Por Jorge
Olmos Contreras
De cualquiera lo hubiéramos creído, pero no de Ignacio Guzmán
García, quien ayer se quitó la careta que traía soldada al rostro desde hace
muchos años y se mostró tal cual es, un hombre resentido que en el otoño de su
vida está tan frustrado que prefirió hacerse expulsar por el Partido que lo vio
nacer para inmediatamente después despotricar contra Acción Nacional y su candidato
a la presidencia municipal, Humberto Muñoz Vargas, al que le pronostica una
inminente derrota.
Émulo de
Vicente Fox, Nacho Guzmán casi, casi pide a los electores que voten por el PRI
y que dejen a un lado todo lo que huela a PAN y su abanderado Humberto Muñoz
Vargas.
Con la herida todavía suturando pus por la embestida
–justificada a todas luces—que le propinó a él y a otros traidores que se
decían panistas de convicciones al fincarles un proceso de expulsión por hacer
proselitismo en favor de otro partido y por asumir una postura radical y
enfermiza en la pasada elección interna, Nacho Guzmán buscó una grabadora y un
micrófono disponible para soltar la amargura detenida todo este tiempo en sus
entrañas.
Buscó una tribuna y la encontró, ya que en cuanto le
preguntaron su opinión sobre el proceso de expulsión de 70 panistas, Nacho
Guzmán se encueró y soltó una cantaleta que sólo él y los panistas saben que se
trata de un auténtico boomerang que
le va a estallar en pleno rostro al otrora combativo regidor blanquiazul. Fue
como escupir para arriba ó echarle lodo al ventilador; de alguna manera terminó enlodado en sus
propias declaraciones que hoy se difunden en algunos medios de comunicación.
El Vicentito Fox de los vallartenses hace un “sesudo”
análisis de los problemas que enfrenta actualmente el PAN en Puerto Vallarta y
afirma que lejos de trabajar están más preocupados en el proceso de expulsión
de algunos miembros, lo que le resta simpatías entre la membresía y al
ciudadanía.
GASOLINA AL FUEGO
Quizá tenga razón por la estupidez del dirigente municipal
del PAN de convocar a rueda de prensa para dar a conocer la expulsión de sus
otrora compañeros, fue algo así como echarle más gasolina al fuego, pero no le
correspondía a Nacho Guzmán tomar el micrófono, simple y sencillamente porque
no tiene autoridad moral desde que se la jugó con El Mochilas.
Y es que Nacho Guzmán batea por un solo lado y culpa de la
actual crisis de su todavía partido a la gente que tomó el comité directivo
municipal. Nunca se refiere a Jesús Ruiz Higuera y a otros directivos, pero los dibuja como los verdaderos enemigos
del PAN.
Curado en salud, Nacho Guzmán trata de crear un ambiente
derrotista, sumamente pesimista al interior de Acción Nacional para hacerle
creer a la mayoría de los panistas que trabajan con Humberto Muñoz Vargas, que
van a perder la elección. Poco le faltó decir que los únicos héroes del Partido
son los traidores que se fueron con el diputado Ramón Guerrero.
EL FLAUTISTA DE HAMELÍN
Se le olvida a Nacho Guzmán que los panistas de corral son los
que siguieron al Mochilas, que igual que los ratones del flautista de Hamelín,
pronto tendrán que cruzar el caudaloso río de las elecciones y muchos, pero
muchos personajes chiquitos y orejones que decidieron traicionar la causa
panista se encontrarán con el agua hasta el cuello.
Todo es cuestión de tiempo.
Bajo este escenario, se ve muy mal que un político de la
talla de Ignacio Guzmán García le eche estiércol a su propio partido sólo
porque el Comité Estatal y Municipal no permitió que un aventurero de la sierra
de Ayutla siguiera siendo panista, ni mucho menos sus roedores seguidores.
Y es que Ignacio Guzmán le pega al Comité Municipal del PAN
por convocar a una rueda de prensa donde se anunció la expulsión directa de
seis “prominentes” panistas que se integraron al equipo del Mochilas, además de
otro numeroso grupo que se sumó a la fila de los ratones de Hamelín.
