Por Jorge Olmos Contreras
La Dirección General de Auditoría de
la Secretaría de Planeación, Administración y Finanzas del gobierno del Estado,
investiga un caso de posible corrupción cometida por varios funcionarios
públicos allegados al sub-secretario de esta dependencia, Salvador González
Reséndiz, a quienes se les pidió su renuncia en diciembre pasado mientras se
realizan las indagatorias, informó una fuente allegada a la administración del
gobernador Jorge Aristóteles Sandoval.
Uno de los servidores públicos que
está siendo investigado, es el exdirector de servicios públicos municipales
durante la administración del ex alcalde González Reséndiz –mejor conocido como
Chavita en Puerto Vallarta--, Eliseo Aréchiga Castillo, quien fue despedido en
plena época navideña, junto con sus más cercanos colaboradores, entre los que
se encuentran Luis Alberto Fuentes Flores, Alfonso Alcántara y Lino Ortiz,
todos ellos avecindados u oriundos de este puerto.
De acuerdo con la información a la
que este medio tuvo acceso, Cheo Aréchiga –quien pretende que el PRI lo
considere su candidato a la presidencia municipal de Vallarta en el año 2018--,
quien fungía como Director de Conservación y Racionalización de Espacios en la
sub-secretaría de Planeación, Administración y Finanzas (acomodado en ese
puesto público por Chavita), utilizaba un chip o tarjeta electrónica para
abastecer de gasolina a los diferentes vehículos oficiales que estaban asignado
a esta dependencia del gobierno estatal, trabajo que encargaba a sus
subalternos, Luis Fuentes, Poncho Alcántara y Lino Ortiz.
Según los datos proporcionados, el
manejo de este mecanismo electrónico para surtirse de gasolina, estaba siendo
usado a discreción por Cheo Aréchiga y sus secuaces, al grado de que en una
sola semana se estarían gastando hasta 50 mil pesos por gastos de combustible,
es decir, unos 200 mil pesos al mes.
PARA
“LA GALLADA”
En este contexto, trascendió que,
para hacerse de algunos recursos extras, Cheo Aréchiga habría pedido a sus
muchachos, Poncho, Luis y Lino, que comenzarán a vender la gasolina a terceros –desde
luego, a persona ajenas al gobierno del Estado—y así obtener fondos para
destinarlos a la campaña llamada “la gallada” en Puerto Vallarta y su zona
rural.
Sin embargo, habría sido tan
descarada la venta de combustible con dinero del gobierno del Estado, que al
parecer la policía de Guadalajara sorprendió y retuvo a un joven (empleado por
los subalternos de Cheo Aréchiga) en una gasolinera, debido a que estaba
ofreciendo llenar el tanque de sus coches a varios automovilistas por tan sólo
500 pesos, a lo que incluso se dice, muchos conductores accedieron.
El escándalo no tardó en detonar al
interior de la Secretaría de Planeación que dirige Héctor Pérez Partida, y de
inmediato le habrían hablado a Salvador González Reséndiz para que tomara
cartas en el asunto.
Así las cosas, en la primera quincena
de diciembre del 2015, es decir, apenas hace unos días, Salvador González
Reséndiz habría montado en cólera por el descuido de Cheo Aréchiga al momento
de hacer pagos con el chip electrónico, por lo que no le quedó de otra que
pedirle su renuncia, junto con sus allegados que había llevado a Guadalajara y
que cobraban muy bien en la sub-secretaría de Planeación y Administración.
Se comenta que para evitar un
escándalo mayor y que no se filtrara esta información, Chavita le halló acomodo
a Cheo Aréchiga como Director del Conalep Puerto Vallarta, pero antes buscaron
desbancar de su puesto en la UNIRSE al coordinador de este edificio que está enclavado
en Fluvial Vallarta, César Langarica, mejor conocido como Lucas, pero no lo
lograron, ya que también, se dice, que Chavita ya no quiere saber nada más de
su amigo Cheo.
SE
REFUGIAN EN SEDIS Y CONALEP
Los amigos de Cheo, al menos uno de
ellos, Poncho Alcántara o Luis Fuentes, consiguieron trabajo en la oficina de
la Secretaría de Desarrollo e Integración Social (SEDIS) de Puerto Vallarta, de
donde quitaron en forma desaseada, a un joven de la política priista local, a
Salvador Villalvazo Sandoval, mejor conocido como “Chava Lalo”, y quien, además,
por incongruente que parezca, es pariente de los González Reséndiz.
El escándalo es tan fuerte al
interior de la dependencia que dirige Héctor Pérez Partida como secretario y
Salvador González Reséndiz como sub-secretario, que temen que la auditoría
salpique incluso al Director General de Abastecimientos, Enrique Moreno
Villalobos, y a otras personas allegadas a Chavita, como a su mismísima
secretaria particular, Ameyali Delgado Bañuelos.
Otros que se comentan en la información
proporcionada y que habrían disfrutado de este manejo discrecional de uso de
combustible, es la esposa del ex director de comunicación social del
Ayuntamiento en tiempos de Javier Bravo Carbajal y asesor electoral de Chavita,
Juan Carlos Peralta.
Por lo pronto, Cheo Aréchiga continúa
su campaña política violando los tiempos electorales, pues lo mismo regala una
silla de ruedas, que obsequia despensas o se toma la foto con personas humildes
de las colonias populares.
En Guadalajara, la investigación podría
profundizarse… o enterrarse si la corrupción llegaba o llega niveles más altos,
ya que ha trascendido que Chavita utilizaba a Cheo Aréchiga para efectuar
compras “fantasmas” y obtener facturas cuyos domicilios eran casas particulares
o que simplemente no existían.
No hay comentarios:
Publicar un comentario