Intensa movilización policiaca se registró la noche del
jueves en la colonia Tamarindos de Ixtapa en Puerto Vallarta, toda vez que vecinos reportaron
detonaciones de armas de fuego y, al llegar los policías encontraron a una
persona ya fallecida de nombre Gerardo Flores Jiménez a quien apodaban “El
Junior”, un muchacho de 23 años que andaba en malos pasos, ya que al parecer
estaba cuidando a dos presuntos secuestrados que estaba amordazados al interior
de una vivienda por la calle Faisán.
De acuerdo con lo que trascendió en el lugar de los hechos,
tanto Gerardo Flores, como otro sujeto de nombre Santiago de la Cruz, estaban a
las afueras de una casa de la calle antes mencionada, cuando de repente
llegaron varios sujetos en una camioneta Tacoma blanca, quienes descendieron
del automotor y comenzaron a reñir verbalmente con ellos, y de pronto uno de
los recién llegados sacó una pistola y le disparó a quemarropa a Gerardo, quien
habría muerto al instante, ya que presentaba una herida de bala con entrada en
la barbilla y con salida en las costillas.
La otra persona, Santiago, corrió para ponerse a salvo, pero
todo parece indicar que los de la camioneta blanca lo alcanzaron y se lo
llevaron con rumbo desconocido, ya que en el lugar se encontró su credencial de
elector a su nombre: como que se le habría caído en el forcejeo del supuesto
“levantón”.
El Junior era muy conocido en la zona de Tamarindos, porque
hace unos meses falleció su papá, un ex empleado del Ayuntamiento que se rebanó
una pierna con un “grillo” para cortar metal, pero hasta ahora se volvió a
saber de él en estas lamentables circunstancias.
El otro muchacho, vivía por la zona de Novo Ixtapa, y hasta
ahorita se desconoce su paradero.
Lo más intrigante de todo este hecho, es que estos dos
sujetos estaban cuidando a dos hermanos de nombres Pedro Josué y Francisco
Torres –a quienes al parecer los tenían secuestrados en esa casa de la calle
Faisán, pues estaban amarrados con cadenas y cubiertos de la cabeza—; aunque se
desconoce si son de Puerto Vallarta o los trajeron de otro lugar.
Las autoridades de la Fiscalía Regional se encargaron de
“rescatar” a las supuestas víctimas y las habrían trasladado a las
instalaciones de la delegación para interrogarlos y ver si procedía dejarlos
retenidos para investigación o dejarlos ir.
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