Por Jorge Olmos Contreras
Ya no hay duda, el alcalde Ramón Demetrio Guerrero Martínez,
mejor conocido como El Mochilas, está empeñado en pasar a la historia de Puerto
Vallarta como el presidente que más pleitos y encono ha sembrado entre los
diferentes sectores de la ciudad, lo que se traduce en una administración
caótica que refleja signos alarmantes de ingobernabilidad. El turno les tocó
ahora a los contratistas que mantienen convenios de obras públicas, pues han
sido amenazados y advertidos de que si no tienen dinero para financiar al
municipio, tendrán que irse, renunciar a los trabajos y despedirse de cualquier
trato con el gobierno local.
Citados vía correo electrónico a las 15:00 horas del pasado
martes 19 de marzo en la sala de juntas que la Dirección de Obras Públicas
tiene en la Unidad Administrativa Municipal (UMA) para sostener una junta
importante con el alcalde Ramón Guerrero, los contratistas tuvieron que esperar
media hora para ser atendidos no por el presidente municipal, sino por el
titular de la dependencia, Oscar Delgado.
Ahí estaban más de 34 contratistas y representantes de
empresas constructoras que no daban crédito a lo que escuchaban de voz del
Director de Obras Públicas –uno de los importados de Guadalajara por el
Mochilas--, ya que de entrada les dio la suave con una perorata de que no los dejaran
solos (al Ayuntamiento); que Vallarta los necesita; que es muy importante su
apoyo en estos momentos; que “es necesario que estén con nosotros” y etc. etc.
Del sentimentalismo barato, Oscar Delgado pasó al terreno
tangible, al anunciarles que a partir de ese momento la relación del
Ayuntamiento con los contratistas va a cambiar diametralmente, comenzando por
modificar o anexar nuevas cláusulas a los contratos vigentes de todas las
constructoras que actualmente estén realizando trabajos para el municipio, se
trate de nuevas o anteriores adjudicaciones.
LAS CONDICIONES
Entre dichas modificaciones está el compromiso irrestricto
que deben aceptar las empresas para contratar mano de obra que el Ayuntamiento
les designe y que saldrá de un “pool” de trabajadores que sean exclusivamente
de Puerto Vallarta y a quienes los contratistas deberán uniformar por su cuenta
y costo.
Lo anterior, según justificó el funcionario Delgado, es
porque se ha demostrado que las constructoras tienen trabajando a mucha gente
de Chiapas y de Guerrero que desplazan a la mano de obra vallartense. Y lo de
los uniformes, es porque los empleados que realizan trabajos en sitios de mucha
afluencia turística, como la avenida Francisco Medina Ascencio o frente a Plaza
Marina “dan mal aspecto”.
No sólo eso, sino que además de querer imponer trabajadores
que supuestamente el Ayuntamiento ya tiene seleccionados dentro de ese “pool”,
también pretenden obligar a las empresas a que den de alta ante el IMSS a estos
empleados que pertenecen a un grupo identificado con el alcalde Ramón Guerrero
y el Partido del Movimiento Ciudadano.
Por igual, ya no quieren que las firmas constructoras hagan
sus propias estimaciones y corridas financieras, sino que pretenden obligarlas
a que contraten estudiantes egresados del Centro Universitario de la Costa
(CUC). Se trata de un club de amigos del regidor Luis Ernesto Munguía y del
propio Mochilas.
CON LA CUCHARA GRANDE
Y por si esto fuera poco, también quieren que estas compañías
constructoras contraten a un arquitecto del Ayuntamiento o recomendado por el
Mochilas, para que hagan todo tipo de “avances financieros” de las obras, “pues
no queremos que los contratistas se distraigan por estas cosas, sino que se
concentren en terminar su trabajo lo más pronto posible”.
Ya con el pelo suelto, Oscar Delgado se dirigió a los
asustados e indignados contratistas para rematar con otra nueva condicionante
si no quieren que les rescindan el contrato o no les paguen: Que deberán mandar
a hacer una lona o anuncio que tendrán que poner donde se esté ejecutando la
obra con datos como el nombre de la empresa, el número de contrato, el nombre
de la obra; el periodo de ejecución, el nombre del residente de la obra etc.,…
con la salvedad de que tendrán que hacer dicha manta en el negocio o
establecimiento que ellos (los del Ayuntamiento) les digan.
Las reacciones no se hicieron esperar, algunos de los
presentes decían que cómo era posible que el gobierno de Ramón Guerrero les
quiera condicionar la contratación de mano de obra cuando él trajo personal de
Guadalajara, Ayutla y La Huerta para los principales direcciones del
Ayuntamiento.
Otros señalaban que para contratar a nuevo personal tendrían
que liquidar a los trabajadores que ya tienen laborando con algunas
contratistas desde hace tres años. Se preguntan quién va a pagar la
indemnización laboral… ¿acaso el Ayuntamiento?
En cuanto a los uniformes, muchos indicaron que sus
empleados, además de trabajar en obras de carácter público, también lo hacen en
empresas privadas y la pregunta que se hacen es qué va a pasar cuando empleados
con uniformes del Ayuntamiento sean vistos laborando en obras de particulares.
LA REUNION DEL PREMIER
Para calmar los ánimos, Oscar Delgado les recordó que el
alcalde estaba muy interesado en hablar con ellos, por lo que se les hacía otra
invitación para que acudieran a un salón privado del hotel Premier Buenaventura
para el jueves 21 de marzo, lo cual efectivamente ocurrió, pero de qué manera.
