Por Jorge
Olmos Contreras
“Mire amigo, a mí me encargaron su cabeza, así que
póngase las pilas y fíjese muy bien con quién anda jugando”, le dijo el jefe de
narcos a Oscar Avalos hace poco en Las Palmas. El ex regidor del MC estaba pálido,
sólo esbozó una sonrisa nerviosa y se puso a las órdenes del hombre que tenía
enfrente, un conocido personaje que lidera grupos de la delincuencia organizada
en toda la sierra.
Oscar Avalos Bernal, mejor conocido como “El Canitas”
y miembro distinguido del grupo de Ramón Guerrero Martínez (a) “El Mochilas”,
es un sujeto que tiene cuentas pendientes con su pasado por dedicarse al
trasiego de marihuana hacía Estados Unidos, actividad que fue muy conocida en Las
Palmas y anexas y que hoy es vox populi en la zona rural de Puerto Vallarta.
A su paso por la administración del Mochilas, donde
fungió como edil, no dejó atrás su costumbre de relacionarse con personas que
han hecho del narcotráfico y otras actividades ilícitas su modus vivendi. De
hecho, sus nexos se fortalecieron a la mitad del gobierno de Ramón Guerrero,
por eso presumía sus ínfulas de poder y se atrevía a amenazar a muchos
ejidatarios que se oponían a sus planes de vender el patrimonio del ejido de
Las Palmas y otras afectaciones.
A la vuelta de los meses, Oscar Avalos encontró
refugio en el actual Ayuntamiento, pero fue dado de baja por su proclividad a
la traición y a la deslealtad, ya que le dio la espalda a Arturo Dávalos y
desde las sombras operaba a favor del Mochilas. Una vez fuera del gobierno
municipal, se quitó la máscara y comenzó a hacerle el caldo gordo a Ramón
Guerrero, con la ilusión de que algún día lo vuelva a hacer regidor.
CON LA LENGUA
SUELTA
Desvestido de funcionario municipal, al Canitas se le
hizo más fácil relacionarse con grupos de la delincuencia organizada, se
ufanaba de ser protegido por una célula criminal y hasta deslizaba el nombre
del capo que supuestamente le brindaba protección… Hasta que un día las
fanfarroneadas de Oscar Avalos llegaron al jefe de narcos, éste se molestó y le
pusieron un alto severo al ex regidor.
El Canitas estuvo a punto de ser levantado, según
informaciones que salen de Las Palmas, pero el personaje que es temido en toda
la sierra le perdonó la vida, sólo le recordó que se la debe y que no debe
hacer nada que le moleste; ni a él ni a su gente. Le reiteró que alguien le
pidió su cabeza hace tiempo, así que Oscar Avalos ya no anda tranquilo… pero le
sigue jugando al vivo.
Oscar Avalos es el típico político de rancho que
piensa que sus actividades y relaciones pueden pasar desapercibidas, pero hay
un grupo de inteligencia del gobierno federal que lo ha seguido de cerca y que
tiene mucho interés en saber hasta dónde llegan esas “relaciones” y hasta dónde
involucran al diputado Ramón Guerrero.
Por lo pronto, es uno de los “buenos” muchachos del
Mochilas y ya lo traen de encargo en la zona rural por ser el enlace entre un
poderoso empresario del Grupo Vidanta (Mayan Palace) para vender cientos de
hectáreas de Las Palmas y de otros ejidos, todo a golpe de cartera; lo cual le
ha acarreado muchos enemigos.
Y es precisamente en este tipo de transacciones
–algunas concretadas y otras no-- en donde Oscar Avalos no ha salido muy bien
con la gente del crimen organizado, pues ha de saber usted que también tienen
metidas las manos en algunos negocios inmobiliarios.
LAS ESTRELLAS
DE RAMÓN
Pero bueno, pasemos a otro tema y éste tiene que ver
con las “excelentes contrataciones” que está haciendo El Mochilas para restarle
méritos al gobierno de Arturo Dávalos y bloquearle su reelección.
