Por Jorge Olmos Contreras
Si
con los regidores de oposición ha sido majadero y agresivo; si con sus propios
compañeros ediles del Movimiento Ciudadano ha sido descortés, cortante y
soberbio y si con sus Directores se ha comportado como un jefe autoritario,
grosero e insultante, con los medios de comunicación no ha sido la excepción, ya
que ha maniobrado para pedir la cabeza de una reportera y ha pedido que se
censure la columna de un periodista local; esto sin contar sus desplantes y
falta de respeto al tiempo de los comunicadores.
Nos
referimos, desde luego, al alcalde Ramón Guerrero, mejor conocido como El
Mochilas, quien ayer dio la sorpresa de mover de la Dirección de Comunicación
Social al periodista Jaime Castillo Copado para nombrar en su lugar a Enrique
Plasencia Bermúdez, un auténtico desconocido para los reporteros locales que
sólo saben de él que trabajó en el área de prensa en tiempos del gobernador
Francisco Ramírez Acuña, otro de los promotores políticos de Ramón Guerrero
junto con Abraham González Uyeda.
Y
si antes, el nombramiento de Jaime Castillo Copado como Director de
Comunicación Social había sido todo un insulto a la inteligencia de los
periodistas de Vallarta, el hecho de que El Mochilas arrope y cobije a Copado
en una Dirección inexistente en el Reglamento Orgánico Municipal, la de
“Proyectos Estratégicos”, representa una doble cachetada para todos aquellos compañeritos
que creían que Jaime iba a regresar a su caja de cristal como jefe de prensa
del Centro Universitario de la Costa.
BAJO LA LUPA
El
movimiento del Mochilas en esta área tan importante como lo es la Comunicación
Social, debe ser analizado con detenimiento, rigurosamente, como el relojero
que mira sobre la lupa la frágil y diminuta maquinaria que hay dentro, toda vez
que por una parte puede obedecer a la clara incapacidad e indolencia de Jaime
Castillo para hacerle frente a las necesidades y retos de esta Dirección; pero
por la otra, puede ser una jugada de ajedrez para ir calentando motores con la
mirada bien puesta en Casa Jalisco.
Hay
que recordar que desde el primero de octubre, Jaime Castillo fue prácticamente
una estatua de piedra frente al golpeteo que recibió Ramón Guerrero en todos
los medios de comunicación locales –con la excepción del remedo de columnista
del periódico El Sol Siempre Libres,
Rodrigo Aguilera, quien en su mejor papel de lambiscón de marca, se la pasa
alabando al Mochilas—y muchos estatales.
Pero
bueno, Jaime Castillo nunca tuvo la estatura para dialogar con reporteros y
columnistas, jamás tuvo a la mano una agenda, un proyecto o incluso un manual
que le permitiera seguir los pasos de una buena comunicación social. Por el
contrario, pronto se mareó en el ladrillo y si antes convivía con sus amigos
reporteros, ahora simplemente les ponía piedras en el camino para obstaculizar el
libre ejercicio periodístico, como olvidar cuando trató de impedir que los
chicos de la prensa fueran a cubrir el atentado que sufrió Robertito, el primer
director de seguridad pública, entre otras cosas.
Fue
tan notable su metamorfosis, que también le dio por cambiar de cantina, pues si
antes se la pasada en La Mesa del Coco,
de pronto refinó el gusto y se fue a festejar permanentemente en el outback, donde ya no bebía cerveza
barata, sino un buen vino tinto importado y unos deliciosos cortes argentinos.
ARROPAR AL AMIGO
De
hecho, alguna vez fue sorprendido brindando a solas con el presidente municipal
precisamente en el outback. Los dos
tenían una copa de vino tinto y se hablaban casi en secreto. Desde ese momento
era fácil adivinar que Jaime Castillo podría ser removido de la Dirección de
Comunicación Social, pero nunca del gobierno de Ramón Guerrero, quien lo tiene
como uno de sus principales hombres de confianza y en quien ha depositado el
manejo de la agenda política que seguirá el Mochilas para proyectarse como un
prospecto a la gubernatura del Estado, con escala de tres años en alguna
diputación local o federal por el municipio de Zapopan.
