Por Jorge Olmos Contreras
En una actitud temeraria, el periodista sonorense, Luis Alberto Alcaraz López anunció este miércoles siete de octubre que está dispuesto a pagar entre tres mil y seis mil pesos por cada “Mochi Vale” que cualquier ciudadano le entregue en sus manos, pues informo que los va a utilizar como prueba para interponer una denuncia penal por delitos electorales contra el actual alcalde de Puerto Vallarta, Ramón Demetrio Guerrero Martínez.
Lo anterior lo anunció en su columna de opinión “Perfil Político” que se publica en el periódico “Vallarta Opina”, donde puntualizó que los vales que presuntamente repartió el hoy presidente municipal a cambio de cinco sacos de cemento, durante la pasada jornada electoral en que se eligió a munícipes, son una prueba fehaciente de un delito electoral, por lo que dijo, usara los documentos para presentar una denuncia ante la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (Fepade) de la Procuraduría General de la República.
El columnista comentó que Ramón Guerrero ha negado una y otra vez que haya repartido esos vales, por lo que está dispuesto a pagar de tres mil a seis mil pesos a cada persona que le lleve esos “mochi vales”.
Indicó que, de entrada, pagará tres mil pesos por cada “mochi vale” entregado, pero que si además el poseedor de uno de estos vales lo acompaña a la PGR a presentar la denuncia correspondiente, la cantidad de dinero que les dará, será el doble, es decir, seis mil pesos.
Alcaraz manifestó en su columna que este experimento además servirá para poner a prueba a la Fepade, ya que si no procede la denuncia electoral, entonces el periodista anunció que en las próximas elecciones él podría lanzar miles de vales intercambiables para conseguir votos y hacer ganar a alguien la presidencia municipal.
A continuación, reproducimos parte del escrito de Luis Alberto Alcaraz:
“DINERO AL PORTADOR. Quienes defienden la estrategia de los Mochivales aseguran que todos los partidos y todos los candidatos hacen lo mismo en sus campañas, en las que reparten todo tipo de apoyos materiales y económicos a cambio del voto ciudadano. Sin embargo en el caso de los Mochivales estamos ante un programa que viola claramente la ley porque condiciona la entrega del apoyo ofrecido al triunfo electoral. Quienes recibieron los 25 mil vales, cada uno foliado con la intención de afiliar a su propietario, sabían perfectamente que sólo sería canjeable en caso de que acudieran a votar y El Mochilas ganara la presidencia municipal. No hay que ser experto en leyes electorales para tener clara la forma en que se coptó el sentido del voto de miles de vallartenses que a cambio de 5 sacos de cemento son capaces de formarse dos horas en una casilla para votar por el candidato que les prometió el premio. Por fortuna para El Mochilas y sus secuaces los priistas siempre han tenido muy malos abogados, y gracias a eso hoy pueden pasearse muy arrogantes por los pasillos de la presidencia municipal pese a la gravedad del delito electoral cometido. Sin embargo en lo personal, como estudioso del marketing electoral tengo un enorme interés por saber con certeza si la estrategia de los Mochivales es legal o ilegal. De acuerdo con mi criterio y la interpretación de la ley se trata de un claro delito electoral, sin embargo la impunidad con la que El Mochilas salió adelante me hace ver la posibilidad de que los vales no representen en sí un delito electoral.
