Por Jorge
Olmos Contreras
Con el poder y las influencias que presume tener, por
ser “coordinador de enlace legislativo” del diputado federal Luis Munguía, el
presunto abogado Jerry Coats Cruz, se hizo cargo desde hace un par de meses del
bar “spankys” –sito en la calle Prisciliano Sánchez número 605 interior 8 de la
colonia Albatros—sólo para maltratar a los empleados, despedirlos
injustificadamente y operar este negocio al margen de la ley, toda vez que no
siempre cumple con el pago de horas extras al Ayuntamiento para abrir hasta las
4:00 de la mañana y encima de esto, no paga impuestos al Sistema de Administración
Tributaria (SAT), ni dio de alta a los trabajadores ante el IMSS, entre otras
graves irregularidades.
Pero como trabaja para el legislador naranja, Luis
Ernesto Munguía, Jerry Coats se da el lujo de insultar a los trabajadores del
bar, como a una señora a la que le gritó porque faltó a laborar, sin importarle
que la mujer le explicara que había estado convaleciente por haber sufrido un
accidente, al caerse de un camión urbano.
A otro empleado, de nombre Josué Benjamín Berges
Zavala, quien fungía como gerente operativo del negocio, lo corrió de una
manera grosera y en aparente estado de ebriedad (existe un video en donde Jerry
les grita a los trabajadores bajo el presunto influjo del alcohol), sin
respetar los términos de ley para su debida liquidación.
UN PAGARE DE 80
MIL PESOS
Bajo el manto protector de Luis Munguía, Jerry Coats
todavía pretende que este ex empleado pague un pagaré por 80 mil pesos que el
bar “spankys” contrajo con la cervecería Moctezuma, y de cuyo pasivo ya no se
quiere hacer cargo la nueva administración que maneja el propio Jerry.
Y es que al hacerse el cambio de nombre con la
cervecería (el documento fue firmado por el anterior gerente general, Jesús
Talavera Solis) surge este pagaré de 80 mil pesos por una deuda que el bar
adquirió por exclusividad y cuyo dinero se entregó a Jesús Talavera, para que
se fuera pagando con el consumo de cerveza. Y este pasivo es el que Jerry Coats
no sólo quiere desconocer, sino que exige que lo pague el trabajador despedido.
El siguiente, es el testimonio de Josué Benjamín
Berges, quien contó a este medio que el 17 de julio del 2016, recibió una llamada
del señor Jesús Talavera Solís para invitarlo a trabajar en un restaurante que
estaba por abrir, en supuesta sociedad con el señor Paul Spanko, verdadero
dueño del bar.
Que el día 26 de julio del 2016, inauguraron el
restaurante bar, en donde Josué Benjamín Berges Zavala desempeñaba las funciones
de gerente operativo, para cuyo cargo le ofrecieron y aseguraron pagar 300
pesos diarios (nueve mil mensuales) y que el horario de trabajo sería de las
18:00 a las 2:00 horas, con un día de descanso entre semana y que sus funciones
serían 100 por ciento relacionadas con la operación, control de personal,
atención de clientes y solución de cualquier problema inmediato.
Le entregaron copias de las llaves de todo el lugar
para que se encargara de la apertura y cierre del bar.
EL TESTIMONIO
Sin embargo, --asegura Josué Benjamín—“desde el primer
día mi horario nunca se respetó, ya que diariamente tenía que ocuparme de
funciones administrativas, como compras, pagos y recepción de proveedores. Abrir
a la 1 pm para que la persona de limpieza pudiera entrar al lugar. Trabajé más
de 12 horas diarias todos los días por un periodo de seis meses, sin el pago de
horas extras o bonos o ninguna gratificación por este tiempo, hasta el momento”.
“Después de dos meses –indica-- se presentó Paul Spanko
en Vallarta para conocer su negocio (él es estadounidense y vive en Texas) y
pasó una semana revisando sus cosas y desconozco las razones, pero Jesús Talavera
deja de trabajar en el restaurante. Paul se regresa a su país y yo quedo como
encargado, sin ningún incremento en mi salario, sin embargo, sí aumentaron mis
tareas, horas de trabajo y presión laboral”.