Resulta que El Mochilas citó a las 9:00 de la mañana y llegó
a las 11:00, se disculpó diciendo que venía de Guadalajara y que el vuelo se
había retrasado; de entrada utilizó el mismo chantaje –pero corregido y aumentado—con
los ahí presentes. Les dijo que necesitaba su apoyo; que no lo dejaran solo;
que si ellos deciden parar las obras (aunque no les paguen) sólo afectan a
Puerto Vallarta y no a él, etc.
Ramón Guerrero pensó que agasajando a los contratistas con un
buen desayuno –no fueron simples huevos revueltos, sino un platillo más
sofisticado—se los echaría a la bolsa y aceptarían las condicionantes que dos
días antes les anunció su Director de Obras Públicas; pero hubo inconformidad
de más de uno y ante los cuestionamientos, El Mochilas de plano les advirtió
que toda aquella empresa que no tenga solvencia económica para financiar las
obras del municipio, no tendrá cabida en su gobierno, que se pueden ir
despidiendo.
También les adelantó Ramón Guerrero que no va a pagar cuentas
pendientes, es decir, que no va a soltar un solo cheque a aquellas compañías
que vienen realizando obras desde la administración pasada y que les quedaron a
deber cantidades que van de los seis a los siete millones de pesos, como
Impala, Géminis, 5 Contemporánea etc.
LA AUDITORÍA QUE VIENE
Y es que en lo que va de la presente administración, sólo en
una ocasión se han pagado cheques a proveedores diversos, entre los que se
encuentran las empresas contratistas; de ahí en más, lo traen vuelta y vuelta y
ahora El Mochilas, además de imponerles uniformes, lonas, trabajadores y
corridas financieras, quiere que sean estas compañías las que financien la obra
pública del municipio, así se trate de aquellas obras cuyos recursos provienen
de programas federales y estatales como el de Hábitat o las del Fondo
Metropolitano.
Se le olvida al alcalde que en diciembre pasado obligaron a
las empresas constructoras a facturar estimaciones de pagos (pre estimar), que
no es otra cosa que una simulación de pago inexistente, para enviar la
información a la Auditoría Superior del Estado y supuestamente “comprobar” que
ya se habían liquidado los trabajos de las obras del Fondo Metropolitano y el
Programa Hábitat, con el fin de que no se perdieran los recursos estatales y
federales presupuestados.
Sin embargo, se sabe que para el 15 de abril se tiene
programada una auditoría al Ayuntamiento de Puerto Vallarta por parte de la
Auditoría Superior, y lo más seguro es que se descubra que el Ayuntamiento
mintió en dicha información; que no se han terminado las obras y esto podría
dar origen a nuevas sanciones de carácter administrativo contra el gobierno de
Ramón Guerrero Martínez.
Desesperado por hacer negocios para él y su gente más
cercana, El Mochilas se enreda solo y mientras pide apoyo y condiciona a los
contratistas, a la vez los amenaza con no pagarles. Es un círculo vicioso, pues si no hay dinero, las constructoras no
pueden avanzar con trabajos como el de la carretera a Ixtapa y otros.
El problema que se le viene encima al Mochilas no es
cualquier cosa, ya que es casi seguro que los trabajos no estarán listos para
antes del 15 de abril en que por primera vez el Ayuntamiento recibirá a personal
de la Auditoría Superior del Estado que ya no controla su amigo, el ex gobernador
panista Emilio González Márquez; ni su socio Eugenio González Márquez; ni su
mecenas, Abraham González Uyeda; ni mucho menos su cada vez menos
incondicional, Enrique Alfaro Ramírez.
Todo por tratar a la gente con la punta del pie y hacer
negocio en todas las áreas de la administración del gobierno del llamado
Movimiento Ciudadano.
INFORMACION
CLASIFICADA
POR CIERTO, UN
ARQUITECTO, REPRESENTANTE DE UNA CONSTRUCTORA FUE AMENAZADO por el Director de Obras Públicas,
Oscar Delgado, porque se atrevió a cuestionar las condicionantes del presidente
municipal. Por un tercero, le advirtieron que no se atreviera a ir a la UMA
porque le iban a hacer pasar un mal rato, que si quería enemigos de verdad, los
iba a tener; que se iba a arrepentir.
Antes, en la reunión del Premier Buenaventura, Tomás, un
funcionario menor de Obras Públicas que controla el padrón de contratistas,
también hostigó al arquitecto amenazado por Oscar Delgado con un: “aquí no es
lugar para hacer ese tipo de comentarios”.
El arquitecto teme que El Mochilas tome represalias contra la
empresa que representa y la bloquen de aquí en adelante por atreverse a
cuestionar las propuestas del señor presidente municipal.
QUE MAL SE VEN, LOS
REGIDORES JESICA YERENA, TITO YERENA Y J.JESUS ANAYA VIZCAINO al autorizar adjudicaciones de obras
dentro de la Comisión de Adjudicación, Asignación y Contratación de Obra
Pública, dizque por “el bien de Vallarta”.
En la próxima columna les contaremos cómo se han prestado a
la corrupción del Mochilas.
UNA TAREA PARA LA
CONTRALORIA Y LOS REGIDORES QUE SI HACEN SU TRABAJO COMO SUSANA CARREÑO Y
ADRIÁN MENDEZ, es investigar a fondo la presunción de que empresas y
maquinaria afines al Director de Obras Públicas, Oscar Delgado, están siendo
beneficiadas con trabajos en todas las obras que se realizan en el municipio.
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