Por Jorge Olmos Contreras
Salvo sus muy honrosas excepciones,
la elección de jueces municipales obedeció al pago de facturas políticas, a
recomendaciones especiales, a conflictos de interés, y hasta de compromisos
pactados en la intimidad, de esos que los políticos denominan arreglos “entre
sábanas”. No se trató de un proceso pulcro, ni mucho menos higiénico, por el
contrario, fue muy desaseado y en este escenario alguien le mintió al
presidente municipal de que las cosas habían sido del todo honestas, cuando
fueron precisamente al revés.
Todos o casi todos los nuevos jueces
municipales entraron por influencias, ya sea porque conocen a alguien dentro
del Ayuntamiento, porque sostienen una íntima relación con algún alto
funcionario o porque ya estaban dentro de la nómina; otros de plano entraron
como el pago de un compromiso político, o al menos eso se refleja en las
relaciones personales y familiares de cada uno de los nuevos juzgadores.
LOS
NUEVOS JUECES… ¿QUIÉNES SON?
Por ejemplo, hay una priista ligada al ex síndico Alfonso Bernal Romero –él fue quien la
metió de secretario al juzgado-- ; esta mujer también se hizo famosa por formar parte del llamado
“club de las barbies”, un clan de jovencitas que controlaba otro ex síndico municipal,
Fernando Castro Rubio –hijo del notario Carlos Castro Segundo-- También se le relaciona con el actual Director de Promoción Económica, Gustavo
Fong Patiño.
Después cada quien siguió su camino,
Fernando Castro se casó con la Directora de Relaciones Públicas de Homex, Karen
Malacara.
A ella, junto con otras secretarias y
“asistentes” del gobierno municipal que encabezó Salvador González Reséndiz, se
les ubicó en notas de prensa como un grupo que se hicieron operaciones
estéticas para lucir más bellas. Incluso, a algunas las señalaron como que se
habían operado con recursos públicos, o que el acondicionamiento corporal,
sobre todo de senos, se los pagó algún funcionario.
Otro que entró como pago de una
factura política y todo parece indicar que, para congraciarse con un medio de
comunicación, es Ricardo Antonio Saucedo López, juez municipal por ministerio
de ley, que está casado, ni más ni menos que con Paola García Colín, hermana de
Héctor García Colín, director del periódico “Siempre Libres”, donde hablaron
maravillas del muchacho en vísperas de la toma de protesta el viernes
antepasado. Y claro, el lame botas del nuevo juez fue el columnista hampón,
Rodrigo Aguilera Morales.
REINO
EL INFLUYENTISMO
Los conocimientos jurídicos o la
preparación profesional, y, sobre todo, entender muy bien el nuevo sistema de
justicia penal, salieron sobrando, él o los encargados del proceso de
selección, eligieron a quienes él o ellos consideraron viables o estaban
palomeados por algún personaje influyente, tanto al interior como al exterior
del Ayuntamiento.
Uno más que entró como pedro por su
casa y se hizo juez municipal de la noche a la mañana, fue Diego de la Mora,
hijo del conocido ex restaurantero y ahora abogado, Antonio de la Mora
Betancourt, quien no tuvo el menor empacho en aceptar erigirse como juzgador
local, pese a que esto representaba un auténtico conflicto de intereses.
Y es que –aunque usted no lo crea--,
Diego de la Mora ya era empleado municipal, cobraba en la nómina como asistente
del regidor que preside la Comisión de Justicia y Derechos Humanos, la misma
Comisión que fue la encargada del proceso de selección de los seis nuevos
jueces municipales.
Por este simple hecho –ahora sí que
fue juez y parte--, Diego de la Mora no debería ser juez municipal, tendría que
haberse abstenido en participar, ya que, al formar parte importante de la
Comisión de Justicia y Derechos Humanos, es como si se hubiera elegido solo y o
con la venia del titular de dicha Comisión.
No sólo eso, Diego de la Mora jugó en
la cancha panista en las pasadas elecciones municipales, toda vez que formaba
parte de la planilla –en calidad de suplente-- del entonces candidato azul y
ahora regidor de oposición, Juan José “El Peri” Cuevas García, pero ahora lo
premian con algo que no se merece.
BLANCA
LA DE AYUTLA
Una más es Blanca Esther Contreras
Pelayo, quien ya era notificadora del Juzgado Municipal y a quien conocen por
ser neófita en la materia –de hecho, le daba terror firmar notificaciones
porque desconoce a fondo el mundo del derecho--, pero tiene una peculiaridad
muy importante: Ella es de un pueblito de la sierra que se hizo famoso en
Vallarta porque de allá vino el primer presidente municipal del Movimiento
Ciudadano que tuvo el puerto, de Ayutla pues, de donde también es su paisana,
la ex coordinadora de jueces municipales, Teresita de Jesús, a quien por cierto,
la tienen como empleada saca copias en la Secretaría General del Ayuntamiento,
a ese nivel se ha rebajado con tal de seguir en la nómina.