Sin
embargo, en el pecado pueden llevar la penitencia, ya que al colocar a un
perfecto desconocido en dicha Dirección como Enrique Plasencia, están mandando
un mensaje que la política del Mochilas en materia de medios de comunicación no
va a cambiar, que no habrá diálogo ni respeto y que se va a utilizar el
presupuesto público para tratar de dictar el trabajo de la prensa vallartense,
como de hecho ya se observa en algunos noticieros de radio, portales digitales
y periódicos.
El
mensaje es que el que no se alinee no entrará a la repartición del pastel del
presupuesto de comunicación, tal y como le doblaron las manos al columnista
Luis Alberto Alcaraz del periódico “Vallarta Opina”, a quien su patrón Luis
Reyes Brambila un buen día le dijo que ya no podía escribir nada en contra del
Mochilas porque él (Reyes) ya se había arreglado con el alcalde.
Después
se sabría que entre Jaime Castillo Copado y Ramón Guerrero le prometieron una
iguala de más de 120 mil pesos mensuales a Luis Reyes Brambila a cambio de que
apoyaran al gobierno municipal y que de paso le exigieran a Luis Alberto
Alcaraz que le bajara a los comentarios críticos contra el presidente
municipal.
CENSURA E INTOLERANCIA
En
corto, dicen que El Mochilas ha comentado que le han sufrido mucho para juntar
ese dinero que se le tiene que dar al “Vallarta Opina”, pero que al menos era
la mitad de lo que le pagaba el anterior alcalde, Salvador González Reséndiz,
cada mes.
Desde
luego, también se dice que Luis Alberto Alcaraz hizo el berrinche de su vida y
que por capricho dejó muchos días de escribir su columna “Perfil Político” en el “Vallarta
Opina”, que cuando quiere escribir contra el Mochilas mejor utiliza su
depauperada página de Internet que, para no variar, es olímpicamente
desconocida.
Si
usted lo consulta, de un tiempo a la fecha Alcaraz ya no es aquél crítico del
año pasado con Ramón Guerrero, todo gracias a la jugosa iguala que habrían
pactado con el señor Reyes Brambila.
Otros
medios que no se han dejado intimidar por Ramón Guerrero con la amenaza de
marginarlos del presupuesto, han seguido una línea crítica pero cuyas
reacciones no se han dejado esperar.
Un
claro ejemplo lo representa el periódico Milenio
Pacífico del Grupo Milenio, que ha seguido una línea editorial crítica del
gobierno municipal y cuya reportera asignada a la fuente oficial del
Ayuntamiento, Dora Liz Terrón, ha manejado notas que han incomodado a nuestro
intolerante presidente municipal.
Y
como Ramón Guerrero no puede llegarle a los gerentes de Milenio Pacífico con la misma oferta que le hizo a Luis Reyes
Brambila para que le bajaran a la crítica a cambio de una iguala económica, se
fue a la Ciudad de México para tratar de entrevistarse con los directivos del
Grupo Milenio con el insano objetivo de pedir que despidieran a la reportera
Dora Liz Terrón, pero no lo logró.
Trascendió
que en México el Mochilas se topó con pared y que el Director de Milenio Diario,
Carlos Marín, con lo mamón que es, mandó por un tubo al alcalde de Vallarta y
le asignó a un achichincle para que lo atendiera. Al final, no pudo persuadir a
nadie para que corrieran a Dora Liz Terrón, pero el intento lo hizo, lo cual
nos dibuja a un personaje rencoroso, vengativo e intolerante, capaz de lo que
sea con tal de aplastar la crítica periodística.
Veremos
cómo se comporta con Enrique Plasencia, si cambia su estrategia con los medios
o continúa peor… porque ya nos estamos acostumbrando a que los cambios que hace
El Mochilas no son para mejorar, sino para empeorar la de por sí accidentada
conducción de la administración municipal.