“Total –añade-- que pasan cuatro meses cuando Jesús
deja de trabajar con nosotros y Paul Spanko me pide que ponga todo a mi nombre,
ya que todo estaba a nombre de Jesús y que cuando Paul viniera a Vallarta,
cambiaríamos todo a su nombre. Cambié el (contrato) de Telmex, coca cola y el
de cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, el cual incluía la firma en un pagaré por
un dinero que la cervecería prestó al restaurante por la exclusividad de su
marca”.
“Cabe señalar que, en todo este periodo de los seis
meses de trabajo, en ocasiones tuve que prestar de mi propio dinero para la
operación del lugar; compra de cerveza o alimentos, inclusive para el pago de
servicios, dinero que con mucho trabajo y tiempo me devolvían”.
LA APARICIÓN DE
JERRY
El 17 de diciembre pasado --continúa--, “el supuesto abogado de Paul Spanko
y encargado de la remodelación del restaurante y de trámites administrativos,
el cual tenía trabajando en esto una semana atrás, Jerry Luis Coat Cruz, en
evidente estado de ebriedad e intoxicado, empieza a gritar al personal y a dar órdenes
de manera altanera y grosera, incluso a mí me grita y exigía cosas en tono
violento, a lo cual me acerco con él y le pido que cualquier cosa con el resto
del personal me lo pregunte a mi o que se dirigiera conmigo, porque yo en ese
momento era el gerente y jefe directo del staff, y yo no podía permitir que les
hablaran así”.
Y abunda: “Existen más de cinco testigos que vieron
todo esto, a lo cual el sr. Jerry me responde que él es mi jefe y yo tengo que
hacer lo que él diga; “si yo digo trapeas, tu trapeas” a lo que yo le respondo que
yo trabajo para Paul. En ese momento lo grabo con mi celular y me dice que ya
no trabajo ahí, que me vaya, que estoy despedido. Me corre del lugar, me pide
que saque mis cosas y que me marche. Existen testigos y video donde se muestra
el estado del señor y queda claro que son ellos los que me están despidiendo. A
lo cual me retiro”.
“Les marco una semana después para ver lo de mi
finiquito o liquidación por el despido injustificado y me responden que son
$1,300 pesos lo que me tocan. Me comunico con, ese entonces según yo mi amigo y
jefe, Paul Spanko y me dice: márcale a Jerry ya le di instrucciones. Le marco a
Jerry y me dice “no te vamos a pagar nada más que un mes de sueldo, ni
vacaciones, ni prima dominical, ni horas extras, ni tu bono de $20,000 así que ven
por tus $9,000 y que te vaya bien”; a lo cual le respondo que lo hablaré con mi
abogado. Por ley me corresponden: Tres meses de sueldo, prima dominical, horas
extras y vacaciones”, puntualiza el afectado.
Ese mismo día, el 17 de diciembre, citaron a todos los
trabajadores para pagarles sus sueldos, pero con la mala noticia de que les
iban a reducir el salario en un 50 por ciento.
Hasta ahí la versión de este empleado, que indignado,
demandó a la fuente de trabajo.
Este restaurante bar, que poco a poco ha ido
creciendo, y que se suponía ofrecía un concepto diferente a una clientela
joven, de pronto se transformó en antro y ahora hasta bandas norteñas tocan los
fines de semana hasta las 3:00 de la mañana, sin contar con el permiso de horas
extras correspondiente.
De hecho, el sábado 28 de enero –día en que tocaban dos
bandas norteñas—llegaron al bar los inspectores de Reglamentos Municipales para
clausurar, ya que no tenían el permiso vigente, pero alguien de los clientes
(una mujer) se paró, les dio una clave a los del Ayuntamiento, y se fueron por
donde vinieron, es decir, la impunidad total.
Por cierto, el equipo del diputado Luis Munguía es muy
asiduo a este bar, quizá porque el encargado es el “coordinador de enlace
legislativo”, Jerry Coats Cruz.
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