Por Jorge Olmos Contreras
Todo está listo para que este día se consuma la farsa de la “convocatoria nacional” para concesionar el servicio de alumbrado público de Puerto Vallarta, toda vez que la Comisión de Adquisiciones citó a la empresa ganadora, Citelum de México S.A de C.V. a las 12:00 del día en las instalaciones de la Unidad Administrativa Estatal (UMA) para entregarle el título de concesión y firmar el contrato de prestación de servicios.
Como se recordará, la semana pasada la Comisión de Adquisiciones adjudicó a Citelum de México –filial de la firma francesa del mismo nombre— la concesión 001/2013 para el Suministro Instalación, Reparación, Sustitución, Mantenimiento, Operatividad, Gestión y Administración del Servicio de Alumbrado Público y Obras Asociadas, al argumentar que fue la compañía que hizo la propuesta económica más baja, 309 millones 936 mil 486.76 pesos durante los próximos 10 años, y la cual obtuvo una puntuación total de 91 puntos, considerando asimismo su propuesta técnica.
El Ayuntamiento que encabeza Ramón Demetrio Guerrero Martínez, mejor conocido como El Mochilas, ha sido muy opaco en materia de información en torno a los criterios que se siguió la Comisión de Adquisiciones para evaluar las propuestas técnicas y económicas de las empresas participantes y del por qué descalificó a la firma Led Lumina y o Lámparas Ahorradoras S.A de C.V. para dejarle el campo libre a Citelum de México, pues a la fecha no ha emitido un solo comunicado de prensa, donde informe a la población de Puerto Vallarta la forma en que se adjudicó el servicio de alumbrado público y el costo que significará para las arcas municipales.
LA CORRIDA FINANCIERA
Sin embargo, el reportero tuvo acceso a la corrida financiera original que Citelum pretendía endilgar al Ayuntamiento y que sin ninguna explicación fue cambiada unas horas antes para poder quedarse con la concesión, ya que al principio la propuesta económica de la filial francesa contemplaba un costo de 329 millones 305 mil 952.07 pesos por los 10 años que dure el contrato, pero en el fallo final la cifra bajó a 309 millones 936 mil 486.76 pesos, con su respectivo 10 por ciento de incremento anual; es decir, 19 millones 369 mil 466 pesos menos.
Citelum cobrará cada año, a partir del segundo de los 10 que dure la concesión, un 10 por ciento más por el servicio prestado, pero cada año cobrará interés sobre interés, es decir, cada 12 meses subirá 10 por ciento más y al otro año 10 por ciento sobre 10 por ciento, lo que se conoce como anatocismo.
Será sin lugar a dudas un contrato leonino, con un interés superior al 2.15 por ciento, mucho más de lo que se cobra por una tarjeta de crédito.
Con lo anterior, y aunado al puntaje que privilegió más la propuesta técnica que la económica, la Comisión de Adjudicación –manejada y manipulada desde afuera por el secretario general, Antonio Pinto y por dentro por el tesorero, Samuel Octavio Pelayo paz en su calidad de coordinador; y por el Director de Obras Públicas (o de Infraestructura y Servicios), Oscar Delgado Chávez (que son los funcionarios que El Mochilas trajo de Guadalajara)—determinó que la empresa era la susceptible de ser adjudicada con el contrato.
De la corrida financiera de Citelum, se puede apreciar que el Ayuntamiento necesitará un presupuesto de 702 millones 552 mil 552.82 pesos durante las próximos 10 años para poder satisfacer el rubro de alumbrado público, ya que además de pagarle a Citelum 309 millones 936 mil 486.76 pesos, también deberá pagar a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) 392 millones 616 mil 066.06 pesos por concepto de consumos de energía eléctrica.
En otras palabras, el pago anual prorrateado a Citelum será de unos 70 millones 2555 mil 255 pesos.
MOCHILAS AL DESNUDO
Lo anterior desmiente y desnuda al presidente municipal Ramón Guerrero, quien en su exposición de motivos que presentó al Cabildo el 25 de marzo argumentaba que con esta concesión se iba a generar un ahorro del 30 por ciento de lo que actualmente paga el Ayuntamiento en este rubro –entre pagos a la CFE y mantenimiento del alumbrado--, que para este año alcanzará los 42.7 millones de pesos, en virtud de que prácticamente salió más caro el caldo que las albóndigas, al tener que desembolsar anualmente la comuna más de 70 millones de pesos, 28 millones más de lo que paga hoy en día.
No había la necesidad de concesionar el alumbrado público, pues con unos 20 millones de pesos, el Ayuntamiento hubiera renovado la mitad del alumbrado, al menos que el alcalde trajera entre manos un negocio de enormes proporciones como de hecho se está observando.
Ahora bien, como habíamos dicho en otros espacios, para ahorrar el 30 por ciento de energía eléctrica, van a tener que bajar la potencia de los luminarios y oscurecer la ciudad.
Si creemos lo que dice El Mochilas, de que el 40 por ciento del equipo que se compró en la administración de Javier Bravo –hace cuatro o cinco años-- a la empresa ATP está inservible, imagine usted cómo van a estar las luminarias de Citelum en 10 años cuando termine la concesión.
