Por Jorge Olmos Contreras
El viernes pasado, un pequeño grupo de activistas, ciudadanos y políticos que dicen “defender la montaña” intentaron a toda costa impedir que se publicara en la Gaceta Municipal el Plan Parcial de Desarrollo del Distrito 10, en donde están comprendidas alrededor de mil 300 hectáreas de la zona montañosa de Puerto Vallarta y cuya cota de eventual construcción, se disminuyó en este plan de 400 a sólo 150 metros sobre el nivel del mar, en una franja de poco más de 500 hectáreas, en virtud de que el resto están consideradas como Áreas Naturales Protegidas.
Se trata de un Plan Parcial de
Desarrollo protector que busca el ordenamiento urbano y una paulatina
regularización en aquellas áreas urbanizadas –es decir, en donde ya hay
construcciones—y por supuesto en las zonas de reserva urbana, que, además son
de largo plazo; también contiene una serie de candados para evitar dañar esta
zona montañosa.
Y aunque tanto el alcalde como
algunos de sus funcionarios han repetido una y otra vez que este Plan no es
depredador, que es totalmente falso que se vaya a vender la montaña o que se
vayan a autorizar grandes edificios como el hotel Garza Blanca del empresario
Fernando González Corona, la polémica continúa y de la desconfianza natural de
algunos ciudadanos (que con justa razón tienen sus dudas por lo que ya ha
sucedido en años anteriores) se ha pasado a la agresividad verbal y a la
manipulación de la información.
Es increíble cómo algunos personajes
locales que se dicen ecologistas –porque hoy cualquiera es ecologista sin
demostrarlo—se presten al juego de la confusión y permitan que un foro como el
del jueves pasado (donde metieron tres temas distintos en un mismo costal, como
el de Ameyalco, el Macro libramiento y el Plan Parcial del Distrito 10) en la
biblioteca de “Los Mangos” se les saliera de control, ya que al final no les tomaron parecer a todos
los asistentes (dicen que unas 350 personas) para acudir en bola a la
presidencia municipal el viernes por la mañana para que los regidores les
explicaran el por qué votaron a favor de este Plan Parcial.
POLITIZAN
EL TEMA
Algunos iban enfurecidos, otros
calmados, y unos más llevaban la espada desenvainada, como el cuasi delincuente
perredista Fidencio Hernández, presunto líder de El Barzón, que no ocultó sus
intenciones políticas e incluso admitió que él sí perseguía un fin político. Es
decir, una causa noble, una sana inquietud ciudadana ya se está politizando; y
cuando entran intereses políticos en cualquier tema, las cosas se empiezan a
descomponer.
El hecho de que no acudiera el
viernes Juanita Delgado, la representante de la Asociación Civil “Consejo de
Seguridad, Transparencia y Buen Gobierno”, ni el biólogo Jorge Téllez, ni otros
actores representativos de este movimiento, dejó entrever que no todos comulgan
con la misma causa, ni aprueban las formas de los seudo activistas que insisten
en vender una falsedad, al repetir una y mil veces que la montaña de Vallarta
ya está vendida, que se va a vender, o que la van a llenar de cemento.
Los que lograron colarse a la sala de
cabildo del Ayuntamiento el día 15 de enero, un grupo de no más de 25 personas,
se toparon con una regidora que les explicó, en tono conciliatorio, respetuoso
y práctico, lo que realmente aprobaron el 28 de diciembre para sacar adelante
el Plan Parcial de Desarrollo del Distrito 10.
La regidora, Susana Rodríguez Mejía
del MC, no se dejó intimidar por este grupo que pretendía acorralar a los
ediles presentes –a saber, Gilberto Lorenzo Rodríguez, Eduardo Martínez, Juan
Solís, Gabriela Duarte y la propia Susana Rodríguez—y fue ella la que logró dar
la cara por el gobierno de Arturo Dávalos, con tal empuje y decisión, que los
inconformes ya no tuvieron argumentos para seguir protestando, tuvieron que dar
la media vuelta e irse por donde vinieron, pues se les explicó que este Plan
Parcial, como cualquier otro, puede enmendarse, corregirse, ampliarse,
acotarse, etc., siempre y cuando haya los foros con los acuerdos necesarios.
DOBLE
POSTURA
Hay que recordar que este PPDU 10 ya fue discutido en la
administración pasada, que en su corrección participó incluso el ex regidor
panista Humberto Muñoz Vargas y que estuvo a la vista de todo el público;
incluso los ecologistas de la Universidad de Guadalajara tuvieron acceso al
documento, pero no pusieron ninguna objeción, ni hicieron observación alguna
como se les pidió, sino hasta ahora, en que al parecer persiguen otro tipo de
intereses, y que pareciera no son precisamente los de la protección de la
montaña.
