Por Jorge
Olmos Contreras
Sin presentar las credenciales del grupo de presuntos
policías y guardaespaldas, el nuevo Director de Seguridad Pública Municipal de
Puerto Vallarta, Roberto Rodríguez Preciado tomó las riendas de la corporación
imprimiendo un sello característico: la prepotencia y la influencia como armas
para disuadir a cualquiera que se interponga en su camino.
El señor Preciado, conocido en el medio policiaco como “Robertito”,
trae dos guaruras que lo siguen a todos lados y hasta el momento no se ha
tomado la molestia de informarle a los vallartenses quiénes son estas personas,
cuáles son sus antecedentes o cuál es su origen dentro de las corporaciones
policiacas de Jalisco o de otros lugares de la República Mexicana.
Se trata de dos tipos –uno de ellos con una arracada en la
oreja—que no tienen finta de ser unas buenas personas, por el contrario, son
dos escoltas mal encarados que traen una camioneta Tacoma blanca con códigos
que usan hasta para llevar a comer al nuevo jefe de la policía de Puerto
Vallarta y que lo cuidan más que a su propia sombra, como si tuvieran miedo de
algo o los anduvieran siguiendo desde Guadalajara.
Roberto Rodríguez mientras tanto, trae una camioneta Ford
Lobo blindada placas JR 33494 que, de acuerdo a investigaciones propias del
columnista, no son matriculas oficiales como debería traer todo jefe policiaco,
por lo que las especulaciones sobre el origen de las unidades que trae “Robertito”
ya comenzaron al interior de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, sobre
todo porque el señor Preciado se instaló, junto con su equipo de seguridad
personal, en una residencia de Conchas Chinas, que lejos de servirle de
vivienda temporal, pareciera que se trata de una casa de seguridad.
EL BUNKER DE CONCHAS
CHINAS
Tampoco se sabe quién o quiénes le prestaron la casona en
Conchas Chinas a “Robertito”, lo único que se especula que sus contactos tanto
fuera como dentro de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) le permiten para
eso y mucho más.
Al interior de la corporación ya hay voces de alerta por las
amistades que hizo Roberto Rodríguez Preciado en Guadalajara, ciudad que fue la
cuna del cártel del Milenio y cuyo jefe era Ignacio Coronel Villarreal a las
órdenes del Cártel de Sinaloa, sobre todo porque en la actualidad los grupos de
la delincuencia organizada que operan en la entidad están más divididos que
nunca.
Sin embargo, a algo se atiene Roberto Rodríguez como para
llegar a Puerto Vallarta con la espada desenvainada y humillar a los policías
municipales, gritarles, desarmarlos y amenazarlos con despedirlos a partir del
primero de enero, tal y como les sucedió a todos los supervisores, a quienes
les quitó las armas y los mandó a la calle sin fusil.
El señor Preciado trae grupo –esperemos que sus escoltas no
tengan antecedentes penales—de operación y en la tropa ya se ha escuchado que
viene a Puerto Vallarta a “partirle la madre” a quien se le atraviese, se trate
de quien se trate.
HOSTIGAMIENTO A
ALEJANDRO ARIAS
Lo anterior se pudo constatar con el lujo de prepotencia
exhibido por Rodríguez Preciado para “desalojar” de las oficinas de Protección
Civil Municipal al ex jefe de esa dependencia, José Alejandro Arias García, a
quien prácticamente corrió y hostigó el pasado miércoles para obligarlo a
entregar la Unidad.
Como si se tratara del Contralor Municipal, “Robertito” se
hizo presente en Protección Civil para exigir la “entrega-recepción” de las
oficinas, le gritó a Alejandro Arias para que se quitara el uniforme y le
recordó que su contrató había terminado el 30 de septiembre pasado.
A Alejandro Arias no le dieron oportunidad de defenderse, lo
acusaron prematuramente de que había faltantes de quipo que estaban señalados
en el documento de entrega-recepción, pero no físicamente, por lo que poco
faltó para llevárselo preso.
“Robertito” llegó acompañado de sus escoltas, quienes en todo
tiempo no le quitaban la mirada hostil a Alejandro Arias, quien sintió miedo
por el tipo de guaruras que traer Rodríguez Preciado.
