Por Jorge Olmos Contreras
Con el sello característico de la corrupción, el pleno del Ayuntamiento aprobó el jueves 30 de agosto la renovación del convenio de colaboración entre el gobierno municipal y la firma “Compañía de Servicios Urbanos del Centro S.A de C.V.” por 15 años más para el uso y aprovechamiento de espacios públicos en los llamados parabuses, con lo que el alcalde Salvador González Reséndiz se salió con la suya –gracias a regidores agachones—para beneficiar a un particular y comprometer un contrato que trasciende la actual administración y que endilga a los próximos cinco gobiernos municipales.
No sabemos cuánto dinero tuvo que desembolsar el señor Gerardo Cándano Conesa, dueño de esta empresa para convencer no sólo al presidente municipal, sino también a 15 regidores más que dieron su voto a favor de renovarles el contrato, lo único que se sabe es que le pidieron 24 millones de pesos, entre efectivo y publicidad para poder prorrogar el convenio.
Según las notas de prensa, Salvador González logró sacarle a este empresario 12 millones de pesos en efectivo para poder renovarles el contrato, ocho millones de pesos de entre y cuatro millones a la firma del mismo; el resto serán pagados a razón de un millón de pesos por año durante los primeros seis años del convenio, y 400 mil cada anualidad en lo que resta del mismo, es decir en los siguientes nueve años.
LOS SINVERGÜENZAS
Llama la atención el silencio que guardaron los regidores priistas Fernando Castro, Fernando Flores, Carlos Efraín, Aleyda Bravo Carbajal; el síndico Fernando Castro y los ediles panistas, Miguel González, Julio Santana y Dulce María Flores, quienes en lo oscurito firmaron el dictamen de procedencia para presentar el acuerdo en asuntos generales de la sesión de Cabildo, donde finalmente una bola de sinvergüenzas aprobaron por mayoría la renovación del contrato.
Cualquier adjetivo nos quedaría corto si de calificar a estos regidores se trata. No es posible, ni entendible que no hayan analizado con detenimiento el contrato original que fue firmado el nueve de noviembre del año 2001, estando en funciones un alcalde panista, Pedro Ruiz Higuera. A menos, a menos que haya habido algo de por medio, una razón de muchos pesos por ejemplo.
Todos, excepto un regidor que merece ahora sí un aplauso, votaron a favor de semejante prórroga de 15 años más a esta empresa que, en la práctica ha demostrado una violación reiterada al contrato original, porque no ha cumplido con lo estipulado en el mismo, sólo se valió de la concesión para invertir unos cuantos pesos en la construcción de parabuses para utilizarlos en la venta de espacios publicitarios que le dejan –como ya lo habíamos señalado en otro artículo—al dueño la friolera de aproximadamente un millón de pesos mensuales.
Imagine usted el negociazo, qué importa tener que pagar al Ayuntamiento un millón de pesos anuales durante seis años y luego 400 mil pesos cada año durante los últimos nueve del contrato, si cada mes me echo a la bolsa un millón de pesos, es decir, 12 millones cada año y unos 180 millones de pesos por lo que dure el convenio de colaboración.
DINERO FRESCO A LAS BOLSAS DE CHAVITA
Llama mucho la atención que regidoras como Dulce María Flores y Ana Karina Cibrián –sobre todo Dulce María—y los ediles Miguel González Guerra y Ricardo Uribe hayan votado a favor de esta renovación, pues de entrada, el alcalde Chavita dispondrá de 12 millones de pesos que no dejará –por supuesto que no—en las arcas municipales, sino que los va a utilizar para gasto corriente y para pagar ciertas deudas a sus amigos y colaboradores.
Cuando llegue el nuevo gobierno con Ramón Guerrero a la cabeza, se encontrarán con que ese dinero se esfumó y tendrán que conformarse con el millón de pesos que la empresa Compañía de Servicios Urbanos del Centro les pagará cada año, tres millones en toda la administración del Mochilas, apenas 83 mil pesos mensuales; nada comparado con los jugosos ingresos que obtiene esta empresa chilanga.