La cereza del pastel lo representa,
sin duda alguna, Maribel Rojo (en la foto), una dama muy especial que actualmente sostiene
una estrecha relación con el contralor municipal, Fernando Peña, quien la
presume por todos lados, hasta en el cine y que provoca el recelo de algunos
varones.
Esta chica es la mera jefa de todas y
todos los jueces municipales, pues es la coordinadora, y como antecedente, ella
fue esposa de Raúl Curiel Sánchez, un sobrino en segundo grado del actual
regidor “independiente”, Francisco Sánchez Peña.
Maribel Rojo es algo así como una
manzana de la discordia, primero anduvo coqueteando con otros partidos, de esos
de la chiquillada, y después terminó en la nómina del Movimiento Ciudadano.
EL
PLEITO
Se sabe que es hija de unos conocidos
herreros del Pitillal, pero tiene una característica singular, es
extremadamente conflictiva y sostiene una rivalidad –en todos los sentidos—con
otra juez municipal, al grado de que el primer día de
trabajo de los nuevos jueces municipales, sostuvieron un pleito verbal con
palabras altisonantes y con gritos que se escuchaban a varios metros a la
redonda.
Se dice que estas dos mujeres se
odian porque en el fondo hay un lío sentimental por un hombre, cosa que no
debería importarle a nadie porque es su vida privada, pero que, si interfiere
en su trabajo como jueces municipales, deberían darles las gracias a las dos,
ya que una es jefa y la otra es subordinada; y así no pueden funcionar correctamente
los juzgados.
Una más es Sarahy Hernández Rubio,
quien no tiene mayor problema como sus homólogos, sólo le critican que haya
estado casada con el panista Carlos Murguía Cibrián, hoy asistente del diputado
federal por el MC, Luis Ernesto Munguía.
Pero si los intereses de todo tipo
estuvieron a la orden en este desaseado ejercicio de selección de jueces
municipales, en el nombramiento de secretarios les dijeron “quítate que ahí te
voy”, ya que uno de los asesores del alcalde prácticamente metió a todos, y
aunque carecen de los más elementales conocimientos jurídicos, eso no les
importó, primero estuvo el amiguismo y el compadrazgo, como con un tal Miguel
Ángel Calzada Tejada, quien en sus mejores fotos de Facebook aparece con
playeras naranja promocionando el refresco “Fanta”; o como la mismísima esposa
del otrora Director Jurídico del Ayuntamiento, Nicolás Urrutia –aquél que llegó
un día ebrio a rescatar a su hijo y amigos de las garras del alcoholímetro--,
de nombre Sonia Crisosto Corral, quien de ser juez municipal, la bajaron a
secretario.
LOS
RESPONSABLES
¿Y saben quiénes fueron los regidores
responsables de todo este inaceptable proceso de selección de “jueces
municipales”, --ya que integran la Comisión de Justicia y Derechos Humanos--?
pues ni más ni menos que Gilberto Lorenzo, Eduardo Martínez (que es más bruto
que Edelmira Orizaga), Susana Rodríguez, Magaly Fregoso y el doctor
“independiente”, Francisco Sánchez Peña, tío político del ex esposo de Maribel
Rojo.
Ver para creer.
Pero aún hay más, ya que ha trascendido
que tuvieron que sacrificar a personas que sí merecían el cargo, por darle
entrada a los “compromisos políticos” y a los favores de sábanas.
Y si no, que le pregunten a Pina
Ibarría, a quien le sacrificaron una pariente que sí estaba capacitada para el
puesto.
El artículo 57 de la Ley de Gobierno
y Administración Pública para el Estado de Jalisco, señala en su fracción V que
para ser juez municipal se requiere Gozar públicamente de buena reputación y
reconocida honorabilidad, y creo que aquí algunos no cumplen con este elemental
requisito.
Sin embargo, aquí lo más grave es que
alguien le miente al alcalde Arturo Dávalos, le ocultan información y al final
del día al que hacen ver mal es al gobierno municipal, por lo que urgen cambios
de fondo, no sólo de forma. (Columna publicada en www.vallartauno.com y en www.columnajorgeolmos.blogspot.com
y síguenos en twitter en @olmos4jorge)
Sr. Olmos, su reportaje es falto de seriedad y objetividad, porque la mayor parte de el se basa en radio pasillo. Asi como tuvo a bien el buscar en el perfil de la lic. Rojo una foto privada, creo hubiera sido interesante tambien destacara los logros academicos de la misma, quien ya tiene el rango de doctora. Que fue de las primeras abagodas en la republica en obtener la maestria en Derecho Procesal Penal. Como bien dice en su "reportaje" la vida privada no nos incumbe.
ResponderEliminarPresentenos informacion veraz, objetiva. Investigue a fondo de lo que va a publicar, no todos vivimos del circo que nos quieren montar los medios de comunicacion.