Ese viernes, algunos de estos
activistas fueron groseros incluso con la Jefa del Departamento de Instrumentos
Urbanos del Ayuntamiento, la arquitecta Adriana Guzmán, a quien calificaron de
ser “simple empleada” y que no podía saber más que las eminencias del CUC, Juan
Luis Cifuentes y Jorge Téllez.
Por ello, cuando le tocó el turno a
la edil del MC, Susana Rodríguez, ésta sí se fajó los pantalones y respondió
todas las inquietudes del grupo emanado de la reunión del jueves en la
biblioteca de “Los Mangos”.
Por ejemplo, les recordó que si no se
hubiera aprobado este PPDU 10 y no se publica en la gaceta para que entre en
vigor, simple y sencillamente seguiría aplicándose el anterior Plan, con la gravedad
de que el Plan de 1997, sí permite la construcción sobre 400 metros sobre el
nivel del mar.
TAMBIEN
EVA CONTRERAS
Susana Rodríguez se dijo extrañada por la presencia, en el foro del jueves, de la
ex senadora Eva Contreras, esposa del magnate hotelero Fernando González
Corona, quien ha sido uno de los principales depredadores de la montaña al
construir un edificio de varias decenas de metros de altura en el hotel Garza
Blanca, enclavado en plena jungla.
Una cosa hay que tomar en cuenta y no
la podemos pasar por alto, y ésta es que la mayoría de los que intervinieron el
viernes exhibieron una total falta de información, ya que insistieron en que la
montaña iba a ser vendida, que revocaran el acuerdo de Cabildo, que van a
destruir nuestro pequeño paraíso; que cuánto les habían pagado, etc., etc.
Sin ninguna asesoría en materia
ambiental y de desarrollo urbano, simple y sencillamente quieren que las cosas
se queden como están, lo que, en otras palabras, significa que quede vigente el
anterior Plan y entonces sí, no haya regulación ni ordenamiento en este
Distrito 10.
Incluso, sacaron a colación la
construcción de los grandes edificios que hay en Vallarta –como si este
Ayuntamiento hubiera sido responsable— en que algunos –dijeron— se llenaron los
bolsillos de dinero.
LA
LENGUA DE FIDENCIO
El que casi se muerde la lengua fue
el perredista Fidencio Hernández Lomelí, quien dijo que la gente ya no cree en
los políticos, que la credibilidad de los políticos está por los suelos, que
los empresarios y políticos voraces sólo quieren seguir acumulando riquezas,
etc. Se le olvidó a Fidencio que es uno de los principales impulsores de la
invasión de tierras en la zona rural de Vallarta, que alentó la llamada
“cartolandia” de Ixtapa en la que cobró cuotas a personas humildes, y que se
apropió de grandes predios en Santa Cruz de Quelitán junto con el joven
empresario, José Igartúa, donde actualmente tiene una choza en la que a veces pernocta.
Sin embargo, la más puntual, la que
explicó con detalle y en palabras entendibles el tema, fue la arquitecta Adriana
Guzmán, al señalar que no hay ningún cambio de uso de suelo. Que el que se
considere una reserva urbana de largo plazo no significa un cambio de uso de
suelo, sino una clasificación. Que en la planeación urbana de Vallarta hay que
considerar la jerarquización, que empezó en 1995, derivado del plan estatal y del
regional, pero que en Vallarta entró en vigor en 1997, mismo que se quiso
actualizar en 2002, pero no se hizo.
Explicó que se quiso actualizar el
Plan de Desarrollo Urbano de Puerto Vallarta (el general) de 1997, porque en
éste se contemplaba… en un área de mil 992 hectáreas, mil 156 hectáreas como
reserva urbana a largo plazo con uso de suelo turístico; y no se tenía ni un
centímetro de área natural protegida, ni de conservación, nada, es decir, en
ese entonces, con ese Plan, toda la montaña podía ser desarrollable.
Este Plan de Desarrollo urbano, el de
1997, lo hicieron gente de Guadalajara, que vino y señaló cuál sería el límite
del centro de población y que todo se podía construir con un (uso de suelo) turístico
habitacional de densidad mínima, y en ese entonces no hubo colegios ni biólogos
(que dijeran algo o participaran), puntualizó Guzmán.
LA
EXPLICACIÓN A FONDO
Sin embargo, agregó, en el 2006 se
hizo otro intento para actualizar el plan de Desarrollo Urbano, de hecho, se
actualizó, pero se impugnó, y otra vez quedó en vigor el de 1997 (que era
bastante depredador, como ya vimos); y en el 2009 se hizo otro intento, en
donde la reserva urbana se hace más pequeña y va cambiando con posibilidades de
ser urbanizable, la va convirtiendo en área de conservación… pero otra vez no
se autoriza.
