lunes, 22 de octubre de 2012

REBELION EN LA GRANJA Y LEY MORDAZA A FUNCIONARIOS DEL MOCHILAS EN EL AYUNTAMIENTO DE PV


Por Jorge Olmos Contreras

Peor no podía ser el arranque de la administración del nuevo mesías de Puerto Vallarta, Ramón Demetrio Guerrero Martínez, mejor conocido como “El Mochilas”, quien no sale de un escándalo cuando ya se metió en otro, imprimiendo de paso un estilo muy parecido al pintoresco alcalde Juan Vargas que todos vimos en la película de “La Ley de Herodes” dirigida por Luis Estrada, pues creó su propio Reglamento Orgánico, impuso funcionarios en Direcciones creadas a su antojo y ahora les prohíbe a todos los servidores públicos dar entrevistas a los medios de comunicación.

No sólo eso, sino que también ya entró en un conflicto personal con seis de los regidores que entraron en su planilla por el Movimiento Ciudadano, debido a las altas dosis de demagogia que le ha inyectado a su discurso político, que cambió de la noche a la mañana en cuanto se afianzó en la silla presidencial.

En campaña y durante el conflicto post electoral, Ramón Guerrero prometió de todo a sus regidores, les apapachó, los cuidó y le juró y perjuró que todos iban en el mismo barco y que habría oportunidades para toda la gente que andaba con los ediles en el trabajo político electoral de conseguir prosélitos a la causa del Movimiento Ciudadano.

Sin embargo, agobiado por sus propios yerros, Ramón Guerrero modificó los planes que tenía para con sus regidores –si es que alguna vez los tuvo—y en menos de 15 días les dio con la puerta en la cara, se enconchó y ya no quiere responder el compromiso de darle trabajo a 10 recomendados de cada edil que se la anduvieron partiendo en campaña. La decepción es tan grande, que ni siquiera los “regidores ciudadanos” –aquella Corte de Los Milagros que vimos en la primera sesión de Cabildo—han podido conseguir trabajo para ellos o sus hijos.

Ayer, por ejemplo, vimos a una de esas “regidoras ciudadanas” desesperada en la presidencia municipal porque Santiago Centeno, uno de los súper asesores del Mochilas, la trae vuelta y vuelta y no le da una respuesta clara a una solicitud de trabajo prometida para su hija.

EL GRUPO DE LOS SEIS

Los regidores que ya están hasta la madre –como dijera el poeta Javier Sicilia—son Susana Carreño, Humberto Gómez Arévalo, Otoniel Barragán, Candelaria Villanueva, El Pitas Pelayo y Oscar Avalos Bernal, quienes están dispuestos a mostrarle al Mochilas quiénes son en la próxima sesión de Ayuntamiento.

Y aunque la actitud de estos seis personajes lleva cierta dosis de chantaje, el mensaje es claro para el Mochilas: O respeta los acuerdos (como le advirtieron los malosos a Robertito) o se van por la libre y conforman una fracción “independiente” al interior del Ayuntamiento.

De hecho, ya no están dispuestos a que los utilice El Mochilas como los usó en la primera sesión de Cabildo, donde les pidió que se retiraran para reventar la misma y dar tiempo para imprimir el Nuevo Reglamento Orgánico, reglamento que por cierto, está a punto de recibir el revés definitivo, lo que sería otro dolor de cabeza para un alcalde que, en efecto, se siente Juan Vargas en San Pedro de los Saguaros. No, los ediles dicen que tienen dignidad y que van a hacerle ver a Ramón de qué están hechos, que no son ningunos pendejos y que no se chupan el dedo en la boca.

El calificativo de pendejo no es autoría del columnista. No, se escuchó del ronco pecho del regidor del sombrero ranchero,  Otoniel Barragán, de quien se dice, le gritó –y fuerte—al Mochilas en la reunión privada que sostuvieron el domingo en el hotel Velas Vallarta. “Yo no soy ningún pendejo”, le habría dicho, en clara alusión a que durante el atentado contra Robertito (el ex comisario de la policía), el alcalde ni los vio ni los oyó, sólo los ignoró pese a que Barragán preside la comisión de seguridad pública.

EL TAPA BOCAS

Así las cosas, llegamos al día 22 del nuevo gobierno y ahora a Ramón Guerrero se le ocurrió la brillante desfachatez de imponer la ley mordaza a sus funcionarios públicos, a quienes durante un taller organizado también el domingo en un salón del Velas Vallarta, les prohibió de manera tajante dar entrevistas, declaraciones o cualquier tipo de información a los reporteros de Puerto Vallarta.

Durante el lunes, hubo todo tipo de comentarios desfavorables contra el Mochilas por parte de la prensa de Vallarta, toda vez que la mayoría de los periodistas están indignados por semejante medida, que sólo es comparable a los peores gobiernos priistas que hemos tenido en esta República Mexicana nuestra; ya nomás falta que quieran dictar los encabezados de los periódicos del día siguiente.

La indignación de los comunicadores subió de tono cuando se supo que todo tipo de información se tiene que solicitar al Director de Comunicación Social, Jaime Castillo Copado, ya que Jaime es el clásico burócrata de escritorio –cucaracha de biblioteca les dicen—que nunca tiene una respuesta para nada y para nadie.