Nunca se ocupa de las acciones ruines y bajas con las que
operó El Mochilas para desestabilizar y dividir al panismo vallartense, ni
mucho menos su falsa lucha para que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de
la Federación lo nombrara candidato del PAN a la alcaldía de Puerto Vallarta,
pues como todos saben, el máximo órgano electoral de la Nación sólo le pidió al
CEN panista que resolviera la impugnación.
ALZHEIMER PREMATURO
Nacho Guzmán también exhibió su prematuro Alzheimer al
olvidar que El Mochilas nunca esperó la decisión del Tribunal Electoral ni la
resolución de la Comisión Nacional de Elecciones del PAN para ver qué sucedería
con el caso Vallarta, sino que aceptó la candidatura del Movimiento Ciudadano,
impulsado por la voz “insurgente” de Enrique Alfaro Ramírez.
Para Nacho, todo lo que hizo Ramón Guerrero estuvo bien, y no
puso objeción alguna –hasta la fecha-- cuando los ratones del PAN comenzaron a
hacer proselitismo por el partido del Movimiento Ciudadano, totalmente
antagónico a la ideología panista de Efraín González Luna y su hijo Efraín
González Morfín. Sentado en una silla de su casa, Nacho veía los toros desde la
barrera y seguramente se regocijaba por la rebelión de los Mochilistas.
Hoy que el Comité Directivo Estatal del PAN anuncia que
expulsará a todo aquél panista que hizo proselitismo por otro partido o que
aceptó ser candidato a un puesto de elección popular por un instituto político
diferente al PAN, es cuando Nacho Guzmán salta de la cama, deja la modorra
política y busca con ansiedad inusitada los reflectores.
Porque lo que publican hoy los medios de comunicación en boca
de Ignacio Guzmán García, no puede interpretarse más que como una declaración
de guerra en contra del panismo vallartense. Es un deslinde total de un
destacado miembro activo, de su propio partido. Es la expulsión inminente
disfrazada de renuncia, porque al lanzarse contra el PAN, Nacho le está
diciendo adiós al partido que lo vio nacer, para tristeza de aquéllos que
confiaban en un político maduro, fuerte, convincente, cuyos principios tiró al
bote de la basura por sumarse a la larga fila de ratones que siguen al flautista
de Hamelín personificado a la perfección por Ramón El Mochilas Guerrero.
Es una pena que Nacho Guzmán sepulte toda una carrera
política por seguir a un aventurero que para los panistas que lo siguieron es
un Mesías, pero que para el resto del panismo vallartense es más falso que una
moneda de veinte centavos.
No sabemos qué vaya a hacer Nacho Guzmán en los próximos
días, si recluirse en su habitación o en descararse por completo para anunciar
que se convertirá en el nuevo coordinador de la campaña de El Mochilas.
Como quiera que sea, sus declaraciones tronantes contra
Acción Nacional ya las registró la historia, el resto es parte de la película
que vemos todos los días en la política mexicana, donde las traiciones están a
la orden del día.
INFORMACION CLASIFICADA
SI NACHO GUZMAN ESTA
TAN DISPUESTO A HACER DECLARACIONES A LA PRENSA, por qué no comienza por opinar sobre
los “candidatos de lujo” a regidores que trae Ramón Guerrero en su planilla,
como Humberto Gómez Arévalo, mejor conocido como “Beto” el del Infonavit, quien
habría dejado cuentas pendientes con la
justicia de Estados Unidos por agredir a puñaladas a uno de sus íntimos amigos
y que por ese simple hecho habría pasado una buena temporada en la cárcel de
San Quintín.
O de Luis Alberto Munguía González, que a sabiendas de que la
hija putativa de Elisa Ramírez es menor de edad, iba por ella (todavía) a la
casa hogar para llevarla de antro, en lo que constituye un claro delito de
carácter penal.
Hay más, pero por hoy se nos terminó el espacio.
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