Por
Jorge Olmos Contreras
No
obstante a que opera con un permiso que no le pertenece a su compañía
propietaria, como lo es “Producciones Móviles SA de CV”, sino a la figura “Entretenimiento
de México SA de CV” bajo el número DGAJS/SCEVF/P-06/2005, el Casino Vallarta
comete abusos excesivos contra sus clientes y consumidores, la mayoría de ellos
adictos al juego que cada semana entran a una tómbola para concursar por
premios que van de los dos mil 500 pesos, a los 10 mil y en ocasiones hasta los
50 mil pesos, pero a quienes no siempre se les paga cuando resultan agraciados
con la rifa.
El
Casino Vallarta le “regala” a sus clientes un boleto por cada cantidad de
dinero que la persona gasta en las máquinas de juego para que concursen en una
rifa cada semana, pero resulta que en ocasiones no se respeta el concurso y no
se paga el premio al jugador que gana el sorteo, como le sucedió a una señora
que fue la beneficiada con una rifa de 50 mil pesos y se negaron a pagarle al
tenedor del boleto.
Antes,
esta misma señora se ganó dos o tres veces las rifas menores, las de dos mil
500 pesos y el Casino Vallarta le pagó el dinero sin ningún problema al tenedor
del boleto, que era pareja de la mujer. Sin embargo, cuando el premio fue el de
50 mil pesos y esta misma persona resultó ganadora, ya no le quisieron pagar,
argumentando que no lo podía cobrar el tenedor, que tenía que ir ella misma a
cobrarlo.
Por
este caso, los afectados iniciaron un proceso jurídico contra Casino Vallarta,
lo cual llamó la atención de la Secretaría de Gobernación, ya que los sorteos o
rifas de los boletos semanales no cuentan con permiso especial de la Dirección
de Juegos y Sorteos. De hecho, no hay un interventor de Gobernación al momento
de que se realiza la rifa, lo cual es a todas luces ilegal, comentan algunos
quejosos.
Y
en efecto, de acuerdo con copias de los boletos de dichas rifas en poder del
columnista, no se especifica el permiso de Gobernación, ni tampoco el Casino
Vallarta, a través de su gerente al que sólo se le conoce con el nombre de
Freddy, pudo explicar el por qué no asiste un interventor a las rifas, pese a
que se le pidió información al respecto.
En
este contexto, se sabe que la Secretaría de Gobernación realizará una
investigación y una intervención directa al Casino Vallarta por esta y otras
irregularidades, como la de estar implicado en juegos de apuestas de baraja
conocidos como Black Jack y pokar–lo cal está prohibido o no tienen el permiso
para ello--, pues muchas de las veces se llevan a los clientes a una sala de un
conocido condominio de la calle Ignacio L. Vallarta, allá en la zona romántica
de la colonia Emiliano Zapata, para que participen en apuestas clandestinas que
duran toda la noche y parte del día.
Incluso,
hace unos días, Gobernación clausuró las mesas de Pokar del casino Emotion
de Galerías Vallarta, ya que realizaba un sorteo especial para lo cual se
utilizaron mesas y máquinas que no contaban con los permisos necesarios. El
Emotion de Pachuca fue el primero en donde se sorprendieron estos sorteos, y de
ahí se hizo viral en los demás casinos de esta marca.
Pero
lo más interesante de todo esto, es que algunas personas que acuden a estos
sitios de juegos, han revelado a VALLARTA UNO una lista de los principales
ludópatas de Puerto Vallarta.
En
el caso del Casino Vallarta, la lista supera las 15 personas, todas ellas muy
conocidas en la “hight society” de Puerto Vallarta, que gastan una fortuna cada
semana con sólo sentarse en las máquinas tragamonedas y de apuestas remotas,
como una familia de apellido Betancourt que desembolsa y pierde hasta 100 mil
pesos en un fin de semana.
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