Por ello, en el 2011, estando como
alcalde Salvador González Reséndiz, se hace una distritación y se empieza a
trabajar en los polígonos, como el del Distrito Urbano 10, y se inician los
trámites para su aprobación; “pero esta vez no se aprueba por inconsistencias en
el documento, no del proyecto, porque era mucho mejor que lo que se tenía”,
externó la arquitecta.
Así las cosas –continuó en su
explicación Adriana Guzmán-- en la administración pasada (en el gobierno del
Mochilas), se dieron a la tarea de que el documento cubriera todas las
inconsistencias, tal como lo marca el Código Urbano, con foros, con un sin
número de invitaciones de los representantes de los tres niveles de gobierno, con
invitación a todos los presidentes de colonias aledañas al Distrito de impacto
y a la ciudadanía en general. Se recabaron todas las observaciones, y se hizo
la propuesta; en ésta se invitó a todos los colegios y a la Universidad de Guadalajara,
al maestro Jorge Téllez, para que hicieran sus observaciones, que nunca se
dieron, es decir el biólogo Jorge Téllez nunca hizo observaciones, pese a que
se lo solicitaron por escrito.
En este sentido –agregó-- se continuó
el trabajo, y una vez ajustado, se publicó en los diarios las consultas, se
invitó otra vez al Consejo de Ecología, a la Sedatu, etc., y se puso en los
estrados del Ayuntamiento y las delegaciones durante un mes tres semanas; por
lo que todas las observaciones, que fueron fundamentadas y motivadas, se tomaron
en cuenta y se tuvieron tres semanas a la vista de todo mundo.
LOS
CANDADOS
Sin embargo, el documento no entró a
la Comisión de Ordenamiento Territorial en la administración pasada y, por lo
tanto, no entró al Ayuntamiento, indicó Guzmán.
“Fue hasta esta administración que
entró el Plan del Distrito 10, elaborado con toda ética –afirmó la arquitecta
Guzmán-- para evitar que se vaya más arriba el área urbanizable, (aunque esto) no
quiere decir que se vaya a edificar todo”.
Hay candados, como construir el 40
por ciento del terreno, además de las áreas de cesión para destino, que son
verdes, sus estudios de impacto ambiental, o una Manifestación de Impacto Ambiental
(MIA), según el nivel que se encuentren en la montaña; aunque Semarnat puede
decir si puede modificar el uso de suelo, de forestal a urbano, etc.
El PPDU 10 no es un Plan a modo de
los desarrolladores inmobiliarios, ni de particulares, tiene suficientes
restricciones para que nadie atente contra el desarrollo sustentable de la
montaña.
Además, se está proponiendo que esa
área, ese polígono, de casi 600 hectáreas, se una a la protección a la montaña,
y que en base a una declaratoria como Área Natural Protegida (ANP), se proteja
la misma.
Otro aspecto importante, es que todos
esos predios del Distrito 10 tienen dueño. Los del sub distrito A son de particulares,
y los del sub-distrito B, del ejido Boca de Tomatlán, que poco a poco han
cedido para proteger la zona montañosa, manifestó.
En este contexto, Adriana Guzmán preguntó
y ella misma se contestó--: ¿Qué pasa si le damos atrás al proceso del distrito
10? – “Lo vamos a dejar con mucha incertidumbre, y si llega alguien (algún
desarrollador) se le da el dictamen y el Ayuntamiento se quedaría entonces sin
evidencias para no hacerlo.
En su momento, la regidora Susana
Rodríguez se comprometió a elaborar una iniciativa para llevar a cabo foros y
se realicen las observaciones pertinentes a este PPDU-10; aunque algunos de los
asistentes exigieron un foro integral en donde se toquen una serie de temas, es
decir, se estaban desviando del tema principal que es la protección de la
montaña y ya querían tratar el asunto de la basura, la deuda pública, la
desaparición del ex regidor Humberto Gómez, la entrega de la UMA etc.
AGRESIONES
VERBALES
Fidencio Hernández, exhibiendo una
ignorancia que rayó en lo ridículo, manifestó que había “planes maléficos”; que
“mentes maquiavélicas y enfermas hicieron los planes” y hasta insultó a la
regidora Susana Rodríguez, al sostener que en su rancho “dicen que los
profesionistas se hicieron para chingar a la gente”, pero que, a él, el
perredista de El barzón… “no se me puede achacar nada”.