Se trata de un “magnífico” operador político que para
los tontos que andan con El Mochilas es toda una estrella. Se trata ni más ni
menos que de Francisco Hernández, mejor conocido como El Chuletas, aquél tontón
sub-director de tránsito municipal durante el periodo de Gustavo González
Villaseñor que resultó todo un hampón, y que ayudó a denigrar un “poquito” más
la reputación del otrora poderoso Partido Revolucionario Institucional.
Pues bien, El Chuletas también anda de boca suelta y
le dice a toda la gente que se encuentra que el “bueno” es El Mochilas, que
Enrique Alfaro ya decidió (el mismo discurso gastado y mentiroso de Ramón y sus
secuaces) y que no se equivoquen, que tienen que apoyar con todo al legislador
oriundo de Ayutla.
En este contexto, El Chuletas presume que ya está
integrado al primer equipo del Mochilas, y que, si Ramón Guerrero vuelve a ser
presidente municipal, que él, Francisco Hernández, volverá a ser el sub-director
de tránsito municipal… para que se vayan acomodando, les dice a quienes dudan
de sus palabras.
EL CHULETAS SE
SUBE AL CARRO DEL MOCHILAS
Es obvio que la gente que se ha topado con El Chuletas
suelta la carcajada en cuanto escucha semejante barbaridad. Sin embargo,
Francisco Hernández también se la está creyendo y como ya no tiene de dónde
agarrarse, piensa que El Mochilas será su último tren para salir de su precaria
situación económica.
Y así como El Chuletas ya se trepó al carro del
Mochilas, otros también lo siguen, pero sólo son de este tipo de personajes,
oportunistas, bisoños, cortos de vista, que piensan que Ramón va a lograr
meterle otra vez las manos a las arcas municipales, pero sólo se engañan ellos
mismos.
Vea usted a los “aviadores” que despidieron del
Ayuntamiento; ahí andan con los acarreados del Mochilas, causando lástima, creyendo
en la salvación económica. No saben que son utilizados por el diputado y que
cuando Ramón vea su triste realidad, los va a echar a patadas de la puerta de
su casa.
Hombres y mujeres que tienen cierta reputación y que
uno creería que su inteligencia les daría para más, también andan en la bola:
amas de casa que acompañan al marido a escuchar las promesas vacuas del
Mochilas. Motivadores fracasados, “héroes” sociales que no lo son, chantajistas
disfuncionales y grupos de 100 personas --en donde cabe de todo-- son los
seguidores de Ramón, no hay más.
Ramón Guerrero sigue jugando sucio al utilizar a estas
pobres personas y al engañar a Enrique Alfaro, a quien en Guadalajara le dice
que todo está bien, que él apoya a Arturo Dávalos, que no hace campaña, pero que
cuando llega a Vallarta, hace todo lo contrario.
Por ello se va hasta a alguna preparatoria a prometer
útiles escolares, pero no sabe que su aceptación está por los suelos y que la
información –la información realmente delicada que pesa sobre su persona—seguirá
fluyendo en la prensa seria de Vallarta y, por supuesto, en las redes sociales.
EL BOICOT
Las operaciones de Ramón son tan burdas, que rápido se
saben en el ambiente político de Vallarta. Por ejemplo, le ha ordenado a sus
“fieles seguidores” que le pidan a la gente que voten contra Arturo Dávalos en
el próximo ejercicio de Ratificación de Mandato y que, por lo menos, le pongan
una mentada de madre por escrito al alcalde en las boletas.
Es tal su odio contra Arturo Dávalos y contra
Vallarta, que trabaja día y noche para boicotear este ejercicio, cuyo resultado
veremos el domingo 27 de agosto. Ahí nos daremos cuenta de que la fuerza del
Mochilas no es la que presume él y sus amigos y tendrá que tragarse su coraje y
filtrar más mentiras de que “todo estaba arreglado”, no le queda de otra.
Pero bueno, en este sentido, no pierda usted de vista
a los “buenos” muchachos del Mochilas, porque van a salir más relaciones
peligrosas y verdades que Ramón va a negar, pero cuya contundencia será
suficiente para que Puerto Vallarta no vuelva a tener hampones de esta calaña.
Ni uno más.
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