VENTA DE GARAGE
Además, nadie ha reparado en que el equipo que instale Citelum será de la firma francesa para cuando termine la concesión, no del Ayuntamiento, ya que la Comuna lo que va a pagar realmente es un arrendamiento. Lo mejor sería que no retiraran los luminarios que están actualmente instalados en el alumbrado para que los reactiven, previo mantenimiento, al término de la concesión; sino el gobierno municipal va a tener que comprar la chatarra de Citelum o continuar con la concesión.
Pero como El Mochilas sólo busca hacer negocios para él y sus amigos que trajo de Guadalajara, el escenario esperado es que los luminarios que retiren del alumbrado de Puerto Vallarta el Ayuntamiento lo vaya a vender a dos pesos el kilo como chatarra de aluminio, donde seguramente aparecerá un "amigo" de Ramón Guerrero para hacer otro negociazo con ello.
Por otra parte no hay que dejar de recordar que en tiempos de Javier Bravo cada luminario le costó al Ayuntamiento más de seis mil pesos cada uno. Se pagaron 150 millones de pesos por 23 mil lámparas, decían, de última tecnología, muchas de las cuales, terminaron abandonadas en las bodegas de Servicios Públicos Municipales, por eso indigna que Ramón Guerrero, lejos de exigir la garantía a la empresa española ATP para reponer por lo menos parte de ese 40 por ciento de las luminarias que ya no sirven, haya optado por entregar en concesión el servicio de alumbrado.
El Mochilas ni sus regidores han informado qué pasó con los cinco mil equipos de reserva que estaban en la bodega de Servicios Públicos, dónde está el recibo firmado de entrega; dónde está el cheque de salida; se registró en la bitácora; quién se quedó con este material.
PASARON POR ALTO LA NOM-031-ENER-2012
Tampoco explicaron a los vallartenses por qué privilegiaron luminarias led de cuando mucho 70 watts, se cada lámpara cuesta en el mercado alrededor de siete mil pesos y tiene menor eficiencia lumínica que la luz blanca de aditivos cerámicos, que tienen mayor eficiencia y cuyo costo anda en unos dos mil pesos, pero como se trataba de hacer más negocio, optaron por lo más caro y lo menos eficiente.
Pero lo peor de todo, es que un engaño más del Mochilas es haber considerado en la convocatoria que la empresa que resultara adjudicada tendría que cumplir con la Norma Oficial Mexicana NOM-031-ENER-2012, que se refiere a la Eficiencia energética para luminarios con diodos emisores de luz (leds) destinados a vialidades y áreas exteriores públicas. Especificaciones y métodos de prueba, pues esta NOM fue aprobada apenas en Noviembre del año pasado y entró en vigor el seis de mayo de este 2013 (hace dos días) y contempla la certificación de lámparas destinadas al alumbrado público en septiembre de este año, es decir, Citelum no cumple con esta Norma, ni ningún otra empresa, porque la NOM es nueva y sus certificados saldrán hasta septiembre, es decir, todavía no saben lo que van a pagar y a comprar, pero ya dieron el visto bueno para que Citelum instale el 70 por ciento de luminarias led en Vallarta.
EL JUICIO DE AMPARO
Otro factor donde tratan de engañar a la población, es asegurar en el fallo de la licitación que “de conformidad con lo estipulado por el artículo 134 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, este procedimiento se encuentra debidamente fundado en criterios de Economía, Eficiencia, Imparcialidad, Honradez y Transparencia”, cuando no se respetaron tales preceptos.
De hecho, El Mochilas y su Comisión de Adquisiciones utilizan el artículo 134 de la Constitución dentro del acta del fallo, porque es una de las garantías reclamadas en el amparo que interpuso la ciudadana Silvia Gutiérrez Estrada ante un Juzgado de Distrito en Guadalajara para que se suspenda esta licitación.
El Mochilas se intenta curar en salud al asentar esto en actas, pero en el juicio de amparo, tendrán que demostrar que no violaron tal artículo 134.
Otra mentira que dijo Ramón Guerrero es con respecto a la notificación del Juzgado Primero de Distrito en Materia Administrativa y del Trabajo, pues aseguró que no había sido notificado, cuando sí lo fue. Tan es así, que mañana jueves 09 de mayo es la audiencia, a donde seguramente no se presentará para darle largas al asunto.
El asunto del juicio no es cosa menor, ya que en el transcurso del tiempo, que pueden ser seis meses, un año o dos años en que se tarde el Juzgado en resolver el amparo, si el Ayuntamiento pierde, tendrán que volver las cosas al lugar en que se encontraban y Citelum tendría que regresar el dinero que le hayan pagado y retirar sus luminarias, para que el municipio lance una nueva convocatoria en condiciones de igualdad para todos los participantes.
Por último, deberíamos preguntarnos si la concesión y posterior firma del contrato a Citelum obedece a un compromiso de Ramón Guerrero con el ex diputado panista, Abraham González Uyeda, pues en los círculos más íntimos del gobierno del Estado en Guadalajara se menciona con más fuerza que atrás de este gran negocio está precisamente Abraham González Uyeda.
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