lunes, 24 de agosto de 2015

NUEVA DIRECTORA DE LA CLÍNICA 42 DEL IMSS EN PV, MAYELA MIGUELES, CONVIERTE AL HOSPITAL EN UN TIRADERO DE PACIENTES

Por Jorge Olmos Contreras
Los servicios de salud pública en Puerto Vallarta han entrado en una severa crisis que difícilmente será superada si persiste el conformismo del sector obrero patronal que durante muchos años han consentido, y por lo tanto permitido, que a los derechohabientes del Seguro Social y del Hospital Regional los traten con la punta del pie y sean abandonados a su suerte.
 
 
Este problema se ha agudizado de una forma muy marcada en los servicios de salud que presta el Instituto Mexicano del Seguro Social, en particular la clínica 42 que se ubica en la Avenida Francisco Medina Ascencio, que está a cargo de una señora que sólo vino a complicar más las cosas en este nosocomio que está rebasado en su demanda, sin exagerar, en más del 500 por ciento de su capacidad.
 
 
Se trata de la doctora Mayela Migueles Domínguez, quien es la actual Directora de la clínica 42 del Seguro Social, a la que señalan como la responsable de que el servicio esté por los suelos.
 
Y cuando decimos por los suelos, es por los suelos, ya que literalmente se atiende a los pacientes en el piso, tirados en una cobija y a veces sin ninguna protección.
 
La semana pasada recibimos quejas de varios usuarios en el sentido de que algo estaba pasando en el Seguro Social, que se atendía a los derechohabientes en el suelo y que el servicio estaba totalmente saturado. Y en efecto, fue lamentable y lastimoso observar a la gente tirada en el piso, sin ninguna privacidad las mujeres, arrojadas al pasillo en paños menores y otros pacientes deambulando por todos lados con sus frascos de suero o medicamento en la mano y canalizados a alguna vena del brazo.
Todo, dicen, es responsabilidad de la Directora Mayela Migueles, toda vez que desde que llegó hace menos de un año, todo se complicó, incluso prohibió el servicio que se presta a pacientes que no pueden salir de sus domicilios por estar incapacitados por alguna enfermedad.
 
Mayela Migueles llegó a Puerto Vallarta recomendada por un alto funcionario del IMSS de la delegación estatal, es una advenediza que no ha mostrado capacidad para ocupar el cargo. Su carácter déspota y prepotente le ha ganado el repudio de casi todos los funcionarios del Seguro Social y si la situación continúan generando malestar y mal servicio, no es descabellado que pronto el personal realice una manifestación para exigir el cese de esta mala Directora.
 
No es posible que en Puerto Vallarta estemos padeciendo de este pésimo servicio, ya que de acuerdo con los datos duros de las estadísticas que arroja el IMSS en este centro turístico, genera al mes, escuche bien usted, al mes, poco más de 60 millones de pesos, es decir, más de 720 millones de pesos anuales, que desde luego, no se ven reflejados en nuevas inversiones.
 
Pero si la Federación nos tiene abandonados en materia de servicios de salud, nos tienen más abandonados los empresarios locales, los grandes hoteleros y restauranteros, que no se han atrevido a exigir al gobierno federal que mejore no sólo la atención del IMSS, sino que aumente la infraestructura con nuevos hospitales.
 
Para que usted se dé una idea del tamaño del problema que hay en Puerto Vallarta en materia de salud, tenemos que el universo de derechohabientes del IMSS es de más de 300 mil personas que habitan en Vallarta, Cabo Corrientes, Tomatlán y los que nos mandan de Bahía de Banderas. A estos súmele usted los que se incorporaron hace dos años del Ayuntamiento de PV.
 
La clínica 42 sólo tiene 91 camas en hospital y 14 en el área de urgencias, nada comparado con los miles de derechohabientes que todos los días tienen la necesidad de atenderse en este hospital, el único de segundo nivel en toda la región.
 
La pregunta es: ¿Hasta cuando la Federación va a voltear a Puerto Vallarta? ¿Hasta cuándo algún diputado va a tomar la bandera para defender a los derechohabientes?; ¿hasta cuándo los líderes obreros harán una manifestación para defender a sus agremiados?... o ¿hasta cuándo los empresarios se van a poner las pilas para exigir más y mejores servicios, y no se van a quedar en sus oficinas a dormir la mona y a pecar de indolentes?

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