Ya desbocado, quiso ordenarles a los
regidores que se retractaran, y que, si Jorge Téllez los había mandado a la
guerra (sin fusil), que lo iban a exhibir y a balconear, quizá pensando en que
Téllez sí estuvo en la consulta del Distrito 10, que sí le pidieron hiciera
observaciones, y nunca las hizo.
En su turno, el abogado Francisco Vallejo
Corona, asesor jurídico del alcalde Arturo Dávalos, les recordó que en esa
reunión ya se había explicado lo del distrito 10, que las propuestas de
modificación, como lo dijo la regidora Rodríguez, se van a analizar
correctamente para adecuar este proyecto a los intereses de Vallarta, “ya quedó
muy claro”, acotó.
“Una vez que se vengan las observaciones
con los técnicos, el Consejo de Ecología y las personas que intervengan con
fundamento, se tomen en consideración, se analicen y se proyecte una
modificación, porque no podemos estar sin aprobación, porque si no vamos a
cometer irregularidades”, reiteró.
EL
RETO DE VALLEJO
De hecho, exhortó a los protestantes a que, si saben de
algún acto de corrupción, que si alguien recibió dinero, dádivas o algún tipo de
cosas, que lo presenten, que digan nombres y apellidos. “Porque se da una
situación muy peligrosa al dar como un hecho una conducta de alguien. Que la
persona que dijo y afirmó en este lugar que recibieron una cantidad equis como
responsabilidad de funcionarios públicos que lo haga. Investíguenme,
verifíquenme, háganme auditoría”, retó Vallejo Corona.
Y espetó: “Si vamos a combatir la
corrupción, debemos combatirla con nuestra conciencia limpia; porque es fácil hablar
de un tema o una persona… pero el ser profesionista no implica que se nos quite
lo tonto, hay gente que no fue a la escuela y es muy inteligente”, subrayó.
Recalcó: “No rehuimos como en el
pasado, estuvimos aquí, estamos de frente y si de frente nos vamos a decir las
cosas, adelante, no hay ningún problema. Yo espero que esto no sea político,
una parte de algo, de un rencor, que se pueda contaminar de un movimiento
limpio; porque si esto se contamina en un movimiento que no sea libre de la
gente y del ciudadano, vamos a seguir igual, por lo que los invito una vez más
a jugar limpio, y no involucremos cosas que puedan afectar una petición tan
sana, como la que están haciendo ustedes”.
También recordó que Indicó que la
semana pasada, estuvieron en el Ayuntamiento los biólogos, Jorge Téllez y
Chavoya, que discutieron el tema y que acordaron que todas las modificaciones posteriores
que se presentaran sobre este PPDU-10, tendrían que ser revisadas por los
ecologistas, en todo lo que tiene que ver con el impacto en materia ambiental, y
que en que todo lo que tiene que ver con la montaña, lo resolviera el Consejo
de Ecología.
A su vez, el regidor Gilberto Lorenzo
recordó que el 05 de febrero del 2014 le hicieron llegar un escrito a Jorge
Téllez para que hiciera sus observaciones, y no las hizo, mientras que Juanita
Delgado estuvo en todas las reuniones y mesas de trabajo del PPDU-10, en otras
palabras, no puede darse por no informada.
CHANTAJES
Y AMENAZAS
Al final, las cosas se comenzaron a
descomponer en esa reunión pacífica del viernes 15, ya que una mujer de nombre Araceli no entendió nada o no quiso entender,
ya que, en tono agresivo, acusó a los regidores y funcionarios de “querer
morder la montaña” y hasta los culpó por su situación socio económica, por lo
que amenazó con tomar edificios.
Otro de nombre Fernando dijo que las
herramientas para medir el impacto ambiental son obsoletas, y hasta pidió que
en un video se comprometieran los regidores. Y ya en una postura más intransigente,
exigió que le prometieran pedirle permiso, a él, para tomar decisiones que son
exclusivas del Ayuntamiento… poco le faltó a este “activista” pedir que le
dejaran la silla presidencial para desde ahí despachar y decirle a los ediles
cómo deben actuar.
En resumen, el PPDU-10 protege la
montaña, no es depredador y sí, en cambio, regula y ordena; pero algunos
continúan en su afán de confundir y engañar, mientras que otros están cayendo
en acciones totalmente radicales de decir NO a todo, aunque esto sea para
mejorar.
Mientras tanto, al interior del Ayuntamiento no
se entiende cómo es que la valiosa intervención de Francisco Vallejo, Susana
Rodríguez Mejía y la arquitecta Adriana Guzmán, no se valorara y ni siquiera se
enviara a los medios de comunicación en forma de boletín.
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