viernes, 28 de noviembre de 2014

LOS BEMOLES DEL MANDO ÚNICO POLICIACO, LUIS CARLOS NÁJERA, LA RENDICIÓN DE CUENTAS Y EDGAR VEYTIA, EL MAL EJEMPLO





Por Jorge Olmos Contreras
El anuncio que hizo ayer el presidente Enrique Peña Nieto para crear 32 Corporaciones Estatales y sustituir las mil 800 policías locales, sin duda es un tema que ha impactado a los gobiernos municipales, por la incertidumbre que se crea sobre el destino que tendrán sus direcciones de seguridad pública y cuál va a ser el fin de algunos mandos, comenzando por el Director de la Dependencia.

Y aunque las iniciativas de los 10 puntos para fortalecer el estado de derecho apenas van a ser enviadas al Senado de la República y se desconoce puntualmente su contenido, el anuncio desde luego que inquieta y preocupa, por todo lo que ello implica.
Hay que recordar que Jalisco, pese a lo que no aceptaba hasta ayer el gobernador Jorge Aristóteles, es una de las entidades con más alto índice de delitos, muchos de ellos relacionados con el crimen organizado, por ello será precisamente Jalisco uno de los estados en donde se agilizará la entrada en vigor del Mando Único y la desaparición de las Policías Municipales.

En el caso que nos atañe, el de Puerto Vallarta, el anuncio nos cae de golpe y porrazo porque es obvio que el gobierno municipal no está preparado para soltar a sus policías y dejarlos bajo la tutela del Estado y en manos del súper fiscal, Luis Carlos Nájera Gutiérrez, quien va a ser el que dirija a todos los policías en Jalisco.

Puerto Vallarta cuenta con 600 policías, entre agentes de seguridad y oficiales de tránsito, cuyos sueldos van de los seis mil a los nueve mil pesos y quizá un poco más en algunos mandos, sin embargo, se desconoce cuál va a ser el mecanismo para pagarle a los gendarmes, una vez incorporados en un Mando Único, ni si se va a mejorar su salario y sus condiciones de trabajo o de tener acceso a un seguro de vida digno.

Tampoco se sabe qué va a pasar con los policías que reprobaron el examen de control de confianza, que fueron despedidos y que acaban de ganar un amparo que les concede la suspensión y por lo que un Juzgado exige se les restituya en sus cargos.

En Jalisco, el Ayuntamiento que mejor paga a sus policías es Zapopan, con alrededor de 15 mil 244 pesos. Sin embargo, informó hace días el investigador de la División de Asuntos Jurídicos de la Universidad de Guadalajara, Fernando Espinosa de los Monteros, un policía de Estados Unidos con cierta antigüedad gana entre tres mil 500 y cinco mil dólares, es decir, de 43 mil 225 a 61 mil 750 pesos, vean la gran diferencia y la terrible realidad de las policías locales.

Y es que si no se ponen de acuerdo el gobierno federal, el gobierno del Estado y los gobiernos municipales para dignificar el salario de los policías, por más que haya un Mando Único, la corrupción en la Corporación Policiaca seguirá imperando.

Lo anterior sin contar con que no se cuenta con instalaciones adecuadas para los manos regionales de ese Mando Único como el que se tiene en Puerto Vallarta, donde los policías estatales son confinados en una carpa aledaña al penal de Ixtapa y muchas veces se cambian y bañan en los sanitarios de los juzgados penales, donde son vistos hasta en paños menores por los visitantes en condiciones lamentables y vergonzosas, a veces hasta en pleno descanso escuchando narco corridos.

De hecho, en este mes de noviembre ya han sido consignados varios policías de la llamada Fuerza Única por extorsión.

Ahora bien, el hecho de que se deje en una sola persona toda la responsabilidad de las policías en un Estado como el de Jalisco, implica un enorme riesgo, porque al momento de que la cabeza se contamine, toda la corporación va sucumbir como ya lo hemos visto en otras entidades federativas.

Hay que recordar que en el pasado reciente, cuando el jefe del narcotráfico en Jalisco era el desaparecido Nacho Coronel, los políticos y los narcos convivían plácidamente, sus hijos iban a los mismos colegios, ellos a los mismos restaurantes, es decir, se cohabitaba con el narco, y de esos tiempos, vienen la mayoría de los comandantes y mandos que hoy forman parte de la Policía Estatal.

Para no ir muy lejos, ahí está el caso de Nayarit, donde el Fiscal Edgar Veytia es visto con recelo por tener bajo su mando a toda la policía estatal y por usar la corporación con fines políticos y también para cometer excesos que tarde o temprano van a salir a la luz pública.

Es falso que Nayarit sea un estado seguro y que la Riviera Nayarit esté libre de delincuencia organizada como afirma en sus boletines el poderoso fiscal Edgar Veytia, la realidad es otra y es muy diferente.

Pero bueno, el anuncio del presidente Enrique Peña Nieto sin duda viene a cimbrar a todas las policías municipales, sobre todo porque no habrá vuelta de hoja, la medida va a ser obligatoria y, ojo, aquél gobierno municipal que se niegue a incorporar a sus policías al Mando Único, serán sancionados.
Y otro punto que no debemos dejar de pasar, porque incluso se puede utilizar con fines políticos, es el hecho de que el gobierno federal podrá tomar el control de aquellos municipios donde se comprueben vínculos con la delincuencia organizada.

Nadie puede garantizar que en aras de algún revanchismo político, se inventen supuestos vínculos para que el gobierno federal desconozca un gobierno municipal, sobre todo si está dirigido por un partido distinto al del presidente de la República, y tome prácticamente por asalto las riendas de un Ayuntamiento.

Pero bueno, de que hay gobiernos municipales donde el crimen organizado está metido hasta el cuello, lo hay. Si nos descuidamos, y uno de esos municipios podría ser Bahía de Banderas, donde se presume que el alcalde José Gómez tiene vínculos con algunos personajes oscuros que no tardan en tomar el control del municipio, precisamente por ciertas alianzas con el presidente municipal y o de su Director de Seguridad Pública, como lo veremos en un trabajo periodístico que ya prepara VALLARTA UNO.
Ahora bien, en materia de transparencia y rendición de cuentas, habrá que preguntarnos hasta dónde están dispuestos a transparentar sus bienes tanto el gobernador, Jorge Aristóteles, como el fiscal Luis Carlos Nájera y cómo le hicieron para hacerse de algunas propiedades, pues se presume que ambos poseen un lujoso condominio en las torres Icon de Puerto Vallarta y nunca se han preocupado por informar a los jaliscienses cómo es que compraron esos bienes inmuebles.

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