Por eso, no entendemos la postura de los regidores que mencionamos… de Julio Santana se puede esperar cualquier cosa –pues ya obtuvo hasta un permiso de restaurante bar--, pero no de los otros que ahora nos dejan francamente decepcionados como seguramente estará el mismo pueblo.
Al menos Héctor Gallegos sacó la cara por la fracción del PAN y votó en contra, lo cual habla bien de él, sobre todo si va a ocupar un puesto de importancia en el gobierno de Ramón Guerrero.
Sin embargo, la sospecha se centra en los regidores que integraron la comisión que votó a favor el dictamen y luego lo llevó al pleno del Ayuntamiento.
¿TÚ TAMBIÉN DULCE?
En realidad no creemos que Dulce María Flores se preste a recibir unos cuantos miles de pesos para votar un punto de acuerdo a favor, pero de los otros tres tenemos nuestras dudas, es decir, de Miguel González Guerra, Ana Karina Cibrián, Ricardo Uribe y el mercantilista Julio Santana.
Pero a estas alturas del gobierno, ya no creemos en nadie.
Ellos tienen qué explicar al pueblo de Vallarta por qué le aprobaron un negociazo de esta naturaleza a Salvador González Reséndiz, cuando insistimos, es un contrato de 15 años más, es algo que trasciende esta administración y que lo enjareta a los próximos cinco Ayuntamientos.
La verdad qué poca madre –con todo respeto—votar un convenio que heredan a las próximas generaciones quizá por unos cuantos pesos.
¡Urge una explicación¡
Del alcalde ya no se espera nada, mas que hacer negocios a costa de lo que sea, porque cualquiera pensaría en muchos pesos, cientos de miles o quizá algunos millones para repartir que le pudieron haber bajado al empresario Gerardo Cándano Conesa para aumentarle por 15 años más este lucrativo negocio.
Lo peor de todo, es que algunos periodistas desinformados manejaron la nota como si la empresa Compañía de Servicios Urbanos del Centro fuera a construir entre 50 y 70 casetas de paradas de camión nuevas.
No señores, esas casetas ya las construyó dicha empresa y está estipulado en el contrato original del año 2001, lo mismo el uso de los espacios publicitarios gratis para el Ayuntamiento cuando el gobierno lo solicite. Que no los engañen en el sentido de que habrá un pago en especie para utilizar las caras de los parabuses con fines promocionales para el Fideicomiso de Turismo.
AMARRADO HASTA EL 2030
Lo que se debería cuestionar y nosotros aquí ya lo hicimos, es por qué los gobierno de Gustavo González Villaseñor, Javier Bravo y ahora Chavita nunca hicieron un esfuerzo extraordinario para cancelar el contrato a la compañía defeña por la sistemática violación al convenio de colaboración.
Ahora es demasiado tarde, aunque existe la esperanza de que el alcalde entrante se faje los pantalones para solicitar la anulación del convenio, entre otras cosas porque la prórroga de nueve años concluye el 31 de diciembre de este 2012 y ya no le correspondía al gobierno de González Reséndiz someterlo a votación. Y segunda, porque el contrato trasciende la presente administración y lo pretende amarrar a las próxima seis, hasta el año 2030, ni más, ni menos.
Sin embargo, cuando se autoriza por el pleno este tipo de contratos, dejan toda la puerta abierta para que el concesionario recurra al amparo –ante cualquier intento de que se lo quieran cancelar—y pida a un tribunal administrativo de distrito dejar las cosas como están para seguir gozando las ganancias monetarias del mismo.
Empero, no hay que perder de vista que los regidores que votaron a favor de la prórroga pueden enfrentar responsabilidades y hasta juicio político, en caso de comprobarse que autorizaron la renovación de un contrato en condiciones que podrían estar violando algunas disposiciones legales y que pudieran ser lesivas para la comuna.
