miércoles, 20 de octubre de 2010

EL "DUEÑO DE LA MONTAÑA"

Por Jorge Olmos Contreras

Con voz melosa, pausada, labiosa, casi como si fuera San Esteban, ayer el cacique del ejido Puerto Vallarta, de nombre Esteban García Aréchiga, --que en sus ratos libres se desempeña como jefe de fomento agropecuario del Ayuntamiento— salió en defensa de la entrega de 27 certificados parcelarios a igual número de ejidatarios para comenzar a fraccionar parte de la zona montañosa de este destino turístico.
En una entrevista que le hizo la reportera Silvia Álvarez y que se difundió en Radio Universidad, Esteban García Aréchiga afirmó que el ejido Puerto Vallarta “es dueño de la montaña” y que, efectivamente, entregaron esos certificados parcelarios, pero que cada ejidatario es y será responsable de lo que haga con sus parcelas.

También aclaró “que por ahorita” no se tiene ningún proyecto para hacer algo en el área de montaña que le corresponde al ejido, pero que cada ejidatario tendrá bajo su responsabilidad el fin que le de a las hectáreas que le corresponden.

De entrada, lo anterior quiere decir, ni más ni menos, que Esteban García Aréchiga es el dueño de la montaña (o así lo quiere hacer creer) de Puerto Vallarta, toda vez que él manda y manipula a su antojo al ejido. Y dos, que cada ejidatario podrá comenzar a fraccionar y vender en el momento que se le pegue la gana, lo que confirma lo que adelantamos en este espacio, en el sentido de que estamos a punto de perder el único atractivo natural que nos queda en la zona serrana.

EL POSESIONARIO

Llama la atención que sea el propio Esteban el que dé la cara por el ejido, cuando existe un presidente que se llama Tomás Palomera Barraza, un auténtico títere del señor Aréchiga García que está a sus órdenes y no de los 236 ejidatarios que conforman el núcleo ejidal.

Pero existe una poderosa razón, y esta es el interés y la urgencia que tiene Esteban por vender sus 11 hectáreas que tiene en el ejido, ya que curiosamente, él mismo es uno de los beneficiados con uno de los 27 certificados parcelarios que se entregaron hace un mes y que fueron otorgados en perjuicio del bien común, es decir, en detrimento del resto de los ejidatarios.

Esperamos que el señor Aréchiga de una explicación lógica, coherente, legal y responsable del por qué se ostenta como ejidatario cuando sólo es posesionario, gracias a que un incauto de nombre Manuel Villaseñor González le vendió el derecho sobre esas 11 hectáreas que entraron en la repartición de certificados parcelarios.
También, que explique asimismo, cómo es que una asamblea manipulada votó a favor de entregar certificados parcelarios sólo a 27 ejidatarios en perjuicio de los demás, máxime cuando se supone que se trata de una posesión de uso común.

JUICIO SIMULADO

Ayer en Radio Universidad, Esteban García nunca explicó cómo es que el ejido Puerto Vallarta burló un dictamen de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) --que declaraba como área de uso común la montaña, por tratarse de bosque o selva tropical—para entregar dichos certificados parcelarios, a pesar de que el artículo 59 de la Ley Agraria indica claramente que será nulo de pleno derecho, la asignación de parcelas en bosques y selvas tropicales.

Sin embargo, ahora sabemos que Esteban García y sus 27 compinches, simularon un juicio ante el Tribunal Agrario número 13 con sede en Guadalajara, con el objetivo de echar abajo el dictamen de la Semarnat. Y aunque el magistrado que tomó el caso dijo que no procedía el alegato del ejido, les dejó una salida para que se ampararan, es decir, sólo se lavó las manos.

Con la bandeja de plata puesta, Esteban García volvió a manipular a los ejidatarios para acordar el tramite del amparo y una vez obtenido el mismo, consideró que ya no había ningún impedimento legal para citar a una nueva asamblea que finalmente voto a favor de entregar los 27 certificados parcelarios, cuyo impacto será vender y dar pie para que se levanten construcciones en la montaña.

La voracidad de Esteban García es tan grande, que sólo a un reducido grupo de amigos e incondicionales les entregaron certificados parcelarios que amparan miles de metros cuadrados, como es el caso de uno de sus tíos, pariente del finado Francisco García Jiménez, al que le tocaron 17 hectáreas.

O las de Gómez Gordián, al que le adjudicaron 54 hectáreas.

O el mismo Esteban, que ya se agenció 11 hectáreas con cuya venta resolverá para siempre sus problemas económicos y ya no tendrá necesidad de andar pidiendo favores políticos para colocar como regidora a su concubina, la señora Hortensia Rodríguez González.

