miércoles, 13 de julio de 2016

VIENE GUILLOTINA Y APRETÓN DE TUERCAS EN EL EQUIPO DEL ALCALDE DE VALLARTA, ARTURO DÁVALOS PEÑA


Por Jorge Olmos Contreras

Ante las inconsistencias políticas que se están registrando al interior del Ayuntamiento de Puerto Vallarta, donde cada vez es más pronunciada una pequeña fisura que podría convertirse en una enorme grieta, el primer círculo del equipo del presidente municipal, Arturo Dávalos Peña, ya puso en marcha toda una estrategia que contempla cambios de fondo y de forma en varias dependencias municipales.

De entrada, van a rodar por lo menos tres cabezas de directores generales, que no han entendido que la lealtad debe estar con el alcalde, y que han descuidado su trabajo en el servicio público por estar inmersos en proyectos políticos que en nada abonan al actual gobierno municipal.

En este escenario, también contemple usted a los directores que no han podido con su encargo y que han permitido la entrada –interna o externamente-- de personas nocivas para la administración, ya sea otorgando plazas o contratos de prestación de servicios que han resultado lesivos para los intereses de la comuna.

En el paquete van algunos conocidos funcionarios que nunca entendieron que su trabajo tiene que girar en torno a las decisiones del presidente municipal, de sus intereses, de sus proyectos políticos, pero, sobre todo, en los programas que beneficien a Puerto Vallarta.

AFILAN LA GUILLOTINA

En el área de Relaciones Públicas, por ejemplo, ya es un hecho la baja de una mujer que todos los días se encarga de filtrar información a un columnista con el que sostiene, además, un amasiato simbiótico y que sólo ocupa su tiempo en la “campaña política” de un diputado.

Otra mujer, que despacha en las oficinas de cultura, también va a ser dada de baja por obedecer a los intereses de uno de los principales traidores del equipo de Arturo Dávalos, que lleva como nombre de pila Mario, uno de los asesores, por cierto, del Mochilas.

Son por lo menos 50 hombres y mujeres que tendrán que desfilar por las oficinas de Santiago Centeno –el Oficial Mayor Administrativo—para que les den las gracias. Ya no sólo va a ser una llamada de atención, hoy la guillotina va en serio.

El apretón de tuercas también se va a dar en los medios de comunicación, ya que a muchos a los que se les dio una atención decente con contratos de publicidad, han pagado sólo con estocadas y se han dedicado a golpear a los hombres cercanos a Arturo Dávalos.

DESFILE DE HUEVONES Y AVIADORES

Otra dependencia que se va a cimbrar es la de Desarrollo Social, donde su titular, Diego Franco Jiménez no ha demostrado una estrategia –hasta ahorita viable—para consolidar el gobierno municipal en las diferentes colonias de Puerto Vallarta.

Pareciera que Diego Franco se comporta de forma pusilánime a propósito, como que no quiere ayudarle al alcalde; como que está más preocupado por sus negocios personales que por ser un director eficiente y eficaz.

Uno más que está en la cuerda floja, es Jorge Armando Ibarría Urrutia, el sub-director de Participación Ciudadana, que no ha hecho nada sobre saliente, sólo subirse a la hamaca del presupuesto. Todo el trabajo lo hace David de la Rosa, y eso ya es mucho decir.

Pero bueno, las cosas se van a poner difíciles si el alcalde decide cortar por lo sano –como debería ser—a todos aquellos empleados que entraron como “asistentes” de varios regidores y que son auténticos “aviadores” que sólo engordan la nómina municipal.

Si usted pregunta que, si hay fondo político en todo esto, le respondería que, por supuesto que lo hay. Arturo Dávalos es un tipo inteligente, humilde, bonachón, pero no tonto. Sabe cuándo es tiempo de apretar a su equipo para que empiece la operación limpieza, y las escobas ya están aceitadas.

EL RESPALDO DE ENRIQUE ALFARO

Él sabe perfectamente que la guerra está declarada con su antecesor y que tiene todo el apoyo del líder moral del Movimiento Ciudadano en Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, quien hizo una jugada magistral al incorporar a sus filas al ex regidor panista, Juan José Cuevas García, pues en el fondo, fue un golpe doble. Primero desestabilizó a lo que queda del panismo vallartense. Y segundo, le pegó al Mochilas en donde más le duele, toda vez que El Peri Cuevas es acérrimo enemigo de Ramón Guerrero y jamás trabajaría a su lado.

Antes, Enrique Alfaro metió con calzador –pero lo metió—a Gustavo Fong como coordinador del Movimiento Ciudadano en Vallarta, otro golpe que no acaba de digerir Ramón Guerrero y sus defensores y amigos.

Sin embargo, Arturo Dávalos se anticipó a todos y arropó muy bien a Gustavo Fong, por lo que en términos políticos queda muy bien para lo que viene.

Gustavo Fong, por su parte, debe entender muy bien los mensajes, no comprar piñas y mucho menos dejarse apapachar por los traidores y corruptos que encabeza Ramón Guerrero, pues siempre van a traer la daga escondida para encajarla cuando menos lo piense.

Fong debe entender que no lo quiere ni Luis Munguía ni Ramón Guerrero, por lo que debe evitar esos desaguisados de compartir cenas en lujosos restaurantes con el peor diputado federal que ha tenido Jalisco.

Lo peor que le puede pasar es que lo encierren en un círculo político del que difícilmente pueda salir, y para esos menesteres, es experto su diputado local.

A su vez, Arturo Dávalos debe recordar muy bien que en política los amigos son de a mentiras, y que los enemigos son verdaderos, por lo que no le debe temblar la mano para ordenar una profunda limpieza en todos los sentidos y comenzar a mostrarse ante los ciudadanos de Puerto Vallarta como un alcalde con firmeza a la hora de tomar decisiones; tomar acciones que lleven a redimir la política y a regresar la confianza de los vallartenses en los servidores públicos.

Estas medidas –por extremas que sean—deben contemplar la apertura de esa enorme caja de pandora que dejó en el Ayuntamiento el Mochilas y cuyos expedientes ya no aguantan más, apestan y piden a gritos que los liberen para que el pueblo de Vallarta conozca realmente lo que hizo Ramón Guerrero con el poder municipal y con los recursos públicos.

¡Es hora de callar bocas ¡


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