante otro juicio –radicado en el Tribunal Unitario Agrario del Distrito XIX con sede en Tepic-- el identificado con el numeral 334/2007, Mauricio Calderón, demandó lo mismo, es decir, la nulidad del acta del 14 de abril de 1996 en el que se hizo la delimitación, destino y asignación de tierras; pero en este caso, porque según él “indebidamente” no le fueron asignadas 43.19 y 6.91 hectáreas respectivamente.

EL EMPLAZAMIENTO

El 27 de mayo del 2007 se admitieron las demandas de Mauricio Calderón y se emplazó a los ejidatarios demandados para el 27 de junio en la sala de audiencias del Tribunal Agrario, donde curiosamente las partes manifestaron su deseo de terminar con el conflicto y celebrar un convenio, acuerdo que sería lesivo a los intereses del ejido.

En efecto, en el convenio, los hoy demandados por la nueva mesa directiva del ejido, Camilo Salazar, Francisco Hugo Montoya y Regino Ruiz Flores, admitieron que Mauricio Calderón había poseído en forma pública, pacífica, continúa y de buena fe, las cuatro parcelas, pero, subrayaron, que con motivo del Programa de Certificación de Derechos Ejidales (PROCEDE) “fueron incluidas en los terrenos de uso común del ejido de manera involuntaria”.

En este contexto y con el pretexto de “subsanar el error involuntario”, estos directivos ejidales celebraron el convenio, según dijeron, de manera “voluntaria, libre y espontánea, sin coacción de ninguna índole”, y así dejaron sin efecto legal el acuerdo de Asamblea General de Ejidatarios de Delimitación, Destino, Asignación de Tierras Ejidales, Asentamiento Humano y de Uso Común, del 14 de abril de 1996.

Nótese cómo tuvieron que transcurrir 11 años para que Mauricio Calderón demandara la nulidad de dicha asamblea, quizá porque se encontró una mesa directiva a modo y un magistrado complaciente, una auténtica mina de oro.

Y es que al firmar el convenio, la entonces mesa directiva de El Capomo permitió que se le adjudicaran y reconocieran a favor de Mauricio Calderón, 89 hectáreas como posesionario de las cuatro parcelas, en perjuicio del patrimonio del ejido, con el agravante, de que Mauricio ya habría vendido las primeras 29, y las otras 60, se rumora, ya las habría comprometido en cerca de 300 millones de pesos.

En otro espacio vamos a analizar las razones jurídicas que exponen los actuales ejidatarios, cuya mesa directiva, como ya señalamos, demandó la nulidad de los convenios y asambleas en que se le regalan las parcelas al señor Calderón, porque entre otras muchas irregularidades, se tiene la certeza de que no se llevó a cabo la asamblea en que se decidió firmar el convenio de reconocerle a Mauricio dichas hectáreas; tampoco se contó con el 50 más uno de los ejidatarios que exige la ley para estos casos; se utilizaron firmas y documentos falsos y hay por lo menos 22 campesinos que no reconocieron su firma.

Y lo que es peor, hasta un muerto votó y una señora tuvo la dualidad de la ubicación, pues estando en Estados Unidos, también emitió el sufragio universal en la asamblea fantasma.

El juicio tendrá que desahogarse hasta sus últimas consecuencias y cuando eso suceda, es seguro que el señor Calderón Mejía pierda y se vea atrapado por sus propios intereses y codicia, al ya haber supuestamente vendido lo que no le pertenecía, un fraude por el que no alcanzaría fianza en caso de ser detenido por “el gobierno de la gente”.

INFORMACIÓN CLASIFICADA

ORIGINARIO DEL DISTRITO FEDERAL, MAURICIO CALDERON MEJIA es un terrateniente al que se le atribuye el manejo de cientos de millones de pesos en la compra venta de terrenos ejidales en diferentes partes de la República Mexicana. Se sabe que su cuñado es el empresario judío, Isaac Oberfeld Dantus, ex dueño de las tiendas Milano.

El caso de El Capomo es sólo la punta del Iceberg de los asuntos oscuros que hay alrededor de Mauricio Calderón.

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