INFORMACION CLASIFICADA
PARA LOS QUE SE DESGARRARON LAS VESTIDURAS, RAMON GUERRERO ya es alcalde electo y será el próximo presidente municipal. Si el PRI impugnó la resolución del Tribunal Electoral del estado de Jalisco y recurrió al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, le va a pasar exactamente lo mismo, le van a dar palo y se va a ratificar el triunfo de El Mochilas, sino, al tiempo…
LOS MOVIMIENTOS DE FUTUROS CAMBIOS YA SE DEJAN SENTIR EN ALGUNAS OFICINAS DEL GOBIERNO DEL ESTADO ubicadas en el edificio de la UNIRSE. Por ejemplo, ya es un hecho que la profesora Yolanda Cuevas será la próxima delegada de la DERSE, pues se le ha visto muy afanosa mirando la que será su próxima oficina.
¿Quién dijo yo?
LOS SINVERGÜENZAS
Llama la atención el silencio que guardaron los regidores priistas Fernando Castro, Fernando Flores, Carlos Efraín, Aleyda Bravo Carbajal; el síndico Fernando Castro y los ediles panistas, Miguel González, Julio Santana y Dulce María Flores, quienes en lo oscurito firmaron el dictamen de procedencia para presentar el acuerdo en asuntos generales de la sesión de Cabildo, donde finalmente una bola de sinvergüenzas aprobaron por mayoría la renovación del contrato.
Cualquier adjetivo nos quedaría corto si de calificar a estos regidores se trata. No es posible, ni entendible que no hayan analizado con detenimiento el contrato original que fue firmado el nueve de noviembre del año 2001, estando en funciones un alcalde panista, Pedro Ruiz Higuera. A menos, a menos que haya habido algo de por medio, una razón de muchos pesos por ejemplo.
Todos, excepto un regidor que merece ahora sí un aplauso, votaron a favor de semejante prórroga de 15 años más a esta empresa que, en la práctica ha demostrado una violación reiterada al contrato original, porque no ha cumplido con lo estipulado en el mismo, sólo se valió de la concesión para invertir unos cuantos pesos en la construcción de parabuses para utilizarlos en la venta de espacios publicitarios que le dejan –como ya lo habíamos señalado en otro artículo—al dueño la friolera de aproximadamente un millón de pesos mensuales.
Imagine usted el negociazo, qué importa tener que pagar al Ayuntamiento un millón de pesos anuales durante seis años y luego 400 mil pesos cada año durante los últimos nueve del contrato, si cada mes me echo a la bolsa un millón de pesos, es decir, 12 millones cada año y unos 180 millones de pesos por lo que dure el convenio de colaboración.
DINERO FRESCO A LAS BOLSAS DE CHAVITA
Llama mucho la atención que regidoras como Dulce María Flores y Ana Karina Cibrián –sobre todo Dulce María—y los ediles Miguel González Guerra y Ricardo Uribe hayan votado a favor de esta renovación, pues de entrada, el alcalde Chavita dispondrá de 12 millones de pesos que no dejará –por supuesto que no—en las arcas municipales, sino que los va a utilizar para gasto corriente y para pagar ciertas deudas a sus amigos y colaboradores.
Cuando llegue el nuevo gobierno con Ramón Guerrero a la cabeza, se encontrarán con que ese dinero se esfumó y tendrán que conformarse con el millón de pesos que la empresa Compañía de Servicios Urbanos del Centro les pagará cada año, tres millones en toda la administración del Mochilas, apenas 83 mil pesos mensuales; nada comparado con los jugosos ingresos que obtiene esta empresa chilanga.
Por eso, no entendemos la postura de los regidores que mencionamos… de Julio Santana se puede esperar cualquier cosa –pues ya obtuvo hasta un permiso de restaurante bar--, pero no de los otros que ahora nos dejan francamente decepcionados como seguramente estará el mismo pueblo.
Al menos Héctor Gallegos sacó la cara por la fracción del PAN y votó en contra, lo cual habla bien de él, sobre todo si va a ocupar un puesto de importancia en el gobierno de Ramón Guerrero.
Sin embargo, la sospecha se centra en los regidores que integraron la comisión que votó a favor el dictamen y luego lo llevó al pleno del Ayuntamiento.