El
nuevo Director de Comunicación Social pronto se va a dar cuenta que no es lo
mismo un Enrique Alfaro o un Hugo Luna, que un Ramón Guerrero, ni que los
periodistas de Puerto Vallarta son iguales a los de Guadalajara.
INFORMACION CLASIFICADA
LA QUE YA ESTA EN LA CUERDA FLOJA ES LA
OFICIAL MAYOR DE PADRON Y LICENCIAS,
Iris Ulloa Godínez, a quien pillaron otorgando permisos provisionales a los
burdeles de la zona de tolerancia y, además se metió en un lío tremendo al
extender otras autorizaciones también de carácter provisional al bar “Los
Equipales” de la calle Guerrero en pleno centro de la ciudad y cuyo propietario
es un gringo y un funcionario de sindicatura, Tony García, hijo del ex director
de seguridad pública, Jorge Antonio García Rojas.
Lo
grave del asunto es que la dueña del local que ocupa dicho antro ya no quiere
seguir rentando el lugar y apelaba a que la Oficialía de Padrón y Licencias ya
no les renovara la licencia municipal de este año para poder sacar a los malos
inquilinos, pero Iris recibió “indicaciones” de sindicatura –eso dice ella—para
seguir protegiendo el bar.
Enterado
del caso, El Mochilas regañó a Iris Ulloa y le exigió que solucione el problema
lo antes posible. Hasta ahora, las cosas siguen igual, mientras Iris sigue
siendo Oficial de Padrón y Licencias, pese a que el alcalde ya le advirtió que
si seguía dando permisos provisionales y no cobrando ciertas concesiones como
la de los bailes, la iba a correr, que así no le servía.
A RESERVA DE AMPLIAR EL COMENTARIO, EL
VIERNES PASADO el Director de
Seguridad Pública, coronel Silvestre Chávez y el subdirector de tránsito, Jesús
Rodríguez Campoy y cuatro funcionarios más del área de seguridad pública como
el sub-director administrativo, Salvador Gómez Aldaco, dejaron como las novias
de rancho al regidor Otoniel Barragán Espinoza, quien a título de presidente de
la comisión de seguridad del pleno del Ayuntamiento, citó a los directivos de
la DSPM para que le dieran un diagnóstico de la dependencia en cuanto a necesidades y activos, todo con
miras al manejo del presupuesto que otorga el gobierno federal a través del
programa del Subsidio de Seguridad para Municipios (Subsemun).
Fue
una total falta de respeto a la envestidura del regidor, al grado que el lunes pasado
al terminar la junta de directores, tanto Otoniel Barragán como la regidora
Doris Ponce –otra de las agraviadas—le reclamaron en buenos términos al coronel
por su inasistencia y falta de disculpa por lo del viernes, pero Silvestre
Chávez argumento otras cosas que no venían al caso.
Ahora
se sabe que los funcionarios de seguridad pública recibieron línea del Mochilas
para que no fueran a la cita con Otoniel. En el fondo, Ramón Guerrero no quiere
que nadie se entrometa o se inmiscuya en el destino que le va a dar a una bolsa
de aproximadamente 20 millones de pesos que este año destinará el gobierno de
la República a Puerto Vallarta vía fondos del Subsemun.
Como
sea, estos regidores dan pena ajena, nadie los respeta y con su actitud
pusilánime seguirán siendo pisoteados por nuestro flamante presidente
municipal.
TRAS VENTILAR LOS TRAPOS SUCIOS EN EL
DIF EN ESTE ESPACIO, la gente de
Magaly Fregoso ordenó quitar temporalmente la cuenta del Facebook de esta
institución, porque ahí había decenas de fotografías de los menores del
albergue infantil “Vida Nueva”, cuando se supone que se debe tener en reserva
en todo momento la imagen e integridad de los niños porque algunos están ahí
por problemas entre los padres y los ponen en riesgo al ventilarlos
públicamente.
Raudos
y veloces, también mandaron un comunicado donde señalan las estrategias a
seguir en materia de donaciones y otras linduras.
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