APATIA CIUDADANA

Por ello, volvemos a insistir en que los ciudadanos de Puerto Vallarta no deben ser indiferentes o apáticos con este tipo de asuntos, ya que los daños colaterales que provocará la venta de grandes o pequeñas extensiones de terreno en la zona montañosa, nos va a perjudicar a todos tarde que temprano.

Los regidores deben estar muy atentos –sobre todo los mal llamados de oposición—para evitar que el Ayuntamiento, a través de dependencias que son muy proclives a la corrupción como Obras Públicas y Planeación Urbana, autoricen licencias de construcción en el ejido Puerto Vallarta, menos si se trata de las hectáreas de los nuevos certificados parcelarios.

Debemos tomar como ejemplo de lo que no debe ser, lo que sucedió en el ejido Boca de Tomatlán y Mismaloya, donde por años el Ayuntamiento autorizó permisos de construcción a particulares y ejidatarios que nunca presentaron escrituras porque simple y sencillamente no las tenían.

En el caso del ejido Puerto Vallarta puede pasar lo mismo, que el Ayuntamiento corrupto de Chavita facilite licencias de construcción a ejidatarios o particulares que hayan comprado “derechos” y que con un simple papel avalado por una asamblea, quieran permisos y lo peor, que se los autoricen.

El rector del Centro Universitario de la Costa, Max Greig, tan dado a abanderar causas sociales, debería levantar la voz para que la Universidad sea una de las primeras instituciones en erigirse como la defensora de la montaña, pues con simples declaraciones como las de Jorge Téllez no se va a detener a la pandilla de Esteban García Aréchiga.

¿Qué dicen los empresarios de Puerto Vallarta?, ¿van a permitir una agresión de esta naturaleza a la zona montañosa?, ¿o van a actuar para impedirlo?

¿Qué dicen nuestros supuestos representantes populares en el Congreso de la Unión y del Estado?

¿Qué hay del Observatorio Ciudadano?

¿Qué hay de los grupos ecologistas?

INFORMACION CLASIFICADA

EL LUNES 04 DE OCTUBRE, JUSTO CUANDO EN EL PERIODICO EL FARO manejamos la segunda parte de la agresión a la montaña con el título “Los Depredadores”, Esteban Aréchiga nos quiso tender una trampa, consistente en invitar al columnista a una encerrona con “todos los involucrados” en la casa ejidal para que explicaran la entrega de los certificados parcelarios.

Acostumbrado a mandar y que lo obedezcan, Esteban exigía a través de su secretaria, primero, y después personalmente, para que acudiéramos a las 15:00 horas a las oficinas del ejido, pero conociendo su carácter violento –y las amenazas que anteriormente había hecho contra quien esto escribe—decidimos no aceptar la invitación.

Sin embargo, le ofrecimos publicar el acuerdo al que llegaran en esa junta, pero nunca nos envió información alguna.

Hoy sabemos por qué: el asunto tiene mucho de fondo, entre la mano de magistrados omisos hasta el posible reparto de dinero para sacar adelante los certificados parcelarios.

UNA HISTORIA DE 150 MIL PESOS… El trienio pasado, el ingeniero Oscar Pimienta Torres estuvo a punto de ser detenido por la Policía Judicial debido a que había una orden de aprehensión en su contra por una denuncia penal que presentó en su contra el abogado Francisco Vallejo Corona, pero tuvo que soltar 150 mil pesos para evitar pisar el penal de Ixtapa.

Se trata de una denuncia que Vallejo interpuso cuando era síndico municipal en la administración panista de Pedro Ruiz Higuera y cuyo fondo era la venta de terrenos irregulares.

A toro pasado, se sabe que fue el también abogado, Miguel Ángel Yerena Ruiz quien se echó a la bolsa esos 150 mil pesos, aunque después Oscar Pimienta vociferó y culpó dolosamente a su otrora amigo, Luis García Ortiz (a) El Molacho, como la persona que se quedó con el dinero.

Luis García ayudó a Oscar para que no lo metieran a la cárcel y después lo acusaron injustamente.

La amistad entre ambos salió dañada y a la fecha no se hablan, pero en el tintero quedaron una y mil historias que contar que son de interés público.

POR CIERTO, UNA HERMANA DE OSCAR PIMIENTA, CENIA, ES SEÑALADA EN un escrito –elaborado y supervisado por el abogado Carlos Medina de Ixtapa-- de los condominios Primavera como uno de los inquilinos que no pagan cuotas de nada, pero lo más grave es que presume de ser influyente y que por influencias de su sobrino, el alcalde Chavita, no va a pagar nada y que le hagan como quieran.

Contacto: jolmos245@gmail.com

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