¿TÚ TAMBIÉN DULCE?
En realidad no creemos que Dulce María Flores se preste a recibir unos cuantos miles de pesos para votar un punto de acuerdo a favor, pero de los otros tres tenemos nuestras dudas, es decir, de Miguel González Guerra, Ana Karina Cibrián, Ricardo Uribe y el mercantilista Julio Santana.
Pero a estas alturas del gobierno, ya no creemos en nadie.
Ellos tienen qué explicar al pueblo de Vallarta por qué le aprobaron un negociazo de esta naturaleza a Salvador González Reséndiz, cuando insistimos, es un contrato de 15 años más, es algo que trasciende esta administración y que lo enjareta a los próximos cinco Ayuntamientos.
La verdad qué poca madre –con todo respeto—votar un convenio que heredan a las próximas generaciones quizá por unos cuantos pesos.
¡Urge una explicación¡
Del alcalde ya no se espera nada, mas que hacer negocios a costa de lo que sea, porque cualquiera pensaría en muchos pesos, cientos de miles o quizá algunos millones para repartir que le pudieron haber bajado al empresario Gerardo Cándano Conesa para aumentarle por 15 años más este lucrativo negocio.
Lo peor de todo, es que algunos periodistas desinformados manejaron la nota como si la empresa Compañía de Servicios Urbanos del Centro fuera a construir entre 50 y 70 casetas de paradas de camión nuevas.
No señores, esas casetas ya las construyó dicha empresa y está estipulado en el contrato original del año 2001, lo mismo el uso de los espacios publicitarios gratis para el Ayuntamiento cuando el gobierno lo solicite. Que no los engañen en el sentido de que habrá un pago en especie para utilizar las caras de los parabuses con fines promocionales para el Fideicomiso de Turismo.
AMARRADO HASTA EL 2030
Lo que se debería cuestionar y nosotros aquí ya lo hicimos, es por qué los gobierno de Gustavo González Villaseñor, Javier Bravo y ahora Chavita nunca hicieron un esfuerzo extraordinario para cancelar el contrato a la compañía defeña por la sistemática violación al convenio de colaboración.
Ahora es demasiado tarde, aunque existe la esperanza de que el alcalde entrante se faje los pantalones para solicitar la anulación del convenio, entre otras cosas porque la prórroga de nueve años concluye el 31 de diciembre de este 2012 y ya no le correspondía al gobierno de González Reséndiz someterlo a votación. Y segunda, porque el contrato trasciende la presente administración y lo pretende amarrar a las próxima seis, hasta el año 2030, ni más, ni menos.
Sin embargo, cuando se autoriza por el pleno este tipo de contratos, dejan toda la puerta abierta para que el concesionario recurra al amparo –ante cualquier intento de que se lo quieran cancelar—y pida a un tribunal administrativo de distrito dejar las cosas como están para seguir gozando las ganancias monetarias del mismo.
Empero, no hay que perder de vista que los regidores que votaron a favor de la prórroga pueden enfrentar responsabilidades y hasta juicio político, en caso de comprobarse que autorizaron la renovación de un contrato en condiciones que podrían estar violando algunas disposiciones legales y que pudieran ser lesivas para la comuna.
INFORMACION CLASIFICADA
PARA LOS QUE SE DESGARRARON LAS VESTIDURAS, RAMON GUERRERO ya es alcalde electo y será el próximo presidente municipal. Si el PRI impugnó la resolución del Tribunal Electoral del estado de Jalisco y recurrió al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, le va a pasar exactamente lo mismo, le van a dar palo y se va a ratificar el triunfo de El Mochilas, sino, al tiempo…
LOS MOVIMIENTOS DE FUTUROS CAMBIOS YA SE DEJAN SENTIR EN ALGUNAS OFICINAS DEL GOBIERNO DEL ESTADO ubicadas en el edificio de la UNIRSE. Por ejemplo, ya es un hecho que la profesora Yolanda Cuevas será la próxima delegada de la DERSE, pues se le ha visto muy afanosa mirando la que será su próxima oficina.
¿Quién dijo yo?
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