NAVIDAD EN NOVIEMBRE. Debido a lo anterior, pretendo presentar una denuncia penal en contra de quienes resulten responsables por el presunto delito electoral que representan esos vales utilizados en la campaña del Movimiento Ciudadano. Intento con ello que de manera directa la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Electorales me informe por escrito que el reparto de esos vales en campaña en los términos en que lo hicieron los amigos del Mochilas no constituye un delito electoral. Si ese fuera el caso, en el futuro yo, como modesto asesor en algunas campañas electorales, no tendré ningún empacho en literalmente robarle la idea al Mochilas para utilizarla en beneficio de mis futuros clientes. Si con 25 mil vales de cemento el Mochilas ganó la alcaldía de Puerto Vallarta, estoy convencido de que con 100 mil vales cualquier candidato medianamente preparado puede ganar la presidencia municipal del municipio que pretenda. Si El Mochilas fue conservador al regalar sólo cemento y láminas para techo, yo recomendaría a mis clientes ser un poco más audaces y regalar computadoras, coches y hasta alguna casita tipo Infonavit, total que si se consigue el triunfo los vales se pagan de la misma presidencia, y si se pierde la elección pues no hay nada qué pagar porque en el vale se establece con claridad que solamente serán válidos en caso de alcanzar el triunfo. Para proceder legalmente contra los responsables requiero por lo menos de un vale original, por lo cual hago uso de este espacio para anunciar que estoy dispuesto a pagar por cada vale que se me haga llegar con la siguiente tarifa: por un vale de 5 sacos de cemento, que implica un valor de 600 pesos, pagaré mil 200 pesos de inmediato. Señora bonita, señor que vive en una colonia marginada del puerto, si no tienen para los juguetes de sus hijos en esta Navidad, no se preocupen, tráiganme sus vales y yo se los pago al contado al doble de lo que valen. No espere a enero para enjarrar su casa, véndame sus vales de inmediato y ponga manos a la obra.
POSDATA. Sin embargo, si alguna persona está dispuesto a venderme su vale firmado por el regidor Humberto Gómez Arévalo, estoy dispuesto a pagar 3 mil pesos por cada uno. Advierto, siempre y cuando cuente con la rúbrica original de nuestro polémico regidor de Cultura. Y más todavía: si la persona que acepte venderme su vale está dispuesta a acompañarme a presentar su testimonio ante la autoridad competente, donde tendrá que denunciar la forma en que le fue entregado el vale y el nombre de la persona que se lo otorgó, entonces pagaré 6 mil pesos.
VOX POPULI. Insisto, se trata de un asunto estrictamente profesional. Si la Fepade responde que eso no es un delito electoral entonces ya podré usar esa estrategia en las próximas elecciones. A lo mejor hasta yo mismo me postulo como candidato, imprimir 100 mil vales de cemento no me costaría gran cosa y a cambio tendría el control de un presupuesto de egresos superior a los mil millones de pesos por año. Todas las personas interesadas en venderme su Mochivale se pueden poner en contacto conmigo a través del correo perfilpoliticomail.com, o bien directamente al teléfono celular 044 322 29 4 24 94.”
El columnista comentó que Ramón Guerrero ha negado una y otra vez que haya repartido esos vales, por lo que está dispuesto a pagar de tres mil a seis mil pesos a cada persona que le lleve esos “mochi vales”.
Indicó que, de entrada, pagará tres mil pesos por cada “mochi vale” entregado, pero que si además el poseedor de uno de estos vales lo acompaña a la PGR a presentar la denuncia correspondiente, la cantidad de dinero que les dará, será el doble, es decir, seis mil pesos.
Alcaraz manifestó en su columna que este experimento además servirá para poner a prueba a la Fepade, ya que si no procede la denuncia electoral, entonces el periodista anunció que en las próximas elecciones él podría lanzar miles de vales intercambiables para conseguir votos y hacer ganar a alguien la presidencia municipal.
