Por Jorge Olmos Contreras
Sin ningún medio de defensa, ni un sindicato que abogue por
ellos –ya que el líder sindical, Gilberto Lorenzo no les contesta las llamadas
ni da la cara--, el Ayuntamiento que encabeza Ramón Guerrero (a) “El Mochilas”
comenzó a dar de baja a los primeros 51 empleados municipales del área de
Reglamentos Municipales y trascendió que van por más, sobre todo a los de mayor
antigüedad de otras dependencias y todo aquél que haya sido dado de alta en las
administraciones priistas de Gustavo González, Javier Bravo y Salvador González
Reséndiz.
El presidente municipal no respetó su promesa de despedir
sólo a los inspectores “más viejos” de Reglamentos Municipales, sino que dio la
orden para que “todos los viejos empleados” fueran dados de baja, sin importar
su antigüedad.
Fue así como este martes 11 de diciembre, Teresa Fuentes, la
Jefa de Nómina de la Oficialía Mayor Administrativa que preside Ignacio Guzmán
García, comenzó a informar a todos los trabajadores de Reglamentos, incluidos
17 del área administrativa –es decir, aquéllos que nada tienen que ver con lo
que hacen los inspectores—que serían dado de baja, incluso a algunos ya no les
permitieron laborar desde ayer.
El trato que han recibido los empleados ha sido déspota y
arbitrario, los han satanizado a todos como si fueran delincuentes y funcionarios
como el secretario general (quien trabaja amparado por no ser abogado ni competente
para el cargo) les dieron una patada en el trasero a varias trabajadoras que
quisieron hablar con él en el viejo edificio de la Presidencia Municipal, donde
Antonio Pinto las hizo esperar siete horas para al final decirles que estaban
despedidas, que nada tenía que hablar con ellas, por lo que se tuvieron que
retirar frustradas y enojadas.
La situación es desesperante para trabajadores que tenían hasta
24 años laborando en Reglamentos, como los encargados de cabina y otros, como
varias mujeres que en octubre de este año pidieron su cambio de otras
dependencias –a algunas las invitaron a realizar una permuta de un puesto a
otro—a Reglamentos y que también fueron incluidas en la lista negra.
Se sabe que la Jefa de Nómina, Teresa Fuentes, no le ha
importado ni siquiera su padre, Daniel Fuentes, otro viejo trabajador de
Reglamentos que ya fue despedido y que de ser encargado de cabina, cobraba como
si fuera sub-jefe.
Una de las secretarias afectadas comentó: “Yo estaba en
Mercados, pero una vez me encontré a Cuauhtémoc Villalobos, el “Director” de
Reglamentos, y éste me invitó a trabajar con él, y ahora que me vine me meten
al mismo costal de “las más viejas” y también me quieren despedir; no se vale,
están agarrando parejo”.
Lo peor de todo, es que ya les dijeron que no les van a pagar
ni aguinaldo, ni vacaciones, ni prima de antigüedad, ni nada, por lo que El
Mochilas les va a dar una amarga navidad a decenas de familias vallartenses que
dependen de estos empleados.
Y como nunca faltan los oportunistas, ya surgió una, la
presunta licenciada Blanca Isadora Gómez Ontiveros, quien entró al área de
Reglamentos en la administración de Salvador González Reséndiz, y de quien se
especula cobraba cuotas mensuales a los giros negros, sobre todo a las
discotecas y table dance para no molestarlos, y cuyo dinero era entregado a sus
jefes, con la correspondiente “mochada” para ella.
Pues bien, esta supuesta licenciada Ontiveros ya encontró la
forma de sacar provecho a la situación, pues mientras trata de negociar con el “asesor”
del Mochilas, Santiago Centeno para que a ella sí le paguen aguinaldo,
vacaciones y prima de antigüedad, está haciendo creer a los inspectores y
personal administrativo corrido que ella les va a ayudar, cuando es claro que
su situación es distinta, pues el que menos tiempo tiene trabajando en Reglamentos
es 10 años y los más, hasta 24, incluso hay el caso de un señor que ya traía
sus papeles para jubilarse, y también lo metieron al paquete de los despedidos.
Esta tarde, el grupo de empleados municipales que han tratado
con la punta del pie y que no han encontrado ningún tipo de apoyo, ni en los
regidores de oposición, ni en su jefe Cuauhtémoc Villalobos ni mucho menos en
el secretario del sindicato de burócratas, Gilberto Lorenzo, decidieron buscar
la asesoría de un abogado y lo encontraron en la persona del licenciado Miguel
Rosales Medina y en estos momentos están en su despacho de Plaza Marina para
evitar que El Mochilas cometa una injusticia con ellos, pues no han sido oídos
ni vencidos en juicio y mucho menos se les instauró un proceso administrativo
para despedirlos.
De plano, una de las víctimas por las agresivas decisiones de
Ramón Guerrero dijo: “Y pensar que muchos de nosotros, hartos y hartas del
gobierno de Chavita le dimos el voto al Mochilas, y ahora nos sale con esto, en
plena época decembrina, qué vamos a hacer, que le vamos a decir a nuestros
hijos, que no tenemos ni para pasar la Navidad”.
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