Por Jorge
Olmos Contreras
En estos momentos, en que el país está conmocionado y
convulsionado por el alza en los precios de la gasolina, el gas y la luz (más
lo que se acumule), es difícil elaborar un análisis para referirnos a temas
triviales, pero que, sin embargo, lo tenemos que hacer para informar a los
lectores y a quienes nos siguen en nuestro portal www.vallartauno.com y en las redes sociales, lo que sucede cuando una persona
logra incrustarse en la nómina de un gobierno municipal, ya sea por
influencias, amistades, compadrazgos… o por favores de alcoba; pero que sin
ningún mérito, de pronto se meten hasta la cocina.
Es el caso de la señora Melissa Madero, una joven ya
entrada en la madurez, que hizo valer una íntima amistad con el líder moral del
Movimiento Ciudadano en Jalisco, Enrique Alfaro, para treparse como suplente en
la planilla de candidatos a regidores que acompañaron al actual alcalde, Arturo
Dávalos, en la pasada elección municipal.
Ella apareció en las boletas como suplente de Magaly
Fregoso Ortiz, quien la aceptó porque pensaba que era su amiga, pero, sobre
todo, porque nadie le quiso hacer el favor de que lo acompañara en la suplencia.
Entre las y los que rechazaron a Melissa estaba la no menos advenediza Susana
Rodríguez, que hoy la soporta y dice protegerla por conveniencia propia y porque
forman parte, las dos, del equipo político, traidor por excelencia, que dirigen
Ramón Guerrero y su delfín, Luis Ernesto Munguía González.
Pues bien, el punto es que esta mujer pronto se va a
convertir en regidora titular del pleno del Ayuntamiento, debido a que Magaly
Fregoso será la candidata –casi segura—del MC a la diputación federal; por
cierto, una tarea muy difícil por el abandono en que el actual legislador, Luis
Munguía, tiene a todo el 05 distrito electoral.
Bajo este escenario, al interior del pleno del
Ayuntamiento se comenta que, si ya hay una loca vestida de naranja, y es
difícil soportarla, imaginen cuando sean dos las loquitas que cohabiten los
mismos espacios y las mismas locuras, como chantajear al presidente municipal
para que acomode en la nómina a todo un equipo de “aviadores”, so pena de no
apoyar las iniciativas del alcalde.
Viene el caso de Melissa Madero, porque mañana sábado
07 de enero, va a festejar su cumpleaños en un salón de la zona rural, y está
invitando a “todos” a su fiesta. Y como ella no es nada original, sino
completamente ordinaria, copió el video del papá de la famosa fugaz, Rubí, para
hacer el propio y subirlo a las redes sociales.
En diciembre pasado, se pudo ver dicho video –que
todavía está en el muro de Melissa Madero--, en donde esta funcionaria
municipal se hizo acompañar por dos personas mayores (que no eran sus padres)
para invitar “a todos” a su fiesta, donde va haber banda norteña, comida y
bebida a manos llenas y muchas sorpresas. Desde luego, la muchacha se veía
ridícula, queriendo aparecer como quinceañera.
Ya más moderada –quizá por la crítica mordaz— Melissa
Madero ayer subió otra invitación, pero al estilo Rubí, para convidar a su
cumpleaños, donde presume habrá varias bandas musicales.
Desde luego, las trivialidades de esta funcionaria del
Ayuntamiento molestan, más en estos momentos en que los ciudadanos estamos
hartos de los políticos y su simulación enfermiza.
No es posible que, en medio de la indignación,
aparezca esta mujer con sus frivolidades, y que se lo permitan los dirigentes
del Movimiento Ciudadano.
Ya no queremos gente como esta en los puestos
públicos, sobre todo porque Melissa Madero fue echada del palacio municipal
para que atendiera un módulo de turismo en el aeropuerto, y se negó a irse,
aduciendo que ella sólo recibía órdenes de Guadalajara, en claro ejemplo a que
su jefe es Enrique Alfaro, no Arturo Dávalos, ni mucho menos algún directorcito
de pacotilla.
Y así fue, la muchacha Madero se montó en su macho,
gritó que no se iba del Palacio Municipal, y sin que nadie le asignara una
oficina, ella misma buscó un rincón en el área en donde antes estaba Obras
Públicas, y ahí montó un monástico despacho, en donde dice trabajar como
encargada de “Educación Ambiental”, un puesto que no sabíamos que existía, pero
que depende de la Dirección de Ecología Municipal.
Así las cosas, la otrora modosita mujer se prepara
para brincar de esa diminuta oficina, a un cubil en la sala de regidores. Para
ello, muy al estilo Luis Munguía, le ofrece trabajo a todos los que la sigan,
incluyendo a algunos reporteritos que ven en Melissa Madero el final de su
sequía económica. Pero como Munguía, Melissa al final no le va a cumplir a
nadie.
Pero bueno, aquí lo realmente difícil de entender, es
cómo políticos que pregonan un cambio en todas las áreas y formas de hacer
política, dejan que personas oportunistas, que no tienen ninguna preparación
para fungir como regidores en este caso, lleguen a formar parte de un pleno, en
donde se necesita compromiso con Puerto Vallarta, y no compromisos con
proyectos políticos estériles.
Melissa Madero sigue presumiendo la influencia que
ejerce sobre Enrique Alfaro, incluso ha comentado que su amistad fue más allá
que una simple relación, y que por eso puede hacer lo que sea, incluso
desobedecer a sus superiores en el Ayuntamiento, para no aceptar indicaciones
como cambiarla de puesto. Ella misma decide dónde quedarse.
Nosotros nos preguntamos, y le preguntamos a usted
querido lector: ¿Es justo seguir soportando este tipo de funcionarios públicos?
¿O los dirigentes estatales del MC –porque los del
municipio y nada son lo mismo—tienen una doble moral que suelen ver lo malo en
otros partidos, sin voltearse a ver la cola?
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