A continuación, reproducimos parte del escrito de Luis Alberto Alcaraz:
“DINERO AL PORTADOR. Quienes defienden la estrategia de los Mochivales aseguran que todos los partidos y todos los candidatos hacen lo mismo en sus campañas, en las que reparten todo tipo de apoyos materiales y económicos a cambio del voto ciudadano. Sin embargo en el caso de los Mochivales estamos ante un programa que viola claramente la ley porque condiciona la entrega del apoyo ofrecido al triunfo electoral. Quienes recibieron los 25 mil vales, cada uno foliado con la intención de afiliar a su propietario, sabían perfectamente que sólo sería canjeable en caso de que acudieran a votar y El Mochilas ganara la presidencia municipal. No hay que ser experto en leyes electorales para tener clara la forma en que se coptó el sentido del voto de miles de vallartenses que a cambio de 5 sacos de cemento son capaces de formarse dos horas en una casilla para votar por el candidato que les prometió el premio. Por fortuna para El Mochilas y sus secuaces los priistas siempre han tenido muy malos abogados, y gracias a eso hoy pueden pasearse muy arrogantes por los pasillos de la presidencia municipal pese a la gravedad del delito electoral cometido. Sin embargo en lo personal, como estudioso del marketing electoral tengo un enorme interés por saber con certeza si la estrategia de los Mochivales es legal o ilegal. De acuerdo con mi criterio y la interpretación de la ley se trata de un claro delito electoral, sin embargo la impunidad con la que El Mochilas salió adelante me hace ver la posibilidad de que los vales no representen en sí un delito electoral.
NAVIDAD EN NOVIEMBRE. Debido a lo anterior, pretendo presentar una denuncia penal en contra de quienes resulten responsables por el presunto delito electoral que representan esos vales utilizados en la campaña del Movimiento Ciudadano. Intento con ello que de manera directa la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Electorales me informe por escrito que el reparto de esos vales en campaña en los términos en que lo hicieron los amigos del Mochilas no constituye un delito electoral. Si ese fuera el caso, en el futuro yo, como modesto asesor en algunas campañas electorales, no tendré ningún empacho en literalmente robarle la idea al Mochilas para utilizarla en beneficio de mis futuros clientes. Si con 25 mil vales de cemento el Mochilas ganó la alcaldía de Puerto Vallarta, estoy convencido de que con 100 mil vales cualquier candidato medianamente preparado puede ganar la presidencia municipal del municipio que pretenda. Si El Mochilas fue conservador al regalar sólo cemento y láminas para techo, yo recomendaría a mis clientes ser un poco más audaces y regalar computadoras, coches y hasta alguna casita tipo Infonavit, total que si se consigue el triunfo los vales se pagan de la misma presidencia, y si se pierde la elección pues no hay nada qué pagar porque en el vale se establece con claridad que solamente serán válidos en caso de alcanzar el triunfo. Para proceder legalmente contra los responsables requiero por lo menos de un vale original, por lo cual hago uso de este espacio para anunciar que estoy dispuesto a pagar por cada vale que se me haga llegar con la siguiente tarifa: por un vale de 5 sacos de cemento, que implica un valor de 600 pesos, pagaré mil 200 pesos de inmediato. Señora bonita, señor que vive en una colonia marginada del puerto, si no tienen para los juguetes de sus hijos en esta Navidad, no se preocupen, tráiganme sus vales y yo se los pago al contado al doble de lo que valen. No espere a enero para enjarrar su casa, véndame sus vales de inmediato y ponga manos a la obra.
POSDATA. Sin embargo, si alguna persona está dispuesto a venderme su vale firmado por el regidor Humberto Gómez Arévalo, estoy dispuesto a pagar 3 mil pesos por cada uno. Advierto, siempre y cuando cuente con la rúbrica original de nuestro polémico regidor de Cultura. Y más todavía: si la persona que acepte venderme su vale está dispuesta a acompañarme a presentar su testimonio ante la autoridad competente, donde tendrá que denunciar la forma en que le fue entregado el vale y el nombre de la persona que se lo otorgó, entonces pagaré 6 mil pesos.
VOX POPULI. Insisto, se trata de un asunto estrictamente profesional. Si la Fepade responde que eso no es un delito electoral entonces ya podré usar esa estrategia en las próximas elecciones. A lo mejor hasta yo mismo me postulo como candidato, imprimir 100 mil vales de cemento no me costaría gran cosa y a cambio tendría el control de un presupuesto de egresos superior a los mil millones de pesos por año. Todas las personas interesadas en venderme su Mochivale se pueden poner en contacto conmigo a través del correo perfilpoliticomail.com, o bien directamente al teléfono celular 044 322 29 4 24 94.”
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