Por
Jorge Olmos Contreras
En
poco tiempo al frente de la Dirección de Reglamentos en el Ayuntamiento de
Puerto Vallarta, el tapatío Moisés Magaña Baltazar ha logrado pasar la charola
con prácticamente todos los negocios de giros blancos y negros que él considera,
son susceptibles de que acepten los “moches” como medida de presión para
dejarlos trabajar. En su lista están desde vendedores de playa, masajistas,
antros de table dance, ramadas de
Boca de Tomates, hasta cajeros automáticos de ciertos Bancos y para buses.
En
su programa para allegarse recursos antes de que termine la actual administración,
Moisés Magaña ha permitido todo tipo de invasiones a la vía pública, ya sea en
Marina Vallarta o en Fluvial, donde se dice que recibe altas cuotas mensuales
por dejar que negocios como Star Wings,
entre Venecia y Roma, Puerto Fisch y Vancuver Wings en Plaza San Marino,
tengan sillas en banquetas y áreas de estacionamiento o bien saquen bocinas con
sonido muy alto a deshoras de la noche.
EXTRAÑA
TOLERANCIA EN FLUVIAL
Los
residentes de Fluvial Vallarta están hartos de que nos e apliquen los reglamentos
y la normatividad vigente y sí en cambio les piden cuotas a través de la
Asociación de Colonos.
El
Star Wings merece mención aparte, ya que su área de estacionamiento está
cubierta por sombrillas y sillas para que los clientes puedan tomar sus bebidas
en la vía pública, mientras que sus carros son aparcados en lotes baldíos o
sobre las banquetas, lo que impide el paso peatonal.
En
Puerto Fisch y Vancouver Wings, el sonido es tan alto que ya se convirtió en
una molestia para los vecinos, pero todo es solapado por Moisés Magaña y sus
inspectores, porque se aplica el famoso “moche”.
Pero
no sólo están estos casos, hay mucho más, como el nuevo restaurante bar que
está a punto de abrir en la zona de Las Juntas, justo en la curva que está para
tomar la carretera a Ixtapa –y que precisamente se llamará La Curva de los
Remedios--, ahí la invasión del espacio y la alteración del uso del suelo es
incuestionable, además de que se corre el riesgo de algún accidente.
De
hecho, el restaurante se está montando sobre un área de estacionamiento, a un
lado de un Oxxo.
EL
MODUS OPERANDI
Desde
la Dirección de Desarrollo Urbano se autorizan las licencias y el encargado de Reglamentos
Municipales sólo pasa por las “cuotas” de la corrupción, ya que el dinero por
este tipo de permisos, como son invasiones a las áreas públicas, nunca ingresa
a las arcas municipales.
Y
si esto es en bares, las cuotas en otros antros son altísimas.
Sin
embargo, en donde Moisés Magaña ha encontrado un filón de oro, es en los “moches”
que pide a vendedores de playa y a los negocios de masajes que se han instalado
en zona federal. Y es que en ausencia de inspectores de Sermanat o Profepa, la
Dirección de Reglamentos es la encargada de “controlar” el comercio en las
playas.
Para
que usted se dé una idea del tamaño de la corrupción, estamos hablando que
existen más de mil 200 permisos de vendimia en las playas de Vallarta, y es ahí
donde los inspectores bajo el mando de Moisés Magaña se comportan agresivos con
unos y benevolentes con otros, es decir, sólo hostigan y corren de la zona
federal a aquellos que no entregan su respectivo “moche”.
Lo
mismo sucede con los negocios de masaje, a todos les cobran una cuota.
LOS
CAJEROS AUTOMATICOS
Otro
filón de oro para Reglamentos, lo representan los cajeros automáticos
denominados “Intercash”, ya que
primero los clausuró y luego les permitió operar en áreas como la mismísima
Presidencia Municipal, donde el mismo Moisés Magaña tuvo un altercado con la
regidora Susana Carreño, quien le pidió que por favor no instalara un cajero en
el Palacio Municipal.
Los
cajeros se han visto en distintas partes de la ciudad, pero sobre todo en la
zona turística. También se comenta que está metido en el negocio de los para
buses, en donde estaría cobrando altas cuotas.
Le
ha ido tan bien a este funcionario público que es de los importados de
Guadalajara y que asumió la Dirección de Reglamentos cuando Jorge Quintero se
fue a la campaña del MC para incorporarse a la planilla de Arturo Dávalos como
candidato a síndico, que ya tiene su propio antro. El bar está en el centro de
la ciudad, en la calle Abasolo número 169, entre Juárez y Morelos y se denomina
“Mexican Pub, La Ingrata”, una
mezcalería disfrazada de cantina.
Nadie
sabe de dónde salió el dinero para que este funcionario invirtiera en “La
Ingrata” por sí o por interpósita persona, pero se presume que es de las cuotas
de la corrupción.
LAS
PARRANDAS
Moisés
Magaña está tan aferrado a la Dirección de Reglamentos, que entre sus subalternos
comenta que él puede hacer lo que se le venga en gana, incluso irse a
emborrachar y abandonar el trabajo, ya que llegó al puesto por recomendación de
Ramón Guerrero el Mochilas y que nadie lo puede quitar.
Y
en efecto, Moisés Magaña hace lo que sea sin que nadie le llame la atención,
como hace un par de semanas, en que andaba tan ebrio o quizá con sustancias
prohibidas en su sangre, que estuvo hablando por la frecuencia del radio de
Reglamentos tontería y media. Todos los inspectores lo escucharon, pero nadie
se quejó. Algunos dijeron “anda bien loco el cabrón”.
Todavía
el pasado jueves 03 de septiembre, se puso una borrachera de marca en un
restaurante que está por Los Almacenes en la zona rural de Vallarta y para no
variar, también abandonó el trabajo. De hecho, ese día por la noche no hubo
vigilancia de los inspectores, pues la mayoría se emborrachó con el jefe, es
decir, con Moisés Magaña.
Pero
esto que presentamos aquí es apenas la punta del iceberg de la gran corrupción
que existe en Reglamentos Municipales, pues los verdaderos negocios de Moisés
Magaña y otros funcionarios, están en los grandes comercios y antros de la
ciudad, sobre todo con el tema de licencias y permisos, pero esto se presentará
en una segunda entrega por este medio informativo.
TAMBIEN
JAQUELINE
Por
lo pronto, donde también se ha generado corrupción a raudales, es en la
Oficialía Mayor de Padrón y Licencias, donde la ex sobrina de Lalo Rosales (el
político panista que también es naranja), Jaqueline Villarreal Insunza, hasta
se da el lujo de cerrar el bar conocido como “Barra Bar” de Plaza Península
para festejar su cumpleaños, con el evidente conflicto de intereses a piel de
flor.
La
muchacha, arrogante y prepotente, ordenó que el “Barra Bar” cerrará hasta que
ella y sus invitados se cansaran de la fiesta, lo cual ocurrió hasta las 11:00
de la mañana del día siguiente.
De Jaqueline hay más, mucho más, la información
estará fluyendo poco a poco; pero tanto ella como Moisés Magaña, están llamados
a entregar cuentas bajo una rigurosa investigación de la Contraloría Municipal.
A menos, a menos que Arturo Dávalos los quiera proteger.
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