LA CAJA DE CRISTAL

Acostumbrado a estar en una caja de cristal, como lo fue su paso light por los diarios Vallarta Opina y Tribuna de la Bahía y su desempeño gris y mediocre como responsable del área de prensa del Centro Universitario de la Costa, Jaime Castillo de pronto se vio en medio de la tormenta sin una estrategia inteligente para dirigir la comunicación del nuevo gobierno del caos.

Fuera del CUC, Jaime Castillo se ha sentido desprotegido, ausente, incapaz de hacerle frente a los retos de comunicación social y, por lo tanto, vulnerable, de ahí que en 22 días de gobierno haya demostrado que no sirve para el cargo; que le quedó grande la silla y que su propia soberbia lo ha hecho resbalarse una y otra vez, sin poder contrarrestar los escándalos mayúsculos de la administración, como el del atentado contra Robertito y sus secuelas que terminaron por llevarlo a renunciar de manera irrevocable a la comisaría de la policía vallartense, el chisme de lavadero del Jefe de Cultura; o las agresiones de los policías contra los taxistas o una explicación clara del por qué huyó el tesorero municipal, Benito Carranco.

Y es que Jaime Castillo se hizo chiquito ayer luego de que algunos periodistas le reclamaron la imposición de la Ley Mordaza a los funcionarios municipales, al grado de que ni su íntima amiga, la sagaz reportera Lourdes Martínez del diario Tribuna de la Bahía,  le ha extendido la mano para medio rescatarlo del tsunami que se le viene por la aplicación de esta política que es un claro atentado a la libertad de expresión y un burdo mecanismo de censura a quienes deberían ser claros y transparentes, es decir, los servidores públicos que devengan un salario pagado por todos los vallartenses.

Empero, contagiado por el triunfalismo y la soberbia del Mochilas, Jaime Castillo se sube al ring cuando no debe hacerlo, responde con enojos y agresiones en las redes sociales; defiende lo indefendible de este gobierno y, lo que es peor, contribuye a cerrar las puertas a la información y a destruir los puentes de comunicación que todavía quedan entre reporteros y funcionarios.

LOS PUENTES ROTOS

En el colmo de la insensatez, Jaime Castillo no responde las llamadas telefónicas, ni las que se le hacen a la presidencia municipal ni las que recibe en su celular. Mucho menos contesta los mensajes ni los correos electrónicos. Se convirtió en el ostión Jaime y de ahí nadie lo saca.

Entonces, imagine usted el grado de cerrazón e incomunicación que existe en el Ayuntamiento de Vallarta. Primero le niegan información y entrevistas los funcionarios, quienes le piden que vaya con Jaime Castillo, pero el director de comunicación no atiende a la prensa, no contesta las llamadas, ni los mensajes ni los correos electrónicos…

¿Pues a qué estamos jugando?... ¿A la Ley de Herodes?... ¿En serio?

INFORMACION CLASIFICADA

POR CIERTO, HACE UNOS DIAS SE ENCONTRARON EN EL CUC, JAIME CASTILLO COPADO y el periodista Sebastián Zavala Cordero, jefe de prensa del Seapal Vallarta. Y Como antes en las redes sociales Zavala subió un comentario crítico contra Jaime, éste de inmediato lo increpó y le dijo: “No te voy a contestar, no voy a caer en provocaciones”, lo cual fue una estupidez de parte de un Director de Comunicación Social, que en el puesto que está debería ser tolerante y conciliador… Y no adoptar poses de una auténtica mariquita sin calzones con un… “no te voy a contestar”. ¡Por favor!

POBRE JAIME, AL IGUAL QUE ROBERTITO, NO TARDA EN TIRAR LA TOALLA, pues, insistimos, la silla de “Ever” le quedó muy grande. Y vaya que para superar al anterior Director de Comunicación Social no se necesita una lumbrera de periodista.

Lo dicho, fuera de la cajita de cristal, Jaime Castillo es tan vulnerable como un insecto en un estanque lleno de ranas… y de sapos.

PERO BUENO, PARA TRATAR DE CALMAR LAS AGUAS, QUE TRAE EN verdad encabronados a todos los reporteros, Jaime Castillo Copado invitó a sólo algunos periodistas a un desayuno este martes 23 de octubre en el restaurante River Café, donde según él, les explicará la forma de trabajar.

Del periódico Tribuna de la Bahía, la jefa de información, Noemí Zamora, ya les contestó que gracias por participar, pero que no, que no acudirán al desayuno de la ignominia.

ESTE COLUMNISTA SUFRIO EL PRIMER GOLPE DE LA LEY MORDAZA, pues tenía programada una entrevista a las 10:00 de la mañana de ayer (lunes) en la UMA con la “Directora” de Padrón y Licencias, Iris Ulloa, pero la funcionaria pidió disculpas y dijo que habían tenido un taller el domingo y que el alcalde les exigió cero entrevistas a los medios informativos, por lo que tuve que regresarme por donde vine, en medio de malos olores que todavía prevalecen en el edificio magno de Chavita.

Eso sí, como era cumpleaños de Iris Ulloa, hasta unos tacos de canasta ya se estaba desayunando para no perder la figura.

Impertinencias periodísticas, diría el columnista cultural Víctor Roura.

 

 

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