ACTITUD SANCIONABLE
Desde luego, lo que hizo el nuevo Director de Seguridad
Pública es una irregularidad que debe ser sancionada por su jefe, pero como el
alcalde Ramón Guerrero lo va a proteger en todo momento, tendrían que ser los
regidores –sobre todo los de oposición y no los levanta dedos—quienes le pidan
cuentas al Mochilas y a su prepotente jefe de seguridad pública.
Insistimos, Roberto Rodríguez no tiene ninguna facultad para
asumir funciones del síndico o el contralor municipal o del secretario general
para presentarse a Protección Civil a echar a un funcionario público de esa
manera; esto es algo que no debe permitirse y que sin embargo, se está
solapando hasta por algunos medios de comunicación que vieron de lo “más normal”
la actitud del jefe policiaco.
Roberto Rodríguez Preciado nos recuerda a José Luis Quiroz,
aquél Director de Seguridad Pública que trajo Gustavo González Villaseñor y que
por querer tragarse toda el agua de la bahía de un solo bocado, casi se ahoga y
terminó renunciando por confrontarse con todos los policías municipales.
Pareciera que todos los jefes policiacos que vienen de fuera –con
sus muy honrosas excepciones—siguen el mismo camino de Quiroz y el de Preciado,
el del ataque y la humillación de los policías, porque ven a Puerto Vallarta
como un rancho y hasta les disgusta el nivel de instalaciones que se tienen en
Las Juntas para despachar asuntos tan importantes como la seguridad pública.
LA NUEVA POLICIA
POLITICA
De hecho, “Robertito” trae su propio equipo de seguridad que
también juega a ser agentes de inteligencia, por lo que no dude usted que ya tenga
una lista de enemigos imaginarios del Mochilas para tratar de perseguirlos,
amenazarlos, hostigarlos y presionarlos para que dejen de molestar al patrón.
Hay que recordar que “Robertito” es gente directa del ex
subsecretario de gobernación, Abraham González Uyeda cuando el secretario era
Francisco Ramírez Acuña, y ya en ese tiempo se creían los jefes de la policía
política del presidente Felipe Calderón, hasta que Acuña fue despedido de la
SEGOB y enviado como embajador de México en España.
Roberto Rodríguez tuvo un paso importante en el área de
anti-secuestros de la Procuraduría de Justicia de Jalisco cuando el gobernador
fue precisamente Francisco Ramírez Acuña, donde incluso le soltaban el
helicóptero cada que quería; luego estuvo a cargo de la Subprocuraduría de
Asuntos Patrimoniales de la misma PGJ y después anduvo desempleado, alrededor
de seis años, hasta que el grupo de González Uyeda lo rescató y lo acomodó como
Director de Seguridad Pública de Tonalá.
Hoy, el mismo González Uyeda lo saca prácticamente del
ostracismo para meterlo como Director de Seguridad Pública de Puerto Vallarta,
donde ya instaló su control de mando en una residencia de Conchas Chinas, que
le servirá de bunker en caso de que las cosas se pongan feas en Puerto
Vallarta.
Muchos pronostican que su paso por Puerto Vallarta podría ser
fugaz, pues con esa actitud y el grupo violento de seguridad que trae, no le
auguran mucho tiempo en este destino turístico.
Los conocedores dicen que no tardan en meterse en
problemas, y sino al tiempo…
INFORMACION
CLASIFICADA
ES URGENTE QUE EL SÍNDICO
MUNICIPAL, ROBERTO ASCENSIO CASTILLO, dé a conocer los detalles del contrato entre el
Ayuntamiento y la Constructora que edificó la Unidad Administrativa Municipal
(UMA) para evitar los rumores que ponen al ex alcalde Rafael González Pimienta
como el personaje que hizo negocios con la construcción.
LO ANTICIPAMOS, EL
REGIDOR ANTRERO, LUIS ERNESTO MUNGUIA GONZÁLEZ ya dio el primer tropezón del equipo
“fiel” del Mochilas, al descubrirse una irregularidad en su bar “matafama” que
ahora se denomina 322, pues la licencia presenta una omisión del giro
auténtico, tiene uno inventado que no está contemplado en el reglamento y que,
por lo tanto, ha estado operando al margen de la ley y molestando a los vecinos
de la calle Juárez.
¿Tendrá los suficientes pantalones para reconocer el
conflicto de interés como para que solicite que el antro sea clausurado?
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